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jueves, 29 de mayo de 2025

Penélope es nombre de ciudad. Pequeña antología poética dedicada a la ciudad de Huesca. Poemas publicados e inéditos de Fulgencio Martínez /El hurón y la galería. Revista Ágora. Presentación de "Carta partida" en Huesca 28-5-2025

 

 


Huesca y Murcia son dos ciudades pero también dos espacios de la memoria emocional que están presentes en mi dos últimos libros de poemas: La segunda persona (publicado a final de 2021, en Ars poetica), y Carta partida (publicado en la misma editorial que el anterior y también al cabo de año, en este caso 2024).

Huesca tiene en La segunda persona una sección propia: Penélope es nombre de ciudad. A mi vuelta en 2021 a Huesca, la encontré donde la dejé en 1992, pero aún más hermosa y joven. Por eso escribí ese epíteto-advocación, Penélope, dedicado a esta ciudad. Con el paso del tiempo, ya en 2024-25, de nuevo en Huesca (tras el periodo en Murcia en 2022 y en Tarazona, a pie del Moncayo, durante los años 2023 y parte de 2024), me doy cuenta de que, sin querer, en un poema titulado "Hogar (Motivo uliseico)" vuelvo a aludir a Huesca, sin citarla, también con referencia al viaje y al desarraigo del personaje que simboliza la "búsqueda" interminable, Ulises; y por otra parte, mi primer poema escrito en septiembre de 2024 al volver a esta ciudad verdeclara ("Retorno") está temblorosamente ofrecido a la capital laurentina.

Con todo el cariño, evoco aquí esta pequeña antología de poemas dedicados a la ciudad de la magia y a su gente.

 

De La segunda persona (2021), I. Manifiesto personal

 

             PARECIDAS A LAS HILANDERAS...

 

Parecidas a las hilanderas suman las gotas de agua

tenue tejido, leve abanico sobre la ciudad

Las calles se abren como un perfume joven

recatado y sereno, al principio,

anhelante y entregado luego,

al apretar de mi paso.

 

La gesta silenciosa de una campanada

que desaparece apenas la oigo

me deja la impresión de una más profunda

realidad anunciándose.

 

En el ahora, en el rojo pasillo del instante

parece que quiere revelarse un mundo que vive,

un mundo que suena en mi alma y al que no alcanzo

a prestarle atención.

 

Camino unos metros más bajo la urbanidad del paraguas

sin sentir impedimenta, pero sin costumbre aún

de calendario absuelto.

 

Y en un árbol atonal, en un muro de iglesia antiguo

donde resbalan las abejas su golosina de oro,

en una sombra que me guiña tras las tapias

de un huerto, bajo aquel ciprés:

 

sombra que no pueden ver mis ojos, solo adivino;

música que no acierto a recordar, 

aunque duerme en mi cabeza, insistencia

de la felicidad que resucita su eco

en mis brazos, y adelante se gira

desnuda por el pincel de la lluvia,

sin tener yo las fuerzas de ayer,

sí la inocencia constante burlada.

 

 

 De La segunda persona (2021), III. Penélope es nombre de ciudad

                                         

 

Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.

 

Roberto Juarroz (“Un amor más allá del amor”)

                

 

CARTA DE POBLACIÓN

 

En nombre propio, yo ante mí dispongo:

                        (Carta de Población otorgada por el rey aragonés Alfonso I el Batallador)

 

 

En nombre propio, yo ante mí dispongo

que sean las horas yermas repobladas,

por esta presente orden de escritura.

Ayer, la costumbre de mirar dentro

guió mi mano; hoy, la debo sostener

con fuerza de enfermo y voluntad

de río naciente. No tengo excusas.

 

Ando con miedo de pisar cristales

y el ánimo a veces juega en mi contra;

pero lo que tengo que decir, solo

acudirá. Seguro… Acudirá

y estaré cerca y, Dios quiera, a su altura.

 

                       28-1-2021

 

 

CAMINOS 

 

Caminos que me aguardan

o que por siempre quedaron atrás,

no sé quién los trazó. Quieto, respiro,

respiro: respirar es suficiente.

No tengo que pensar en reunirme

con alguien, a alguna hora, en algún sitio.

 

Miro, a lo lejos, con expectación

e inquietud durante un breve tiempo,

solo por ver si han vuelto los gorriones

a posarse en aquella rama cerca

de la ermita de la Virgen de la huerta.

 

A la Virgen de la huerta

le ofreciera mi exvoto

de adoración supersticiosa. Esos dos gorriones.

A falta de cigüeñas, los aguardo

como buenos augurios,

 

¡queridas figuras de mi destino,

que no pueden señalar ya mi rumbo

ni su presencia tampoco hacerme daño;

vuestro saludo agudo no me lacera más

que un breve naufragio en mi memoria!

                                 

                                                                 1 de febrero 2021

 


 

CAMINO DE LA ERMITA DE SANTA MARÍA DE SALAS

 

He mirado este cielo casi gris

y soleado por el camino,

esta luz casi siempre humosa

que da a los días términos más breves

pero más profundidad a cada uno

de sus momentos. Sobre la puerta

de entrada de su santuario

la Señora de luz, Santa María tiene

una gran margarita

con sus doce pétalos recordando en piedra

un reloj que no marca horas temporales.

¿Para qué dimensión está hecho ese reloj?

¿Desde qué eterno ojo mira su esfera?

¿En qué callado aire desgrana cada siglo,

golpe a golpe, y concentra

el pensamiento volátil? El mío descansa

aquí unos minutos, y con esfuerzo:

Miro, arriba, el círculo mágico

en el que navega en piedra una virgen,

            a sus pies yace el vértice de un triángulo

oblongo que se prolonga invisible

en otro vértice que cae a mis pies;

como a recién nacidos nos espera

la eternidad.  Pero, aún no.

Madre, me echas fuera

con un movimiento de tus ojos.

Te vuelves a tu reino sola,

como te fuiste una vez sola, con angustia y sed.

El sonido de la campana da la hora temporal  

y me despide de tu navegación.

Hasta pronto, hasta otro día, hasta siempre.

 


                      martes, 16 de febrero de 2021

 

 

HUESCA

 

 

En el centro de la ciudad llena de iglesias

y en su campo donde traza el románico

su camino a Santiago por Jaca,

oirás donde estés una campana

dando la hora. Las medias y los cuartos

son graves respiraciones cortas,

la notación de las horas enteras

es una siembra copiosa y alegre

de sonidos, como era en mi infancia

el repicar de las campanas algunos

días de fiesta. Aquí en esta ciudad,

todas mis horas son extraordinarias.

En el Medievo el ángel del sonido

ponía su hilván al tiempo profano

por ellas, las campanadas horarias.

Proust en Combray buscaba la iglesia

más pequeña, con su azul campanario,

para sentirse, en su cuarto, libre.

Libre y protegido de todo mal

por la visión y la escucha, a distancia,

a la justa distancia, de la gracia materna.

 

Yo en cambio siento desasosiego

a la vez que liberación, amigos.

Al escuchar a cada rato entre mis

asuntos, el sonido de la campana.

Siento que, a través de su pulsación

aguda y su pausa grave hasta hacerse

lejana y llana, se desahoga la tensión

de la conciencia, el acumulado

oxidativo, rodante fantasma

del tiempo en la conciencia.

                                                               Y pongo

mi corazón a su hora.

Pero, en otros momentos,

la delicadeza se vuelve insistencia,

me oprime el pecho un dardo futuro,

mi aliento se cierra y ardo en aparente calma.

 

Hasta que pasa el veneno, no encuentro 

refugio en nada, nado en un pozo,

me sigue la inclemencia, la luz me da guerra.

Cuando pasa el veneno, me lleva el ritmo.


20-2-2021

 

 

 Poemas inéditos. Del libro inédito Espacio para una urna. Exposición temporal 4

 

HOGAR (MOTIVO ULISEICO)

 

 

 

Si los dioses me dieran a elegir

a qué puerto arribar en lo que me queda de vida,

querría una pequeña ciudad de provincia

en un país como España antes de la rabia,

bajo un cielo tolerante lleno de caminos

y gentes que laboran con diario fulgor,

soñadores desnudos y lujosamente vestidos

de unas vidas honestas y, a veces, felices.

Gentes que saben que la nostalgia no es senda viable

y por eso van decididos a realizar su sueño,

ahora y durante un tiempo que no se sabe vencido

son esos compañeros reales mi patria deseada.

 

 

 

 

 

 

 

RETORNO

 

 

Como el que se quita tierra de los ojos

he venido de nuevo a ver esta ciudad invisible

que se prendió a mi corazón

cuando anduvo huérfano de su nido

No sé qué embrujo se inició

hace ya algunos años

y continuó bajo tiempos y lugares diversos

y sigue hasta hoy guardándome la ausencia

 

 

                                                                               Septiembre, 2024

 

 

 

 

 


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