EL CAUTIVO DE AMENÁBAR TOPA CON LOS MOLINOS
He visto en una agradable sala de cine de Huesca el nuevo estreno de Alejandro Amenábar. "El cautivo" es una película brillante en su fotografía y en los fragmentos discretos de su banda sonora ("adaptaciones" -hoy en día, no se le llaman plagios- de la versión que hizo Andrés Segovia para guitarra de la música para vihuela renacentista de Alonso Mudarra).
En la página Asturscore (https://asturscore.com/noticias/quartet-records-editara-el-cautivo-de-alejandro-amenabar/) leo anunciado el lanzamiento de la banda sonora del film. No me importa recomendar la compra del disco, así se favorece la escucha de buena música.
Por supuesto, Alejandro Amenábar consta como el autor "original" de la música. Si bien -he leído en otra página de internet- cuenta con la colaboración de Silvia Pérez Cruz como guitarrista "en algunas piezas". No he podido confirmar en qué consiste la participación de esta compositora y cantante, Premio Nacional de las Músicas Actuales en 2022.
Esos pocos fragmentos de "música callada", como suave murmullo de río de fondo, es sin duda lo mejor de la película, lo haya compuesto Amenábar in toto o como variaciones (antiguamente, se tenía el buen gusto de no buscar ser totalmente original).
Esos suspiros de guitarra no dan, en apariencia, el aire anímico ni el temple de los rehenes cautivos en las prisiones de Argel, pero, quizá por contraste con la situación, esparcen sutilmente un aire de dignidad y un hálito de belleza y espiritualidad a la época y al contexto (finales del siglo XVI) en que se desarrolla la trama del film. De algún modo, sea esta o no la intención del director, esa música de guitarra que evoca la vihuela renacentista reúne lo mejor de Venecia e Italia, de España y de su Corte y también de la cultura islámica otomana, mediterránea y de Al-Andalus.
Realmente, lo demás, la trama, las imágenes, la supuesta invención de un Cervantes homosexual, no interesa nada. A mí al menos. Padece del mismo error de muchas novelas "históricas" de hoy, incluidas casi todas las de Pérez Reverte: no se proponen hacernos "viajar" a una época pasada, sino revisar un período, hecho o vidas históricas desde nuestros prejuicios y polémicas actuales. Esto deriva no en literatura o arte, sino en mera mercancía de consumo, político además.
Un detalle casi ridículo (que sin embargo juega un importante papel en la trama y en el desenlace de la misma): Miguel el cautivo describe los molinos de viento de La Mancha (calados de blanco, con sus aspas al viento, como si fueran gigantes). ¿Cuándo tuvo tiempo de ver molinos de viento en La Mancha el joven Miguel de Cervantes antes de irse de Madrid a Italia y de no regresar hasta ser rescatado de Argel? Ah, ya sabía que iba a ser el autor de El Quijote, lo sabía él ¿o lo sabemos nosotros? Un guion, mediocre, como cualquier aspirante a buen escritor sabe. Pero de eso, estamos al cabo de la calle en la mayoría de las películas españolas actuales, tan autoalabadas por sus promotores y autores.
En fin, la película me ha parecido mediocre, en su conjunto; le daría un aprobadillo raspado. Sin embargo, por su amabilidad en presentar la dureza del cautiverio y la agradable convivencia entre culturas (salvo algunos detalles necesarios para dar un cierto toque de realismo), la creo muy apta para una tarde de sofá en casa. Como una película de Netflix. Si tiene su televisión buen sonido, no le haría falta acudir a la gran pantalla. Espere al vídeo o a la visión doméstica.
Fulgencio Martínez
Miércoles, 17 de septiembre 2025

Gracias Fulgencio y saludos desde Barcelona, realmente tenía curiosidad por esta película. Tu comentario sobre la "homosexualidad" de Cervantes me recuerda el comentario del gran Peter Brook sobre algún director de escena que andábale buscando la homosexualidad a Hamlet. A este paso acabaremos haciendo tesis doctorales sobre el machismo de Ulises o la pedofilia en Sócrates. Qué viaje!
ResponderEliminarBueno, amigo y lector, Antonio: en realidad mi comentario es elogioso de la música de algunos momentos de la banda sonora de la peli. Ahora, apostillo: "El cautivo" es un producto más de este supermercado de lo banal y prefabricado al gusto de la tontuna de suscitar polémicas "entretenidas" para promocionarse y por otra parte "parecer" cultos a lo ganso. La peli es un típico producto que cumple criterios woke para obtener subvenciones al arte, como ocurre en la literatura bonita y apoyada por ayudas generosas de "la cultura". No obstante, no es peor que otros bodrios del cine actual, siempre que se prescinda de la trampa de su reclamo publicitario, se deja ver la peli para pasar un rato, y si uno no analiza la mala sintaxis del guion. Mediocre Amenábar en esta película, pero bueno, si tienes aún curiosidad, mírala. Abrazo.
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