Sánchez, en el centro, da la mano a una condenada por apología del terrorismo. Fuente: Europa Press. El Mundo.
LA PSICOLOGÍA DOBLE DE PEDRO SÁNCHEZ Y LA CONCIENCIA VACÍA DE ALBARES
En este escrito expreso mi vergüenza como español ante la postura cínica del Gobierno de Sánchez (que es quien calla y otorga, no los infantiles tontos útiles de Podemos y cía). Estoy con la embajada de Israel en España que llamó inmoral a una parte del Gobierno. El comunicado de Albares es cobarde y contradictorio, y como todo este Gobierno, son no inmorales, porque eso les daría más caché psicológico, sino solo amorales, unos frikis del poder.
El ministro de Asuntos Exteriores del Reino de España, el señor Albares, llamó "afectados" a las víctimas de los brutales actos terroristas contra Israel. Le oímos sus declaraciones en Televisión Española, cuando aún el Gobierno de Sánchez no sabía si ponerse a cara o cruz, o de perfil. Afectados como pudieran ser las personas a causa de un terremoto o de una epidemia, más o menos grave, afectados por la gripe, la erisipela o por una subida del precio del gas. En ese aséptico lenguaje diplomático (?), el señor diplomático de carrera, al servicio del cínico actor Pedro Sánchez intentó hacer una primera pedagogía al pueblo español en la televisión estatal, pagada por todos: fue como decir, niños, y niñas, esas cosas pasan; vosotros españoles no tenéis que meteros a condenar ni a no condenar el terrorismo. ¡Si ya hemos olvidado que en España hubo terrorismo asesino durante décadas, y si este Gobierno de Sánchez ha conseguido hacerlo olvidar, o mejor aún, blanquear el terrorismo de ETA, no sólo con la mano tendida en lo político sino (atended a esto, españoles, criaturas, no olvidar esto) borrando las pruebas de culpabilidad de los asesinos de ETA pendientes de juicio en un acto presidido por el propio Presidente Sánchez en el que se destruyeron armas etarras susceptibles de ser futuras pruebas para las casi cuatrocientas causas de asesinatos y atentados de ETA aún por juzgar! Algún venidero historiador tendría que explicar esa complicidad y ese disparate realizado a la vista de todos, en ceremonia de borrado de pruebas. Ríanse del borrado de pruebas de ordenador que supuestamente hizo Bárcenas para tapar la corrupción, la famosa caja b, del PP. En aquella ocasión Sánchez vendió a las víctimas de ETA y a sus familias que piden aún justicia para los numerosos crímenes terroristas aún no juzgados. La mala conciencia (que aun en todo hombre existe) le lleva al Presidente en funciones a sentirse muy molesto cuando oye el cántico: que te vote Txapote. Quiero creer que Sánchez hace examen de conciencia.
Pero, frente a ese momento de contrición y malestar psicológico (de origen endógeno, en lo profundo de la conciencia; más que exógeno: en la escucha del insistente cántico o leyenda que acompaña a Sánchez: que te vote Txapote), el señor Sánchez sonríe relajado en su encuentro con los fatxistasunos de Bildu, porque encuentra compensación en otro pensamiento más feliz y potente, que casi le hace levitar. El pensamiento del poder sobre un Estado descosido legal e institucionalmente, anárquico, no diría que inmoral, pues eso son palabras mayores, sino amoral, le levanta el ánimo; además puede sentirse superior cuando mira a su izquierda (esos adolescentes de papá que juegan a apoyar el terrorismo islámico y a ocultarlo con soflamas pseudoizquierdistas; hace años, cuando hubo un atentado en Barcelona, la alcaldesa Ada Colau no atendió a los consejos de poner bolardos como se le había exigido semanas antes de la masacre en Las Ramblas. Con toda su cara se puso luego al frente de la manifestación contra el terror, pero nunca ha asumido su posible culpa por homicidio involuntario, ni nadie de la izquierda se lo ha exigido o recordado); y a su derecha, claro, la derecha y la derecha extrema, ante la que Sanchito se siente infinitamente superior como demócrata y, ¡pardiez! como lo contrario.
Llevado por mi sentido de la vergüenza, expreso, si es que hiciera falta, como español, mis respetos y condolencias a Israel, y espero que más pronto que tarde sean devueltos los rehenes vivos a las familias que sufren en su espera incierta. No esperó el Gobierno de España a que pasaran unas horas de duelo para echar tierra a Israel tras la indiscriminada matanza de su pueblo. De nada vale el cínico escrito, dado a conocer anoche, por el ministro Albares: este ya no es un caso de mala conciencia, como le he supuesto al Presidente Sánchez, sino el de un tipo humano sin conciencia capaz de contradecirse tres veces en un escrito de dos párrafos. Albares es un caso de conciencia vacía. Para estudiarlo las futuras promociones diplomáticas.
Fulgencio Martínez
Revista Ágora digital / Diario político y literario de FM / Octubre 2023
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