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domingo, 22 de octubre de 2023

DOSSIER HOMENAJE A SALVADOR TIÓ. Un idioma para cuidarlo. Ágora-Papeles de Arte Gramático. N. 22 II Parte Otoño 2023

          

    Elsa Tió y Salvador Tió Montes de Oca

 

 UN IDIOMA PARA CUIDARLO                                        DOSSIER HOMENAJE A SALVADOR TIÓ 

EL HOMBRE, EL PADRE, EL ESCRITOR, EL INTELECTUAL, EL POETA

 

 

ÁGORA dedica un homenaje, de memoria y reconocimiento a su labor literaria, al escritor, poeta e intelectual de Puerto Rico Salvador Tió.

Parafraseando unas palabras de Antonio Machado en su “Retrato”, a Salvador Tió le debemos cuanto ha escrito movido de su amor al lenguaje y en defensa del idioma español. Su hija, la poeta Elsa Tió, ha coordinado este dossier, y aportado los textos de su padre, junto a poemas suyos que los presentan y nos acercan con lucidez y emoción al autor.

 

“Me decía en una ocasión en Madrid aquella gran poeta chilena, Premio Nobel de literatura, maestra de la lengua, que fue Gabriela Mistral, que los pueblos giran inexorablemente en su órbita cultural-histórica y si se salen de ella se pierden en el vacío.” (Salvador Tió)

 

 

    

                          

                     SALVADOR TIÓ MONTES DE OCA, EL ESCRITOR

 

                Por ELSA TIÓ

 

"Es en su poesía donde nos adentramos aún más en su alma de escritor, y en su décima la ruta más segura para llegar al alma de nuestro pueblo; porque en la poesía, está la vida de los pueblos, como en las olas el ritmo del mar, su latido y su música".

 

 

Salvador Tió Montes de Oca fue periodista, poeta, humorista, ensayista y cuentista puertorriqueño. Dirigió la Editorial Universitaria y presidió Academia Puertorriqueña de la Lengua. Defensor de la lengua y de la identidad puertorriqueña por entender que la lengua es la máxima señal de identidad de un pueblo. Algunos de sus libros son: 

A Fuego Lento, Cien columnas de humor y una cornisa (1954), obra reconocida con el Premio de Literatura (1955), Fracatán de Tirabuzones, también Premio de Literatura (1975). Se suman a estos, seis libros póst-vidaDesde el Tuétano, que recoge parte de su obra periodística publicada en Puerto Rico (1992, Editorial Cultural ).[1]  Lengua Mayor, Ensayos sobre el español de aquí y allá (1991) (editorial Plaza Mayor, Puerto Rico). Su libro de poesía en décimas, titulado Soy Boricua porque soy (1995, Plaza Mayor), el mismo es recibido con entusiasmo por el poeta Francisco Matos Paoli, que elogió el poemario acertadamente expresando que "sus décimas son el mejor ejemplo del feliz encuentro entre la décima culta y la popular…” Se va a volver a editar el libro de décimas incluyendo otras décimas inéditas.

En el 2001 se vuelve a editar Fracatán de Tirabuzones con setecientos nuevos tirabuzones, bajo la editorial Alfaguara, con una introducción del escritor Arturo Pérez Reverte, en la que el novelista elogia el manejo de la lengua por el autor de Fracatán de Tirabuzones y lo compara con Quevedo.

 

Porque el tirabuzón de Salvador Tió no es sino la estocada rápida, certera, que una lengua viva, hermosa y secular, una lengua de limpia ejecutoria, asesta en el mismo centro de lo cotidiano, de la reflexión, de los objetos y de los seres. El tirabuzón es digno descendiente de las fintas, de los ángulos, la esgrima perfecta que los maestros del Siglo de Oro, Quevedo, Gracián, Lope, Cervantes fijaron en tratados magistrales todavía vigentes”.

 

 Y ahora se volverán a editar bajo la editorial Raíces. 

 

 En el 2002, se publican sus relatos de Navidad, en el volumen titulado Por la Cuesta del Viento, hermoso libro ilustrado por el pintor José Alicea y prologado por la educadora Isabelita Freire de Matos. Son relatos de su infancia en San Germán. 

 Su poesía inédita casi en su totalidad se publica en el 2009, por la Editorial Universitaria, titulada: Trópico en mi Sangre y prologado por el Dr. Luis de Arrigoitia en la que expresa que" en su poesía nos deja el retrato de su ser más auténtico y en los términos característicos de la mejor poesía contemporánea". Pero se volverá a editar con 24 poemas inéditos.

En el 2012 se publica su obra de ensayos sobre el humor titulada, Amor, humor y literatura, por el EDP College y sus fondos van para becas a estudiantes.      

Salvador Tió acuña los vocablos, espanglish, inglañol, puertorricano y ameriqueño. En el 1947 en el extinto Diario de Puerto Rico publica su artículo La teoría del Espanglish, en el que expresa que el espanglish " son dos medias lenguas que no suman una."  [2]

            Es en su poesía donde nos adentramos aún más en su alma de escritor, y en su décima la ruta más segura para llegar al alma de nuestro pueblo; porque en la poesía, está la vida de los pueblos, como en las olas el ritmo del mar, su latido y su música.  

 

 Sobre el humor de Salvador Tió, escribió el escritor Emilio S. Belaval: “Yo no soy un humorista. Mi generación tiene en Salvador Tió nuestro humorista, un humorista como deben ser los humoristas, dotado de una fuerte cultura, con comprensión mayor de la tragedia del hombre que la tiene el economista, el profesor o el crítico, que además tiene gracia para escribir en cuyo espejo, donde ya ha empezado a cuartearse el azogue, se retrata una humanidad distinta a la que el vulgo conoce. Puede ser que este espejo del humorismo sea el más apropiado para presentar el intríngulis de un mundo agónico. Pero el humorismo puertorriqueño es una responsabilidad de Salvador Tió, de la cual yo no pienso descargarlo.” 

 

Nueva edición de Tirabuzones en Sello editorial

 

 

 

 

               1 / SALVADOR TIÓ. EL HOMBRE, EL PADRE,, EL ESCRITOR

 

"TIERRA PEQUEÑA Y FRÁGIL", UN POEMA DE SALVADOR TIÓ; PRECEDIDO DE UN FRAGMENTO DE "PALABRAS SIN ARGUMENTO"

 

"Defiendo la palabra porque es raíz del acto y el hombre se mide por sus obras. Ser es hacer. Y el acto antes de serlo fue palabra, y antes que palabra, pensamiento. Pensamiento y palabra están muy cerca, al alcance de la voz. Las palabras se pierden por desuso y se gastan por abuso. Nuestro lenguaje político está lleno de palabras vacías y vacío de palabras respetables. Unas van perdiendo su prestigio por huecas y otras replegándose hacia el olvido por olvido. Y en presencia de las palabras ausentes y guardándoles las espaldas yo digo que nuestra generación tiene que buscar en un claro y hondo sentido de la lengua, una más clara y honda expresión de su vida: el sentido vital de su misión”.

 

Fragmento de Palabras sin argumento- Desde el tuétano

Salvador Tió -Montes de Oca

 

 

TIERRA PEQUEÑA Y FRÁGIL



Tierra pequeña y frágil.

Por frágil y pequeña más vehemente

nuestro quererte, nuestro desearte.

Nuestro amor es amor de defenderte.

Jamás soñamos lo que puedes darnos

sino lo que podemos ofrecerte.

 

Cuando pensamos en tu breve suelo

y en esta gente contra sí apretada,

en esta pobre gente confundida

que entra y sale y viviendo se desvive

y lucha con angustia y con desvelo

para existir sin rumbo y sin destino,

y que va y viene sin saber adónde,

y ama y se multiplica y sufre y muere

con la memoria del ayer borrada

y la esperanza del mañana rota...

 

entonces es que siento,

por donde quiera que los hombres sienten

esta angustia sin fin de andar perdido.

 

Entonces es que siento,

con la raíz en tierra movediza,

cómo puede perderse, hundirse, disolverse

como un sueño en la sombra,

la exaltada pasión de ser de algo

que algo de siempre tenga y de infinito.

 

                     Salvador Tió

 

 

A MI PADRE

 

Hoy recuerdo a mi padre en el sillón
meciendo el humo de sus penas.
Soy heredera de sueños perdidos
Y del amor a mi tierra.


               *

A papá lo recuerdo y lo recuerdo
añoro su cariño de toro y de paloma
su genio y su ingenio
su inteligencia aguda como puntas de estrellas.
Su mirada triste tallada en el viento
su camino de luna desenredando sombras
y el hueco de sus manos calentando sus nidos de cariño.
Para él va mi beso montado en una nube de lluvia
de las que hacen nacer a las semillas. 

 

                    Elsa Tió

 

                                                 (Inventario de la Soledad - 1887)

 

 

 

         ESTAMPA DEL AÑO NUEVO

Fragmento de un cuento escrito por mi padre, donde él recuerda a su padre*:

 

            Estábamos todos, juntos sin más familia ni más amigos, nosotros solos. Mi madre, tan hermosa que parecía unos de esos retratos que lucían porcelanas de la sala; mi padre con su chaleco perpetuo y leontina de oro y su bigote de hombre serio y mirada de hombre cabal, viendo a sus hijos matar el tiempo. Nosotros, los hijos, ni tristes, ni alegres. Simplemente éramos. No tenía importancia que habría un año menos, o que vendría un año más. El tiempo a los niños no les pasa. Sucede. Y el reloj dio las doce. Y las campanas de la iglesia se volvieron locas. Y se oyó un clamor en las calles que creció como un río. Y de pronto una salva, de disparos de más lejos, de más cerca, dejo caer su chubasco de escándalo, su nervioso estampido.          
            Parecía un pueblo armado asesinando estrellas. Parecía que no había un hombre en el pueblo sin balas o pistolas, y ganas de mostrar su prepotencia. Mire a mi padre, permaneció impasible. Yo esperaba que el también esperaba que fuese a buscar su revólver. Que estremeciese el aire a fogonazos. Permaneció impasible. Me entendió la pregunta en los ojos. " Yo no tengo revolver". ¿Y por qué? " Nunca pensé que podía que algún día podría matar un hombre".

            Han pasado muchos años. Y todavía recuerdo aquellas palabras desdeñosas y desdeñosa y orgullosa actitud contra la violencia de un hombre que parecía frágil pero que tenía, donde hay que tenerla, en el espíritu, toda la fortaleza que hay que tener para imponer respeto. Desde entonces no hay nada que respeta más que las palabras. Cuando las dice un hombre”.                                                                                                                                                                              Salvador Tió

 

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*Fragmento del cuento titulado ESTAMPA DEL AÑO NUEVO, escrito por Salvador Tió Montes de Oca. El cuento aparece en un libro titulado Por la cuesta del viento, que se compone de tres relatos de Navidad.  

Otro de los relatos de libro titulado Por la Cuesta del Viento:  El beso de Melchor es un cuento de Navidad muy hermoso y muy querido por los lectores, se puede leer en:

 https://issuu.com/salvadortio/docs/salvador-tio-cuesta-viento-beso-melchor

(Nota de Elsa Tió)

 

 

                       

UNA HIEDRA DE SAL *

   

A mi padre

 

 

 

Hay recuerdos que se vuelven espadas

en mis versos,

hunden hasta el fondo su tristeza, su rabia,

penetran sin miedo en mi costado

le abren paso al dolor y a la derrota.  

Hoy vengo a acariciar

la frente herida de mi padre  

a repasar aquella forma de morir sin queja,

e incapaz de congraciarse con la muerte.  

Me conmueve su entereza de hombre

la ternura en sus gestos,

su voz de terciopelo rojo consolando mis miedos.

A pesar de los años

una hiedra de sal se amarra a mis heridas

la rosa de los vientos amortaja la luna

el horizonte vuelve a fruncirme el ceño,

y sortea mis tormentos

con la lápida rota de mis sueños. 

 

        Elsa Tió (del libro Desnuda de palabras - 2018)

 

 

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*Este poema lo escribíó Elsa Tió cuando murió trágicamente su padre en un accidente de coche. 

 

 

 

             2 / SALVADOR TIÓ. EL POETA

 

 

Salvador Tió

 

POEMAS DE SALVADOR TIÓ MONTES DE OCA

 

Canción sin argumento  

 

 

!Qué de vueltas y vueltas que da el tiempo 

antes de detenerse a ser destino! 

Una cosa es el agua 

otra el molino 

y entre un sol y otro sol está la rosa 

derramada del vino,

está el silencio largo del camino 

y la amargura de saber que es tarde…. 

Hay un sol que no arde. 

Hay un cielo cruzado de presagios. 

Hay un mar circulado de naufragios, 

un sueño, una canción, una tristeza, 

una sombra que inclina la cabeza, 

y un pájaro que cruza desolado 

sobre esta sangre que se da al olvido. 

!Da tiempo el tiempo para ser llorado 

y dado por perdido! 

 

                         (del libro Trópico en mi sangre)

 

Por la calle del Sol

 

 

Yo tengo un pueblo

amarrado al recuerdo

como un barco a su muelle.

Yo tengo un pueblo

que sube hasta la luna

por la empinada calle de la Luna

y que llega hasta la luz

por la calle del Sol

y juega por la brisa por la calle Del Viento'.

 

Yo tengo un pueblo que tenía dos trenes

que nos ataban con la lejanía

y un río que madrugaba el canto 

al gallo mañanero.

 

Yo tengo un pueblo

con las calles bordeadas de balcones

patios cuajados de pájaros y nidos,

de rostros amigos y recuerdos

y un oculto rincón donde aprendí 

a conjugar el verbo amar.

 

                                                                    Inédito

 

 


Sabana Enea*

 

 

 

 
El mar de la caña cubre de verde
la tierra fea…
¡Sabana Enea!
El mar que nace en el monte
En la pupila se pierde
¡Sabana verde! 
Y una lágrima lo viste
¡Sabana triste!
 
La canción que el carretero cantaba
ya se ha perdido,
y el carro que acompañaba 
con su silbido.
Y la yunta quemada.
¡Girasol!   ¡Pañuelito!
el campo de oro
ya es gemido.
 
Ya todo es tiempo muerto
me lo han matado,
en mitad del camino
los emigrados.
Los hombres de la zafra
se han ido al frío
y en el cauce sediento
No canta el río.
 
Isaías, Juan Palomo,
Marcelo Ramos,
El toro que era Cheo,
Todos se han ido.
 
La tierra está cubierta
por el olvido
la noche la santiguan
los aerolitos.
¡Ah! Nostalgia, los nombres
que me has traído.
Mis padres ya se fueron
Pero aún bendigo
el suelo que pisaron
el suelo amigo
que guarda sus cenizas
con mis suspiros.
 
La tierra está desnuda
la yerba seca.
El húcar de las barbas
Valleinclanescas
se estremece en el viento 
de mi tristeza.
Y cruzan por el aire los guaraguaos
del cerro de las auras
a la maleza.
El paisaje está quieto y está callado.
Se está muriendo el tiempo,
lo están matando.
Y el molino de viento
se ha deshojado
como una margarita
que se ha secado.
 
La bajura se inflama
¡Sabana Llana!
La bajura se quema
¡Sabana seca!
Se pierde en la bajura mi lejanía
Sabana del recuerdo
¡Sabana mía!
 
Se ha perdido el caballo
que galopaba
de horizonte a horizonte
la madrugada.
Ya no restrilla el látigo
Rúbrica al viento, 
Ni las misericordias;
Ponen su acento.
De tragedia y de muerte
Sobre los cerros.
Están achiqueradas las esperanzas
Esperando el momento de su momento
El momento no llega.
Mi tiempo ha muerto.


                                                      1931

 

 ------

*(campo del pueblo San Germán, los personajes que se mencionan trabajaban en la finca La Montalva)

 



Estampa Yerta

 

 

Noches de lluvia.

La plaza tiembla.

Los pobres bancos;

-Desmesurados bocas de piedra-

están hambrientos de las fatigas

de las beatas y las abuelas,

Los pobres bancos

esperan tristes- inútilmente

que alguna vieja

les deje un poco de su cansancio,

o una tajada de sus caderas.

Una farola desmelenada

suena que suena con la retreta.

La plaza tiene piel de gallina

y escalofríos de luz y agua

sobre sus carnes blancas de piedra.

                    

                                         1938

                                                                     Inédito

 

 

 

(Décimas)


 

LLevo una clara evidencia

de que el pasado es presente,

en el alma y en la frente

y en la mirada de ausencia.

En mi alma hay una esencia

de pétalos deshojados,

de recuerdos acabados,

de cosas que se perdieron,

y de sueños que murieron

de esperar, desesperados.

 

!Ay, cuanto tiempo perdido

y cuánta esperanza muerta

y cuánta flor en mi huerta

marchitándose de olvido!

Qué muchas cosas se han ido

de mi vida, y qué temprano...

sólo un corazón hermano

hallé en mi vida desierta

y al darme su flor abierta

se me hizo verso en la mano.

 


 

 

NUEVA CANCIÓN DE LAS ANTILLAS *

 

Antillas; ron, marino, prostituta. 
Antillas; caña y coco y caciquismo.
Antillas; sol y viento sin disputa,
huracanado asunto de turismo,
borrón de imperialismo,
y sádico festín de fuerza bruta.
¡Viruta! ¡Viruta!

 

De sol a sol, de la montaña al llano. 
Designios verticales deprimidos, 
cuerpos casi vencidos,
Detritus de aluvión, 
residuo humano,
corazón decaído
como de flor que va de mano en mano. 
O de mujer que rueda como un vino
de marino en marino 
de gringo en antillano.

 

Así somos, así nos han pensado,
pero no hemos de ser eternamente baratija o detente
del turista que llega ya cansado de tan falsificada geografía.

 

Aquí, en el mediodía,
en el mar nuestro, 
el mar de nuestro día, 
hay un ciclón de anhelos rebosado, 
un viento agudo de pasiones fuertes,
traspasado de muertes,
con la fe bien puesta en el dolor callado.

 

En tarjeta postal aprisionado
no presiente el paisaje que está herido, 
ni descubre su agónico latido.
Su dolor es tecnicoloreado.

 

Jíbaros, guajiros, jilgueros, cacatúas
empleitas plumas, colorines, soles.

 

¡Hay que tener bemoles
y alambradas de púas
para sacar el hambre del paisaje 
y presentar el trópico en tarjeta
como un niño de teta
para incitar al inocente viaje!

 

Cuadriculado el círculo del viento,
el ciclón es un cuento
de revista barata que nunca se desata
ni hace el menor intento
de atacar el turista descontento
que busca lo peor y lo retrata.


¡Mi trópico enjaulado!

¡Qué mucha luz y qué mucho derroche, 
y qué muchos fantoches a vivir del embuste dedicado!

Y a pesar de las lunas inflamadas,
de la cruz que llevamos en la frente,
y de esa pobre gente
que carga con sus vidas desplomadas 
propasadas de angustias y de fiebre 
hasta el sol posa, para que el retrato
no salga mal y no se escape el gato
que se pretende hacer pasar por liebre.

Se ha perdido el recato.
El pudor que es vergüenza se ha perdido,
y no hay un solo punto conocido
que no haga del dinero y del boato
el punto fuerte, que es el punto flaco.
¡Eso es llamarse un taco!
¡Un tercio! eso es lo grande y lo prudente. 
Lo demás es majadería de bruto.
No hay como ser astuto
para poder vivir gloriosamente.

 

¡Qué cosa! ¡Qué salero!
Los comerciantes hacen su dinero
vendiendo sal de fruta sin la fruta. 
Y convierten la dama en prostituta 
como si todo fuese un gran relajo 
como si no costase nada ser decente.
¡Pobre gente! que vive boca abajo
y cree que vive tan altivamente.

 

El viento se fatiga, compañeros,
y el sol se daña en los estercoleros
y en el fanguito y en la manglería
la inmundicia chorrea
cuando sube hasta el tope la marea
y llena el batey de porquería.
¡No miréis, caballeros!
¿Qué hacer con tanta mierda?
Perito del gobierno,
ponedle un poco más pericia.
¡Que con inmundicias también se hace dinero!

 

Y en el aire febril que nos rodea
el perfil que hemos puesto a la intemperie
se multiplica en serie.

 

Tenemos libre y sin tarifa
nuestra cuota de cielo,
y nuestro aire no paga cabotaje,
es la única rifa
que nos hemos sacado por consuelo.
Lo demás es el suelo
y al suelo está amarrado el coloniaje
y cada hombre nace al desconsuelo
de saberse ceñido a su destino
que es un destino aciago, 
como un viaje, que no se sale nunca del camino.
No va a ninguna parte.

 

Es un arte.
Ser el grano en la piedra del molino,
y continuar creyendo que la harina
seguirá siendo parte del paisaje.
No es aguaje.
Es lo que la inocencia afirma 
infinadamente y sin ambaje.

 

 

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*Escrita en la década del 40 del siglo XX.

 

Nueva Canción de las Antillas pertenece al poemario Trópico en mi sangre, lo vamos a volver a editar ahora, añadiendo 24 poemas inéditos. (Nota de Elsa Tió)

 

 

 

 

           3 /   SALVADOR TIÓ. EL INTELECTUAL

 


 

Amor, humor y literatura

 

Es natural que todo pueblo ame su lengua. En ella, cada ser humano recibe las primeras impresiones, sus primeras experiencias que andando el tiempo se hacen recuerdo y norma de conducta. La carga emocional que una lengua va acumulando en el alma de los que la hablan es insustituible. Por algo decimos que la lengua es el alma de los pueblos, desde ella amamos, luchamos y creamos.

La lengua juega con el sonido, que es vibración del aire en las cuerdas vocales, trasladándolo desde los labios a los dientes hacia el paladar y la faringe, con mayor o menor intensidad.

            Y ese juego se aprende desde la cuna y se automatiza con mayor naturalidad. Nadie tiene que pensar dónde ha de poner la lengua para decir relámpago o catarata. Por eso es un placer jugar con la lengua materna, que es igual a jugar con las palabras y por lo tanto con las ideas. Hay placer al saber ordenar las palabras, porque es la manera de ordenar el pensamiento.

La naturaleza también nos enseña amar la lengua, porque la naturaleza tiene su lenguaje y fue la maestra del idioma del hombre primitivo. El hombre aprendió a hablar con el susurro del viento en los árboles, con el murmullo del agua del río, con el rumor de las olas del mar. Debe haber aprendido la r con todo lo que se arrastra en la selva; y la K con todo lo que cae, tronco, roca, peñasco. Primero la imitó. Después la recreó. Las palabras con r dicen ruido; las palabras con K dicen caída, las palabras con L son de la luz que está en la estrella, el lucero y el sol. La a pregunta, con la o decimos el asombro; con la e lo que se pone en duda. Con la i la sonrisa; no se puede decir sí sin sonreír. Y la u es la letra del susto, del temor.

El hombre aprendió a hablar con los pájaros y muchos se llaman como se llaman porque ellos mismos nos dijeron su nombre; el juí, el judío, el bienteveo, el guaraguao, el pitirre. Y estos que señalo son nombres nuestros, no los dice así nadie más. Y el coquí, también él mismo se puso el nombre. La N es letra de fuerza. Con ella nos negamos, a lo que sea. La n es la del “no”, que atemoriza, la ñ nos da el ñe, ñe, ñé, del hombre “ñénguere, pero también el “coño del indignado.

Nuestra lengua viene de lejos y acarrea en su caudal el saber de muchos pueblos. Decimos Olimpo, Dios, ninfas, sirenas, filosofía, idea, armonía, matemática, geometría, música, política; y Grecia está hablando en nosotros.

Decimos ciudad, estado, rey, emperador, legión, civilización, paz, justicia, juez, juramento, ritual; y Roma está hablando en nosotros.

Decimos almud, aljibe, aceite, arroz, almohada, sofá, y el mundo árabe está hablando en nosotros. Decimos soneto, cháchara, ritornelo; y aparece Italia en nuestra lengua.

Y llegan las carabelas, y surge el misterio de voces nuevas, y desde canoa, que es la primera palabra americana que salta al diccionario de Nebrija, hasta quinina, cabuya, chocolate, macana, guayacán, batey, tabonuco, huracán, América habla por nosotros. Y del taíno, del nahual, del quechua, del Guarini, del cumanagoto, acentos de la América autóctona llenan la lengua de nuevas cualidades expresivas.

Y de África nos llegan palabras rítmicas: ñáñigo, ñame, bongó, bembé, bomba, bambulé, bachata, titingó, mofongo y jurutungo.

Y ese caudal, esa trabazón se dio con el encuentro y des- cubrimiento de la Conquista española. No se ponía el sol en el Imperio Español; tampoco sobre su lengua, nuestra lengua, que, como un río caudaloso, fue arrastrando consigo árboles, flores, frutas, aves de todos los plumajes, nombres de sitios que habían permanecido ignorados, lugares que habían estado escondidos a los ojos y oídos del mundo por milenios.

 

Salvador Tió.  De Amor, humor y literatura (Fragmento).  EDP College, Colección Honoris Causa, 2012

 

 

 

Resistencia y lucha en la defensa de la lengua materna

 

“El que se cree más importante porque conoce una lengua mejor que la propia, en realidad se disminuye”.

Pedro Salinas[3]

 

La historia nos hace la cultura, y la cultura y la lengua caminan siempre cogidas de la mano.

En una lengua como el español, que recoge como 100,000 voces en el diccionario, y tiene un número tres o cuatro veces mayor sin recoger, es muestra palpable de su riqueza expresiva. Y es en parte la razón de nuestra resistencia espiritual cuando se dio el choque cultural del 1898 con la invasión norteamericana. Hubo una resistencia porque a pesar de que aquí había una economía mucho más rezagada que la del invasor, había una cultura recia y una lengua más resistente. Por eso, casi un siglo después, la cultura y la lengua han resistido.

Puerto Rico en el siglo XIX era una nacionalidad históricamente diferenciada, un pueblo con conciencia de sí mismo que había dado a las letras, al arte y a la ciencia dignos patriotas como Alejandro Tapia, Alejandrina Benítez, Lola Tió, Gautier Benítez, José Gualberto Padilla, Román Baldorioty de Castro, Ramón Emeterio Betances, Segundo Ruiz Belvis, Rosendo Matienzo Cintrón, Salvador Brau, Pechín Marín, Manuel Zeno  Gandía, Luis Muñoz Rivera, Eugenio María de Hostos, José de Diego y tantos otros. Oller nos pintó la patria, y nuestro científico Agustín Stahl dibujó cada planta y fruto de nuestra campiña.

Sin embargo, nada de esto parecieron ver o entender los señores Eaton y Clark que llegaron pisándole los talones a las tropas del General Miles. Llegaron, enviados por el Presidente MacKkinley, con la misión de organizar un nuevo sistema de educación pública en Puerto Rico.

El informe de Clark al Presidente de E.U. delata una crasa incapacidad para entender la realidad puertorriqueña y entre sus disparatadas conclusiones expresó:

“Entre las multitudes puertorriqueñas no parece existir devoción por su idioma, ni por ningún ideal nacional comparable con la devoción que mueve a los franceses, por ejemplo en Canadá o en las provincias del Rin. Otra consideración importante y que no debe pasarse por alto es que la mayor parte del pueblo de esta isla no habla un español puro. El idioma es un patois incomprensible para un nativo de Barcelona o de Madrid. No posee literatura alguna y tiene muy poco valor como instrumento intelectual. Existe la posibilidad de que sea tan fácil educar a este pueblo para que en lugar de su patois adopten el inglés, como sería educarlo para que adopte la elegante lengua de Castilla”.

A base de ese informe se implementó la política pública de la desnaturalización y con ello empezó una lucha recia y una resistencia por mantener nuestra sustancia nacional. La lucha no fue en contra de aprender inglés, a lo que nadie se oponía. La protesta fue para combatir el plan de suplantarnos una lengua por otra. No ha sido exagerado que dicha lucha por defender nuestra lengua materna, máxima señal de identidad, haya sido heroica, y que hay tanto heroísmo en el sacrificio lento, callado pero combativo como en la sangre que se derrama en la lucha.

El comienzo de esa lucha está bien documentada en la tesis recién publicada de Aída Negrón de Montilla titulada La americanización en las escuelas públicas[4], donde se puede ver con claridad meridiana el intento, o más bien el atentado, que se quiso perpetrar en Puerto Rico para convertir al pueblo en mero material etnógrafo. Para ello lo primero que había que hacer era desvalorizar nuestros valores e historia y suplantarnos la lengua.

Recuerdo mi experiencia educativa de niño, se agigantaban los hechos históricos de los Estados Unidos y se soslayaba o se desacreditaba lo nuestro. Los peregrinos aparecían ante nuestros ojos de niño como una legión de beatíficos colonizadores, con su babero blanco y su moral impoluta, que rezan todos los días al acostarse, al levantarse y antes de las comidas y comen pavo con los indios en la misma mesa en una enternecedora fiesta de confraternización. Cuando como cuestión de hecho acabaron con 14 millones de indios, les violaron todos los tratados firmados y hoy viven los indios americanos en reservaciones como animales.

Se magnificaban las figuras ilustres de la historia americana y se disminuían las nuestras. Y sobre el Grito de Lares no se decía nada, y sobre la lucha digna de nuestros patricios por conseguir la abolición de la esclavitud, no se decía nada, ni por la lucha por conseguir la Carta Autonómica, no se decía nada, de esa y tantas otras luchas. Sin embargo celebraron con bombos y platillos las figuras y desfiles y fiestas las efemérides de los Estados Unidos. Y tal parecía que los puertorriqueños no teníamos nada que celebrar.

Y mientras tanto, les puedo asegurar que la mayor parte de los alumnos que salían de nuestras escuelas lo único que sabían de su propia historia está comprimido en está cápsula, “los españoles sólo vinieron a buscar oro y a destruir indios. Cuando se acabó el oro, se dedicaron a la trata de esclavos”. Con esa superficialidad despachaban 500 años de historia, pero repetida año por año, acabó por destruir en miles de jóvenes el orgullo de un pasado digno. Y nadie se llame a engaño, todo sistema educativo que destruya el amor a lo propio y el orgullo de ser lo que se es, equivale a un genocidio. La educación fuera de su cultura e identidad es un cascarón vació.

Pero si el estado, por una trágica voltereta de la historia, se convirtiese en realidad, la horrenda campaña de suplantación de nuestra lengua que empezó en el 1900 y se liquidó en el 1950, volvería la lanzarse con violencia increíble y en dos o tres generaciones Puerto Rico se habría liquidado como entidad cultural y lingüística. Y no se le puede romper a un pueblo sus raíces sin dejarlo inservible para la historia. Inservible para nosotros mismos, y para el amplio mundo hispanoamericano al que también por nuestra lengua servimos de puente con E.U. Nos quedaríamos como con un lenguaje casero, no apto para el poder ni para la creación.

Aprovecho el día de hoy para decir claramente que si el sistema de instrucción de Puerto Rico no puede hallar los medios y maneras de despertar en cada puertorriqueño el orgullo de sí, de su cultura, su lengua y su historia; en una generación más habrá aquí un pueblo roto, vuelto contra sí mismo, y su se habrá sustituido su voluntad de ser y de permanecer por los paraísos artificiales de la droga o el tranquilizante de los cupones de alimentos.

 

 

 

 

Anglicismos

 

 

La historia nos hace la cultura. Y en estos ochenta y cuatro años se han producido intrusiones que, para bien y para mal, nos han marcado con el sello inconfundible de la metrópoli: en la arquitectura; en el derecho por influencia del derecho común inglés; en el juego político tan superficialmente democratizado que hasta hemos copiado las carnavalescas asambleas para la nominación de candidatos; en la vida social, en la que vemos deshilachándose el entretejido de la vida familiar que ha sido uno de los secretos de la solidaridad del grupo; y en la lengua, que está sufriendo la intrusión demasiado rápida del anglicismo, que empezó forzadamente en la escuela y ha continuado en los negocios y en las últimas décadas en la industria.

El anglicismo puede ser enriquecedor cuando viene a llenar un vacío, a suplir una deficiencia expresiva. Hemos adoptado infinidad de palabras inglesas que enriquecen la lengua como parking, récord, controversial, estándar, estrés, control, chequear, crucial. Pero es contaminante cuando es innecesario y viene a sustituir una palabra adecuada por algo tan inadecuado como decir “diméeame” la luz en vez de atenuarla. Por ejemplo, cuando a una palabra española le ponen su significado en inglés: “Apología” en inglés es excusa, en español es elogio, “realizar” en inglés es darse cuenta. En español es hacer. Si decimos “exijo una apología”, estamos perdiendo el significado de elogio. Si decimos las “figuras” de la cuenta de banco, en lugar de hablar de “cifras”, estamos confundiendo el modelo económico, con la modelo de las revistas. Si decimos “estoy realizando” por decir “me estoy dando cuenta”, estamos realizando una descomposición del español sin darnos cuenta. O cuando se confunde “fatalidad” que en español es desdicha o predestinación con el fatality que se usa en inglés para decir muerte. Si podemos decir que los puertorriqueños sufrieron 2,000 “fatalidades” en Corea, alguien dirá que miles de heridos fueron miles de “casualidades” (casualties).

La escuela puede intervenir deliberadamente en el destino y preservación de la lengua. La lengua hay que guardarla. Si se pierde, se pierde con ella la cultura, la solidaridad colectiva, el vínculo que nos une a una gran historia, a una de las grandes culturas que ha producido la humanidad, y a un posible futuro de grandeza. Si se desfigura la lengua, si se convierte en dialecto, pasaremos de isla geográfica a islote culturalmente deshabitado, y este pueblo se convertiría en mero material etnográfico, masa amorfa, peonada y factoría. Y no olvidemos que cuando un pueblo se corrompe lo primero que se le daña es la lengua. Y una patria que se pierde como una raza que se extingue no se recupera jamás.

La hinchazón de un pseudonacionalismo particularista llevó a creer que podían surgir en América tantas lenguas nacionales como naciones, idea pequeña que alimentó el entusiasmo de sus adeptos y llenó de inquietud a sus opositores. Tal separatismo lingüístico haría tanto daño a la cultura continental como antes nos hizo a todos el desmembramiento de la unidad política.

Mal le puede servir a su nación quien por buscarle la cuestionable gloria de forjar una lengua propia la repliega sobre sí misma como un caracol y acaba por aislarla de su mundo. La aspiración estaba condenada al fracaso y hoy tiene menos partidarios que el esperanto. Seguirán naciendo y muriendo palabras todos los días, pero la lengua misma desarrolla una alergia contra lo que es contrario a su naturaleza, a su constitución, a su manera de ser y conducirse.

Me decía en una ocasión en Madrid aquella gran poeta chilena, Premio Nobel de literatura, maestra de la lengua, que fue Gabriela Mistral, que los pueblos giran inexorablemente en su órbita cultural-histórica y si se salen de ella se pierden en el vacío.

    Con ese horror al vacío vivimos los puertorriqueños de conciencia. Existe una manera de ser puertorriqueño que nos permite reconocernos, comunicarnos, identificarnos, ese pasaporte a nuestra identidad colectiva se les ha traspapelado a algunos. Otros no saben de qué se trata y están llenos de vacío. A otros no les importa mucho. Pero el instinto de conservación nos dice a todos que, perdida la identidad, pasaremos por la historia sin dejar huella. Sería un triste destino.

    El tamaño de la tierra significa menos que las dimensiones del espíritu. Y no me equivoco en afirmar que en el país hay reservas para enfrentar lo que traiga el río turbulento de la historia; y para salir del remolino de la confusión agarrados a la tabla de salvación de nuestra identidad.

                             Salvador Tió
 
 
 

 

                                                    Colofón

 

SEMBLANZA DE SALVADOR TIÓ MONTES DE OCA

(15 de noviembre de 1911 – 17 de septiembre de 1989)

 

                         Por Sylvette Cabrera Nieves

 

En 2011 Puerto Rico celebró el centenario del nacimiento del escritor. En abril de 2024 se celebrará un nuevo homenaje a Salvador Tió que lleva el título Fiesta de la lengua.

Ágora ha pedido a la autora puertorriqueña Sylvette Cabrera su dibujo a grandes rasgos, en forma de semblanza, del hombre y del gran escritor, como colofón al sencillo homenaje que le tributamos en la revista.

                                         

 

Sus padres fueron Salvador Tió Malaret y Teresa Montes de Oca Branderes quienes residían en el Pueblo de Mayagüez y allí nació un 15 de noviembre de 1911.

Narrador, poeta, ensayista, editor y periodista puertorriqueño, promotor de la cultura y humanista nacido en Mayagüez. Estudió Leyes en Puerto Rico y para ampliar su formación jurídica prosiguió en la Escuela de Derecho de la Universidad de Columbia en Nueva York y en la Universidad Central de Madrid. Sin embargo, se consagró al cultivo de las Letras a través del periodismo y en las labores de desarrollo cultural en Puerto Rico en la Editorial de la Universidad de Puerto Rico. Fue Presidente del Ateneo Puertorriqueño y de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española.

Alcanzó gran prestigio en el periodismo colaborando con los periódicos y revistas principales de su isla natal. Colaborador habitual del rotativo Diario, por muchos años, con su columna “A fuego lento” y obtuvo el Premio de Periodismo en 1948. Es en la narrativa donde se destaca con ensayos y biografías, asimismo con relatos de tipo popular, por su claridad y sencillez plasmando la cotidianidad de la vida, el habla y costumbres de los puertorriqueños del siglo XX.

Es a Tió Montes de Oca a quien se le atribuye acuñar el término “espanglish” durante la década de los años 40 para reprochar la costumbre de mezclar indiscriminadamente palabras en español y en inglés. Publicó Desde el tuétano: Teoría del Espanglish. (Primer libro-periódico de Puerto Rico), Lengua Mayor: Ensayos de aquí y de allá, Fracatán de Tirabuzones, Amor, Humor y Literatura, entre otros.

Siempre preocupado por promover el desarrollo cultural, político y social de Puerto Rico y de su identidad nacional. En términos políticos fue un autonomista dentro de la tradición originada en el siglo XIX puertorriqueño. Unió la noción de autonomismo con la de soberanía y defendió la mayor autonomía compatible con la relación política entre Estados Unidos y Puerto Rico. Entre sus frases célebres destaca: “Los que creen que su pueblo es incapaz de gobernarse por sí mismo y no creen más que en la libertad que nos presten, no tienen complejo de inferioridad: son inferiores”.

Visionario y valioso cultivador de la décima espinela[5]; escribió La Décima Borinqueña de Salvador Tió: Soy Boricua porque Soy, Editorial Plaza Mayor (1995).

 

Liberación Femenina

 

La ley de la evolución

 aceptada por la ciencia 

apunta la diferencia 

entre mujer y varón. 

A una diferenciación

que Charles Darwin apunta

no quiero sacarle punta

porque la cosa es muy clara.

Aquello que nos separa

 es lo mismo que nos junta.

 

 

        Sylvette Cabrera Nieves

 

 

 

 

PARA CONOCER MÁS AL ESCRITOR SALVADOR TIÓ:

1.Recomendamos el video, presentado por el escritor don Salvador Tió Montes de Oca.

https://www.youtube.com/watch?v=yLaZuAsa4wk

Reflexiones sobre la obra literaria de Juan Ramón Jiménez, José Ortega y Gasset por Jaime Benítez

El Dr. Jaime Benítez, quien fuera rector de la Universidad de Puerto Rico entre 1942 y 1971, reflexiona sobre los vínculos de Juan Ramón Jiménez y José Ortega y Gasset con la historia de Puerto Rico. Resalta las obras de ambos sus aportaciones a la riqueza literaria internacional. Prólogo por el poeta y escritor Salvador Tió Montes de Oca. Llevado a cabo en la Casa de España en San Juan de Puerto Rico el 16 se septiembre de 1981.

2. También recomendamos esta página de la prestigiosa revista Cayey, que tributa un homenaje al Salvador Tió, en su poscentenario.

Revista Cayey: Universidad de Puerto Rico en Cayey. N. 93. (Agosto 2012)

https://www.upr.edu/cayey/wp-content/uploads/sites/10/2016/01/Revista-Cayey-93.pdf

3. Y también una interesante reseña, firmada por José Borges, Humor, amor y literaria, Salvador Tió inédito:

https://www.elblogdeborges.com/?p=2403

 

 

 

 

 

 

ELSA TIÓ es hija del escritor, periodista poeta, ensayista y humorista Salvador Tió Montes de Oca y descendiente de poetas.

Recibió en dos ocasiones el Premio Nacional de Poesía otorgado por el Instituto de Literatura de Puerto Rico. Empezó a escribir versos antes de saber escribir. A los siete años se publica su primer poemario titulado Poesía, del que Juan Ramón Jiménez dijo que podía él haber firmado, poemario que apareció en una edición cerrada de 200 ejemplares, destinada a amigos y familiares con un prólogo de Eugenio Florit. Recién la editorial SM editó una edición ilustrada de esos poemas titulado La rosa va caminando. Otros poemarios: Detrás de los espejos empañados, Inventario de la Soledad, Palabras sin escolta, Desnuda de palabras, en noviembre sale su libro de Haiku titulado Puerta de Escape. Y tiene otros dos libros de poesía en preparación.

Se graduó de Bachillerato en Humanidades de la Universidad de Puerto Rico en 1972. Continuó estudios en literatura e historia en Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe Ha sido presidenta del PEN Internacional de Puerto Rico. Ofrece talleres de literatura y poesía a los niños en las escuelas públicas del país. También dicta conferencias en universidades y escuelas sobre poetas, escritores y patriotas.   

Consciente de que sin memoria no hay país, próximamente el EDP University recogerá sus conferencias en un libro que se titulará “Entre patriotas y poetas, espantando el olvido.”  Y su poemario de Haiku titulado, Puerta de escape. La editorial Interamericana va a publicar su ensayo sobre la gran poeta Clara Lair, que titula Una mujer que ya no existe: Clara antes de ser Clara.  

Ha ofrecido talleres de poesía para las mujeres privadas de libertad de la cárcel de Bayamón. Ha editado 6 libros póstumos de su padre, y otros están en preparación.

Es una defensora de la cultura y la lengua y como expresó en unos de sus versos: "una lengua que no se cuida es como un hijo que no se besa".

 

 

 

    Invitación a la presentación del libro de Elsa Tió Puerta de Escape

 

 

 

 

 

 

 

SYLVETTE C. CABRERA NIEVES nació en San Juan, Puerto Rico y pertenece a la cosecha de otoño de 1958. Posee una Maestría en Psicología Escolar y un Bachillerato en Artes en Educación y Psicología. Se ha desempeñado en el área de relaciones públicas y educación por los pasados treinta años en instituciones sin fines de lucro y colegios profesionales. Escribe poesía, relatos breves y microrrelatos. Recientemente, en agosto y septiembre de 2023, ha publicado dos relatos breves: Herencia de Fuego y Vuelta de Hoja, en la revista Palabreadores. 

 

 

 

 

 

 

“una lengua que no se cuida es como un hijo que no se besa”.

ELSA TIÓ

 


AGRADECIMIENTOS A ELSA TIÓ POR SU COLABORACIÓN Y COORDINACIÓN DEL DOSSIER HOMENAJE A SALVADOR TIÓ.

 

 



[1] Escribió Rafael Castro Pereda "En la historia del periodismo puertorriqueño Salvador Tió ocupa una página brillante. Su obra, como expresara el poeta español Pedro Salinas, está dentro de la mejor tradición del periodismo culto y sin duda de la prosa hispanoamericana. En sus numerosos artículos se descubre al apasionado intérprete de la sociedad puertorriqueña, con la cual se identificó hasta el tuétano de sus huesos. Nunca fue in intelectual de salón, gran parte de su vida la dedico a conversar con su pueblo y ello le permitió seguir los dictados de su conciencia... La facilidad de Salvador Tió para señalar la contradicción, el absurdo, el entuerto, el disparate, y arrancar hilaridad el elector lo acompañó toda la vida."  Sus libros enseñan a escribir. 

 

[3] Aprecio y defensa del lenguaje, Pedro Salinas, Editorial Universitaria, San Juan, 1948. (Discurso pronunciado en los ejercicios de graduación en la UPR en 1944.) 

[4] Aida Negrón de Montilla, La americanización de Puerto Rico y el sistema de educación pública, 1900-1930. Río Piedras, Editorial Universitaria, Universidad de Puerto Rico, 1977. 

[5] La vena poética de la familia Tió ha continuado en Elsa Tió, hija del escritor, y se remonta a la bisabuela, la poeta Trina Padilla (“La hija del Caribe”). Otro de los grandes poetas de Puerto Rico, Antonio Ramírez Córdova es primo segundo de Salvador Tió, al estar emparentado por su línea materna (los Córdova) con la bisabuela Trina Padilla.

 

 ÁGORA DIGITAL / DOSSIER HOMENAJE A SALVADOR TIÓ: UN IDIOMA PARA CUIDARLO / OCTUBRE 2023

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