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viernes, 26 de septiembre de 2025

Román López-Cabrera: Su poesía, un regalo, un placer. (Sobre el poemario "Árbol axial o la dialéctica del frío", de R. López-Cabrera, finalista del Premio Adonáis de Poesía en 2022). Ágora-Papeles de Arte Gramático / N. 34. Otoño 2025 Nueva Colección / Bibliotheca Grammatica / Poesía / La crítica de Anna Rossell

 

            
                                                                                                    La crítica de Anna Rossell

 

ROMÁN LÓPEZ-CABRERA:

SU POESÍA, UN REGALO, UN PLACER

 

Román López-Cabrera

Árbol axial o la dialéctica del frío

Sonámbulos Ediciones, 2023, 70 pp.

 

 

Un regalo, el poemario de Román López-Cabrera finalista del Premio Adonáis 2022. Su autor, que estudió Bellas Artes y dedicado sobre todo al cómic, es también compositor y cantautor. Y sin embargo, diríase que es un poeta nato y que respira poesía por los cuatro costados. Aunque ya sabemos que «lo cortés no quita lo valiente».

                                                                     Román López-Cabrera. Fuente: Sonambulosediciones.com

 

Román López-Cabrera (Jacarilla, Alicante, 1988) es, como se desprende por las múltiples actividades que cultiva, que cultiva bien, un buen artista polifacético. No es éste el único libro de poemas que ha publicado. Lo precedieron La vida de las cerillas, Poseía, Por alusiones, Contrato en el airePuntos cardenales y Acontece, este último ganador del Premio Provincial de Poesía de Aspe 2021. Le auguro un futuro prometedor como poeta, porque ya el presente promete y tiene muchos años por delante; talmente parece que se hubiera alimentado de poesía desde el vientre materno. Su poesía está preñada de buenas metáforas, su escritura es riquísima en lo simbólico no convencional, en las referencias directas e indirectas a otras poesías (en plural, de autores y de poemas de distinto cuño). Su escritura es brillante y poéticamente fértil por la insólita combinación de un riquísimo léxico que sabe crear preciosísimas y potentes imágenes. Lo hace con contundencia y con una fluidez y una naturalidad que dan a entender un importante y vasto bagaje de lecturas de poesía de la mejor y una exquisita facilidad para beber de ella y convertirla en producto nuevo, personal y maduro.

Por la variedad de temas que trata Árbol axial o la dialéctica del frío viene a ser una ventana abierta a la presentación, a las emociones de todo tipo que mueven al autor, pues no sigue un único hilo temático de principio a fin. También en los diversos estilos que aborda poéticamente se aprecian diferencias que ponen de manifiesto una curiosidad inagotable y una necesidad de escribir sobre los muchos aspectos que impulsan a López-Cabrera a escribir y plasmar en un lenguaje que por su naturaleza se adapta a las sensibilidades exquisitas. Así pudiera decirse que leer este poemario es una buena tarjeta de presentación del autor como poeta y como persona.

Sí, su sensibilidad es exquisita y su maestría en el buen lenguaje poético, también. Las citas de poetas (o no) con las que introduce muchos de sus poemas dan buena cuenta de qué asuntos interesan al poeta y a qué poetas reverencia. La gama es extensa y muy diferenciada, porque conoce y admira las plumas más consagradas en lengua española de muy diversos países y épocas (generación del 98, generación del 27, generación de los 50 españolas, que de un modo u otro dejan su huella en el libro, pero también de otros confines de habla hispánica y de un sinfín de otras más jóvenes).

Como se afirma en la nota introductoria, el amor (y el desamor) es uno de los temas más recurrentes, que, si bien se despliega sobre todo en la primera parte, Árbol axial, también sigue en la segunda, La dialéctica del frío, y aunque, como leemos, apunta en esta última la conciencia social, en la segunda mitad la pluralidad de los temas es mayor: el declive de la vida y la muerte, la nostalgia de la niñez, la amistad, la exhortación a no rendirse, momentos compartidos de calor y humanidad…

Un poema amoroso de la primera parte reza: «[…] / El compostaje de recuerdos nos permite, / en ocasiones, seguir vivos. / Conmutación de la pena de muerte / en muerte de la pena, eres, / y náufraga cortina, arbitraria, nos descubre / el tesoro escondido en la ventana. // […] // No desaparezcas, puerta abajo, / que no ha tenido ocasión, aún, de darse forma, / la mancha azul del cielo, / y el centro de luz aún está dormido, / que es, aún, el sol, carbón prensado.» (Árbol axial, Carbón prensado).

O bien: «[…] // El tiempo hace fácil olvidar / que todo esto, antes que tú, / fue Apocalipsis, / un páramo adyacente a la miseria / de un corazón insano / y famélico   —en los huesos—. // No haberte conocido / fue hecatombe. / Big Bang tremendamente fértil: / conocerte. // […].» (La dialéctica del frío, De allí nunca).

Las amenazas que inducen al ser humano al adormecimiento o a la muerte del espíritu, a sucumbir, impelen al sujeto poético a exhortar a no rendirse ante los embates que nos invitan a la sumisión o a la tentación acomodaticia de la rutina: «No te dejes morir en la inclemencia. / No te espigue el futuro el abandono. / El destierro de ti, / el nunca verte / a ti misma, o mismo, / en el espejo. // No te huyas. / No te largues de ti / hacia los otros. / [...]» (Amor propio). O bien: «No te contengas en frasco de zumo de aire; / recopilarte busca Dios, como en una antología. / Un número más, otra apatía, un contestador / con voz de ti que no es la tuya. // Que si viene, o llama, atemoriza la costumbre, / si te intoxica el paramecio de la sombra; / si se articula en torno tuyo una avalancha, / no atiendas los sables que te apuntan. // [...].» (La estúpida manía de seguir en pie).

La muerte del espíritu es la verdadera muerte, nos advierte: «[...] // Cuando venga el negador de primaveras, / cuando la marea de naftalina te persiga; / cuando sea la hora de la hora, y te caduques, / no te pierdas, corazón: ven a buscarme.» (Ven a buscarme).

Calidez humana traspasa la poesía de López-Cabrera. Vierte en situaciones recordadas o contempladas una mirada reposada, un vínculo afectuoso que le conecta con otras personas y/o con la naturaleza, por ejemplo en el poema que J. A. Goytisolo dedicó a su amigo Gil de Biedma, Bolero para J. G. de Biedma: «Me veo llevado / con vocación de abismo / a hacerlos míos / —los versos que Goytisolo / a De Biedma dedicara—: «a ti te ocurre algo». // [...].» (A ti te ocurre algo). O cuando rememora sentirse transportado a una estación del año a la que el sentido olfativo lo traslada: «[...] // Ya viene este olor de año cansado, / esta paráfrasis de manta y de castañas. / /Si entiendes el oculto léxico del humo / se te abre el conocimiento, las historias / que dentro de las casas cuentan las hogueras». (El léxico del humo).

Técnicamente López-Cabrera utiliza el verso libre con ritmo y cadencia musical, hibridación de palabras: «[…] // Quererte duele menos / si te quiero a contrapelo, / a contranube, / contraespuma, / contramundo cruel, y contrato / y todo sin firmar.» (Amor de ahora), encabalgamiento, sinestesia: «Parpadeará mi voz la carraspera; / el panadero del tiempo, heñir mi carne / y derretirla querrá; y hallar mis angosturas / buscará la ropa que hoy me ciñe. // El octubre de mi muerte y mi recuento / bañará mi cerviz en su lejía, / y lo demás será, caedizo, / convocado por el suelo y por la tierra. // [...].» (Llegaré, si he de llegar).

Altamente recomendable. 

 

Anna Rossell

 

                                                                                                                                  

 Anna Rossell (Mataró, Barcelona) es poeta, novelista, crítica literaria, gestora cultural, filóloga alemana y profesora.

http://www.annarossell.com/ 

https://ca.wikipedia.org/wiki/Anna_Rossell_Ibern

 

Más información sobre el autor del libro comentado, en la página de Sonámbulos Ediciones:

 https://www.sonambulosediciones.com/productos/autor/roman-lopez-cabrera/

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