MIS IMPRESIONES SOBRE EL BUCHAREST INTERNATIONAL POETRY FESTIVAL
LA LOBA ROMANA ERA UNA CABRA, SÍMBOLO DE LA POESÍA QUE NOS ENRIQUECE DESDE LA SENCILLEZ
Tuvo lugar entre el pasado 11 y el 17 de septiembre de 2023 la decimotercera edición del Festival Internacional de Poesía en Bucarest (Rumanía). Fue esta edición una ocasión para el conocimiento de poetas de diversas procedencias e idiomas. El programa extensísimo, plural, fue planificado y realizado con esmero por el Museo Nacional de Literatura Rumana, en cuyo delicioso jardín se celebraron una parte importante de los recitales, presentaciones de libros, debates, conciertos y exposiciones. A quien esto escribe, y que estuvo presente en muchos de los recitales vespertinos, le pareció que se consiguió un clima de intenso fervor a las Artes en ese locus amoenus del jardín del Museo. Otros recitales y debates que se desarrollaron en diversos Institutos (italiano, francés, alemán, Cervantes), en librerías especializadas en literatura, en la Universidad y en otras instituciones y bibliotecas, llenaron por una semana Bucarest de poesía y, sobre todo, de un amplio público (la mayoría joven) asistente a los sitios donde emanaban cultura, amor a los libros, humanidad, intercambio de ideas, y en fin, belleza, luz.
Muy agradecido al Festival por haber compartido un programa donde estuvieron poetas rumanos que tanto admiro (tan grandes como Nicolae Prelipceanu, Dinu Flamand y Ana Blandiana, aunque no pudiera asistir al recitar de esta poeta a la que apoyamos desde España como candidata al Premio Nobel de Literatura); y no en menor medida, mi gratitud también al Festival por haberme permitido conocer tan buenos poetas jóvenes, algunos de ellos organizadores del propio evento, como Loreta Popa y Gabriela Toma, y otros como Denisa Craciun, Corina Oproae (no puedo citarlos a todos), y mi admiración por los poetas moldavos en lengua rumana, afectados sensiblemente por la violencia en Ucrania, contra la que el Festival de Poesía, se manifestó, desde el pacificismo y la vocación de comunicación universal que tiene la poesía.
El Festival, en suma, fue un trabajo inmenso de todo un país, una ciudad, una institución como el Museo Nacional de Literatura Rumana. Pero, si tuviera que quedarme con algo, me quedo con la preciosa escultura de una cabra que escuchaba con arrobo, como uno de nosotros más, entre el público del jardín. Símbolo de la poesía que nos enriquece desde la sencillez; recuerdo ennoblecido de la loba romana.
Fulgencio Martínez
Tarazona (Zaragoza, España)
REVISTA ÁGORA DIGITAL / ARTÍCULOS / ACTUALIDAD LITERARIA / OCTUBRE 2023
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