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CO-LECCIÓN ÁGORA



                         Ág. Num. 1                       

SELECCIÓN DE ARTÍCULOS, TEXTOS MAGISTRALES, CO-LECCIÓN DE POEMAS Y AVANCE DE LIBROS

Dossier. Artículos literarios/Ágora 1

NOVELAS EJEMPLARES: 400 AÑOS


Por Francisco Javier Díez de Revenga



En 1613, ahora hace ahora cuatrocientos años, Miguel de Cervantes prepara su edición de las Novelas ejemplares, que salen de la imprenta a finales del verano. Ahora hace cuatrocientos años que Cervantes escribía estas inolvidables palabras en el prólogo de la edición de las doce novelitas: «Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro […], algo cargado de espaldas y no muy ligero de pies; éste digo que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha, y del que hizo el Viaje del Parnaso y otras obras que andan por ahí descarriadas y quizá sin el nombre de su dueño, llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo; herida que, aunque parece fea, él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos ni esperan ver los venideros… »

Entre esas doce obras maestras, que siguen asombrando a críticos y lectores, figura La Gitanilla, la única novela de Cervantes que tiene al reino de Murcia como uno de sus escenarios. En el Quijote nos hallamos unos mercaderes toledanos que se dirigen a Murcia a comprar seda, pero no pasa de ahí la referencia a la ciudad. Sin embargo, aunque en una medida muy relativa, La Gitanilla se relaciona con nuestra Región por producirse el desenlace de la novela en la casa del Corregidor de Murcia, Don Fernando de Acevedo, caballero del hábito de Calatrava, que residía en la ciudad el año de 1610, momento exacto en que la novela y su desenlace, tienen lugar. Pero no se dice que la gitanilla, Preciosa, es decir Constanza de Acevedo y Meneses, la hija del corregidor, fuese murciana. Sabemos que la niña fue secuestrada en Madrid, con muy pocas semanas de su edad, en el año de 1595. Quizá sus padres estaban en la Corte de paso y habían traído consigo a la niña, nacida algunas semanas antes en Murcia, o posiblemente Preciosa había nacido en Madrid. Da lo mismo.

Lo importante es que Cervantes creó, con la historia de la hermosa gitanilla Preciosa, una de las más bellas novelas de toda la literatura española, utilizando el término novela como se empleaba en tiempos de Cervantes, lo que hoy denominaríamos “novela corta” o “cuento largo”. Y es que, en ese mismo prólogo, añadirá orgulloso: «yo soy el primero que he novelado en lengua castellana; que las muchas novelas que en ella andan impresas, todas son traducidas de lenguas extranjeras, y éstas son mías propias, no imitadas ni hurtadas: mi ingenio las engendró y las parió mi pluma…»

Así, desde el punto de vista de los géneros literarios, La Gitanilla es una especie narrativa muy interesante, ya que, en el marco conjunto de las Novelas ejemplares es, como el resto, una novela corta, en realidad una “novella” en el sentido italiano del término, que Cervantes importó de la literatura italiana como él mismo se enorgulleció de manifestar con toda razón en el citado prólogo. En realidad estamos antes una de esas criaturas novelescas que se enriquecen por la presencia de elementos de diferentes especies narrativas. Así, en La Gitanilla podemos hallar elementos de la novela de aventuras o bizantina (sobre todo por el descubrimiento final de la auténtica identidad de los personajes y el encuentro y reconocimiento entre ellos o anagnórisis), sentimental (por el desarrollo del amor, y las vicisitudes e impedimentos que surgen para su buen fin), picaresca (al reflejarnos la parte más delictiva de los gitanos) y novela de viaje o de caminos (ya que son diferentes los escenarios en que se desarrolla la trama).

Y, desde luego, la novela estrena también componentes muy innovadores que la enlazan y relacionan con el más puro arte barroco, revelado en los disfraces y engaños que surgen por todas partes, y que muy bien estudió Mariano Baquero Goyanes: “Un mundo novelesco en que son moneda de uso diario los cambios onomásticos, los trueques de personalidad, los disfraces, etc. Se diría que la esencia de lo novelesco reside en poco menos que ese incesante trajín por virtud del cual se cambia de nombre, de personalidad, de —aparentemente— sexo, oficio, clase social, condición. Un mundo de enmascaramientos, de suplantaciones, de desdoblamientos: un mundo novelesco


* Artículo publicado en La Opinión de Murcia. Viernes, 22 de febrero 2013.


textos magistrales/Ágora 1


Fuente: Blog Literaturas del mañana


textos magistrales 1/1

POEMAS BREVES DE AGUSTÍN CALVO GALÁN



 Je me moque des courants, j’admire seulement les navires

                                            PAUL VALÉRY




Lo que escribo
viaja sin mí.

  *

Mi idioma
dice lo mismo y
su distinto
sin contradecirse
.

  *

Destejo lo que escribo,
araño y escupo,
pero me continúa.

  * 

Estas líneas me llevan la contraria,
son el antídoto
a favor de mí mismo.

  *

Todo lo bueno
se desvanece
en la papelera.

 *


Ni siquiera el idioma
nos ayuda a ser nosotros mismos.

   *

País,
un viejo cuerpo que se esfuerza
y no consigue ser joven.

   *

El grano y la paja
son dos caminos distintos 
de una misma e inseparable
trama.

   *

No hay lugar
en la planicie absoluta
solo somos el medio.


   *

Extranjero


Tan pronto olvido como
me niego en el insomnio
ese
es
ser
que soy.

   *
 

Para que me entiendas
yerro.
 
   *

Escribir,
podar en la oscuridad.

   * 

Bien que lo cierto
es no tener razón.

Inéditos
Agustín Calvo Galán, 2013




Agustín Calvo Galán (Barcelona, 1968) es un poeta aumentado, pues es también un excelente poeta visual y conceptual. Ha realizado numerosas exposiciones de poemas visuales, tanto individuales como colectivas. Como poeta del verbo solo, ha publicado, entre otros, los libros Poemas para el entreacto (2007), A la vendimia en Portugal (2009), Escozor nuestro de cada día (2012), y los pliegos Proyecto desvelos, que tienen nombre de su actual blog. Está incluido en la antología de 2007 de la editorial Calambur Poesía visual española (Antología incompleta).


Textos magistrales/Ágora 1/2           


textos magistrales 1/2

"DESNUDO", POEMA INÉDITO 

  DE JAVIER LOSTALÉ



DESNUDO


Tu desnudo tiene la quietud 
de una rosa antes del amanecer.
Abandonado en el límite
de la ausencia más pura
emite una luz
en la que entera leo mi vida
sin alterar el secreto de la tuya,
pues quien así se entrega
es sólo ascensión sin tacto
eternidad de lengua absuelta.
Nadie habite entonces la flotación dormida del amante
hasta que su corazón desborde
y se produzca el bautismo del mundo.
No hay conquista en tu desnudo,
sino postrimería en revelación
pues principio y fin en él se anudan.
Si me inclino sobre su oscilante cristal de llama
escucho un fulgor de palabras primeras
que me reúne con todo lo amado hasta llegar a ti,
y callo cuanto supe
para reiniciar contigo el tiempo.
Es tu desnudo destino
donde se fecundan aurora y atardecer,
y lo que el pensamiento toca
germina consumación.
No hay en ti desnudo
sino tiempo y espacio en suspensión,
honda sombra con pulso 
en la que no dejo de nacer.


    "Desnudo" es un poema inédito de Javier Lostalé. 
Pertenece a un  libro recién terminado: El pulso de las nubes, aún sin publicar.


Javier Lostalé nació en Madrid, en 1942. Poeta y periodista cultural, colaborador del programa El Ojo crítico, de Radio Nacional de España, e incansable descubridor de la poesía de varias generaciones de poetas que tuvieron y tienen en el programa de radio La estación azul su puerto de salida y de referencia. Actualmente colabora, con una sección de crítica de libros, en dicho programa de Radio Nacional de España bajo la dirección del también poeta Ignacio Elguero y presentación de Cristina Hermoso de Mendoza.

La editorial Cálamo editó, a finales de 2011, Rosa y Tormenta: una antología de su obra poética, que incluye -entre otros títulos- Jimmy, Jimmy (1976), Figura en el paseo marítimo (1981), La rosa inclinada (1995), Hondo es el resplandor (1998), La estación azul (2004, Premio Francisco de Quevedo) y Tormenta transparente (2010).

Aparte de su labor crítica en radio, en el mencionado programa La Estación azul, ejerce la crítica en revistas prestigiosas como Turia y Mercurio. Ha colaborado, en varias ocasiones, con la revista Ágora y con el Taller de Arte Gramático en sus encuentros literarios en la Biblioteca Regional de Murcia.


Textos magistrales 1/3                               



               Textos magistrales 1/3

"EFECTO MARIPOSA", 
INÉDITO DE JOSÉ LUIS MARTÍNEZ VALERO


       EFECTO MARIPOSA


La chica recibió sesenta y seis puñaladas, 
ocurrió en Los Belones,
pequeña población junto a un campo de golf.
Dicen que soñaba con Noruega
y que se sintió a salvo del loco,
porque ese día paseaba por Calblanque.
Las cosas son así,
pasados unos meses
las astillas de aquellos cristales
penetraban su carne en forma de cuchillos. Era de noche,
la luna se puso roja.


José Luis Martínez Valero nació en el pueblo marinero de Águilas, sur de Murcia, en 1941. Próximamente, en este 2013, publicará el libro de poemas La isla en la prestigiosa colección El bardo de la editorial Los libros de la Frontera. Es catedrático de Literatura. Dirigió la revista Pasos, y es asesor literario de la revista Ágora-Papeles de Arte Gramático, desde su fundación. Además de escritor, es también aguafuertista e ilustrador.

Bibliografía de José Luis Martínez Valero:

Poesía:
. Poemas, Colección Poesía, Editora Regional, 1982.
. La puerta falsa, Aula de Poesía, Universidad de Murcia, 2002.
. La espalda del fotógrafo, Editora Regional, Poesía, 2003.
. Plaza de Belluga, ediciones La Copia, Murcia, 2008.
. Libro abierto, editado por La sierpe y el Laúd, colección Acanto, Cieza, 2010.

Prosa:
. El escritor y su paisaje. Rutas literarias y didácticas (Servicio de Publicaciones de la Consejería de Educación).

Teatro:
. Tres actores y un escenario, 2006.
. Tres monólogos, 2007. Coordina el ciclo de Poesía en el Archivo de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas.

Guión cinematográfico:
. Guiones de los documentales: Miguel Espinosa y Jorge Guillén en Murcia




 Textos magistrales 1/4                 Pág. 4

 

               DECISIÓN ÚLTIMA

                 UN POEMA DE DIONISIA GARCÍA

 

 

DECISIÓN ÚLTIMA             

                al profesor Francisco Jarauta


Apuntaba el otoño su esplendor de amarillos;
a través del cristal, veladuras y luces.
Sujeto a su destino, un hombre solo.

Acorralado y lúcido, asido a su maleta,
evitó despedidas y selladas palabras,
sin pretensión de ser un honorable.

Instantes angustiosos se imponían.
Él con él ante el mundo
(con ausencia de aquellos que le amaron
y fiel a la firmeza de un noble pensamiento).
Se fue lleno de dudas, de preguntas,
y el supremo dolor de abandonar la vida.

                             (Port Bou, 26 de septiembre de 1940)



                                       DIONISIA GARCÍA
                                                Señales  
                                           (Renacimiento, 2013)

 

 

Dionisia García es autora de Diario abierto, Lugares de paso, El engaño de los días y de la antología Cordialmente suya (Renacimiento, 2008), entre otros libros de poesía.

Después de la citada recopilación, ha publicado una autobiografía novelada, Correo interior; un libro de aforismos, El caracol dorado, y a finales de 2012, un nuevo libro de poemas, Señales.

 

TEXTOS MAGISTRALES /5

 




ANTES  DEL  NOMBRE

   DOS POEMAS DE ELOY SÁNCHEZ ROSILLO






                   ELOY SÁNCHEZ ROSILLO

    Manzanas

Iba yo caminando por la calle
un día de este invierno,
y en una frutería cochambrosa y oscura,
sin detenerme, al paso,
vi un cesto de manzanas de arrebolada luz
y encendido perfume (hebras de esa fragancia
me siguieron un poco por la acera).
Estaban allí juntas, apretadas, conformes,
y todas sonreían.


     Cuando miras despacio

Si te quedas mirando largamente
cualquier cosa del mundo
un gorrión, una mujer, un árbol, 
un río, un desengaño, tal poema
por el que pasa un río
y una mujer desengañada y sola
y en el que se alza un árbol al que acuden
los gorriones mientras cae la tarde—,
si miras cualquier cosa un largo rato
y dejas que entre en ti,
que te vacíe de tu oscuridad
y que en tu ser halle cobijo y sea,
verás y sentirás que cuando miras
tú eres mundo también,
que en ti la vida se entrecruza y canta,
y que todo es sagrado.

(De Antes del nombre, Tusquets Editores, 2013)



Revista Ágora digital Marzo 2013. Textos magistrales. Dos poemas de Eloy Sánchez Rosillo, de Antes del nombre.

 

TEXTOS MAGISTRALES/ Ágora 1 / 6 

  


 


No hi ha miralls, aquí.   POEMA DE ANNA ROSSELL

 

                       

 

  




(versión original en Català)

No hi ha miralls, aquí, 
però jo m’he vist els pits
al davant meu, 
després del recompte del matí.

Eren tants i tan llargs, els pits...

Flocs de neu ens queien
als cabells. Els ulls blaus m’han mirat,
llavors, a mi, i el dit ha sentenciat 
amb un lleu moviment al costat dret. 

Esperem, amor meu, que jo
ja vinc.

Eren tan llargs, els pits...

              (Del poemario inédito Auschwitz-Birkenau, El verger dels bedolls)
                               
                                                *
(en Español. Traducción de la misma autora)

No hay espejos aquí,
pero yo he visto mis pechos
delante de mí,
después del recuento de la mañana.

Eran tantos y tan largos los pechos…

Copos de nieve nos caían
sobre el pelo. Los ojos azules me han mirado
a mí, entonces, y el dedo ha sentenciado
con un leve movimiento a la derecha.

Espérame, amor mío, que
ya voy.

Eran tan largos los pechos…
                                   
            (Del poemario Auschwitz-Birkenau, El vergel de los abedules)

 
Anna Rossell (Mataró, Barcelona, 1951), es doctorada en Filología Alemana. Profesora de literatura alemana en el Departamento de Filología Inglesa y Germanística de la Universidad Autónoma de Barcelona hasta diciembre 2009. Colabora asiduamente como crítica literaria y articulista en Quimera. Revista de Literatura, Culturas (La Vanguardia), Contemporary Literary Horizonts, Bocadesapo. Revista de arte, literatura y pensamiento, Revista de Filología Alemana, entre otras.
Ha publicado los poemarios La ferida en la paraula, (Montflorit, 2010), Quadern malià / Cuaderno de Malí (2011), Àlbum d’Absències (2013), Microscopios eróticos (obra colectiva de microrrelatos (Ediciones de la Universidad de Salamanca, 2006) y las novelas Mondomwouwé (2011) y Aquellos años grises (2012).

Blog personal:


REVISTA ÁGORA DIGITAL MARZO 2013. OTRAS LITERATURAS. LITERATURA CATALANA

 

TEXTOS MAGISTRALES/ Ágora 1 / 7

 

Ariadna García. Foto de Ruth Guajardo.

DIARIO DE LA CREACIÓN/4 ARIADNA G. GARCÍA. REVISTA DIGITAL ÁGORA ABRIL 2013

"Un viaje a Finlandia, al que siguieron otros, fue el detonante, el temporalizador y la carga explosiva de mi nuevo libro de poemas: La guerra de invierno (Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández-Comunidad Valenciana)", dice en su blog la poeta. 

Renovamos esta sección - en su cuarta entrega- con dos poemas de Ariadna G. García, de su reciente libro: La guerra de invierno. Ariadna García es Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, Premio Hiperión de Poesía y, últimamente, ha merecido el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández-Comunidad Valenciana. Un premio así, que lleva en su presentación el nombre de un poeta del pueblo, obliga a mucho. Martes, Día del Libro, se celebra el acto académico, bobo, de la entrega del Premio Cervantes al escritor José Caballero Bonald.Un brindis para el tendido de sol, todas esas palabras sobre la poesía social. El tío (como diría Antonio Hernández) ni ha tenido el detalle de renunciar a los millones del Premio, en esta época de crisis y desahucios y cuando muchos niños no tienen para un lápiz en el cole. Claro que la Institución, también es brava, en la nube. Pero, en fin, de calidades hablemos, no de verdades morales. Entonces, sobran discursos patéticos académicos junto al rey futuro o junto al reo futuro. Les dejamos con la poesía de Ariadna: que la disfruten.


                               DOS POEMAS DE ARIADNA G. GARCÍA

        DE SU NUEVO LIBRO LA GUERRA DE INVIERNO (Editorial Hiperión 2013)
                        1
Hace apenas tres días que brotaron 
lustrosas flores malvas sobre el lodo. 

Ha empezado a nevar.

Contemplo la caída de los copos: 
cristales silenciosos que se posan 
en los pétalos suaves; los enfrían, 
los mojan. 

                              Anochece. 

Pasamos otra vez por este parque,
donde los crisantemos aún resisten. 

Mañana pisaremos tierra húmeda,
y ya no quedará vestigio alguno 
de las constelaciones homicidas 
de estrellas aplastadas contra el suelo.

                 2

El Círculo Polar es la región 
más despoblada, inhóspita, del mundo. 

Apenas dos personas
por kilómetro cuadrado. 

Estás conmigo aquí.
Nada me falta.
                         
                           De La guerra de invierno. (2013) 


 Ariadna G. García (1977) ha publicado los libros de poemas: Construyéndome en ti (1997), Napalm (Hiperión. 2001) y Apátrida (Hiperión. 2005). Ha ganado los premios Hiperión y Arte Joven de la Comunidad de Madrid. También ha preparado la edición de las antologías Veinticinco poetas españoles jóvenes (en colaboración con Guillermo López Gallego y Álvaro Tato. Hiperión. 2003; 2ª edición, 2006), Antología de la poesía española (1939-1975) (Akal. 2006) y Poesía española de los Siglos de Oro (Akal. 2009). 

Ha traducido (en colaboración con Ruth Guajardo) el libro Vivo en lo invisible. Nuevos poemas escogidos, del escritor Ray Bradbury (Salto de Página. 2013). Entre los años 2001-2002 vivió en la Residencia de Estudiantes gracias a una beca de creación otorgada por el Ayuntamiento de Madrid. Ejerce la crítica literaria de manera habitual en La tormenta en un vaso y Culturamas. Mantiene un blog: El rompehielos.  
Es licenciada en Filología Hispánica, y está en posesión del Diploma de Estudios Avanzados.  Profesora de secundaria en un instituto público de Madrid.

                REVISTA ÁGORA DIGITAL ABRIL 2013 

TEXTOS MAGISTRALES/ Ágora 1 /8


"LEVE DON", un poema del nuevo libro de David Pujante Animales despiertos 

                           

                                 LEVE DON


              I


¡Un extraño misterio son los dioses!
Conocemos sus hechos: sus dones y también
cuanto nos niegan.
No entendemos ni lo uno ni lo otro.

Te han dado la hermosura:
una piel tersa y blanca como la alta lujuria de los sueños.

Te han concedido hablar en varias lenguas
casi perfectamente.

Y te niegan lo más habitual
entre las concesiones de los cielos.
Te niegan el lenguaje sencillo de las pieles.
Te envaran el espíritu en la noche del cuerpo.




             II



Cuando la suave mano que pide la caricia
pasa del justo punto del pudor (invento ajeno
a la verdad del cuerpo),
una oscura serpiente en tu interior
se retuerce y se anuda
y te cierras sobre tu oscuridad.

¿Por qué (pero los dioses no contestan)
no puedo acariciar tu joven cuerpo,
hablar con él la lengua del afecto?




            III 

Lentamente, en silencio, se conocen los hombres;
avanzando con paso, si cauto, decidido.
No me niegues la dicha de este nuevo diálogo:
Transitar por tu alma, por tu cuerpo y mi ensueño.




            IV 

En la profundidad de tu mirada
(dos negras insolencias),
las edades se agolpan.

¿Qué hiciste en otras vidas para sufrir ahora este castigo?
¿Qué no hice yo contigo, cuando nos conocimos, para este desamparo?

Llegaste un día a mi casa y te colaste
en mi coto cerrado, en mi amable reducto.
Nos miramos, nos dimos las manos y quedaron
un tiempo entrelazadas,
como cediendo al tacto ese decir
que aún no era de la boca.

¿Qué me engañó de ti, qué gesto,
qué intención aparente
que luego me negaste?




             V



Como ocurre a menudo en el amor (palabra grande,
difícil de sostener, casi siempre más allá de lo oportuno),
los afectos encuentran a sus dueños
cuando no esperan nada,
cuando van descreyendo de que un regalo nuevo les aguarde.
Gran parte de la fuerza del amor suele ser la sorpresa.




            VI



Nada tiene futuro en esta vida, y menos esto
 nuestro.
Así que no pregunto, me entretengo
en mirarte a los ojos, en pasar
la mano con la mente por tus sienes,
en todo lo que sé que he de perder un día,
sin pensar nada.
Como en la vida. Sin planes.
¡Qué digo como en la vida! ¡Estúpido lenguaje!
Nada de como, es la vida
que de nuevo me sorprende
inoculándome su fuerza
tras años de espectador ansioso por tocarla.




            VII 

No estás entre mis brazos
y me parece, en cambio, que quieras formar parte de mí mismo.
Pero lo que te asombra y lo que te divierte,
lo que te gusta y te hace sonreír ¡me es tan ajeno!
Vive tu vida en gozo
y yo estaré en mi sitio.
Los días que la vida nos une
son un portento inexplicable.




           VIII



No puedo cometer el error de cerrarte el círculo
sobre mí mismo y asfixiar tus años.
La inteligencia también vale en el amor
y debe ser una especia que bien sazone
los ingredientes de la locura.



                                           (De Animales despiertos)







David Pujante nació en Cartagena (1953). Ha publicado los libros de poesía: La propia vida (1986), Con el cuerpo del deseo (1990), Estación marítima (1996), La Isla (2002), Itinerario (2003). Próximamente publicará el nuevo libro Animales despiertos. Tiene inédito otro: La piedra de hoy.

La propia vida (1986), su primer libro de poemas, fue considerado por L. A. de Villena como perteneciente a la tradición clásica que resurge "a caballo entre la última tensión de la Generación del 70 y las primeras apariciones de la Generación del 80". El siguiente libro fue Con el cuerpo del deseo (1990). Pedro J. de la Peña dijo en "La Esfera" (El Mundo): "En la sobriedad y en la depuración del texto se encuentran los requisitos más auténticos". El tercero fue Estación marítima (1996) donde se "ofrece una estación del exilio en la que confluyen sentimientos de distancia, soledad y desarraigo" (Javier Díez de Revenga, La Opinión). Para un selecto recuento poético-crítico de 1996, Idoia Ariznabarreta (El Correo) eligió a "David Pujante, como cartagenero que cautiva con su Estación Marítima."

El último de sus libros publicados es La isla (2002), que, según el poeta y crítico Soren Peñalver, fue “uno de los más bellos libros de poesía aparecidos ese año.” (La Opinión).


Con el título de Itinerario (2003) salió publicada, bajo los auspicios del crítico y director entonces de la Editora Regional, Ramón Jiménez Madrid, una amplia antología de toda su poesía hasta la fecha. En breve y tras un largo silencio de diez años, Renacimiento edita un nuevo libro de poemas de David Pujante titulado Animales despiertos del que este poema es un anticipo.

David Pujante es también Catedrático de Literatura en la Universidad de Valladolid, ensayista y traductor. Traducciones: Fernando Pessoa, Antinoo (1985); August von Platen, Sonetos venecianos y otros poemas (1999); Luis Antonio de Villena (compilador), Amores iguales (2002). Libros teórico-críticos: De lo literario a lo poético en Juan Ramón Jiménez (1988), Mímesis y siglo XX (1992), El hijo de la persuasión (1996 y 1999), Un vino generoso (1997), Manual de retórica (2003 y 2006), Belleza mojada. La escritura poética de Francisco Brines (2004). Numerosos artículos en revistas nacionales e internacionales. Ha colaborado en la revista Ágora, entre otras ocasiones, en el monográfico dedicado a Miguel Hernández. 

                          ÁGORA DIGITAL ABRIL 2013 


ARTÍCULOS LITERARIOS/ dossier ACTUALIDAD DE MIGUEL ESPINOSA
                      Pág. 1

Miguel Espinosa


        ACTUALIDAD DE MIGUEL ESPINOSA

          HISTORIA DEL EREMITA







El pasado 12 de abril se presentó, en el Museo Ramón Gaya, de Murcia, el libro de José Luis Bellón Miguel Espinosa, el autor emboscado. La presentación la hizo el periodista Ángel Montiel, editor de las primeras publicaciones de Miguel Espinosa en los años 8o, en la Editora Regional de Murcia, que recuperaron al novelista en la España democrática.



Como un castor nadando contracorriente, la obra del novelista murciano Miguel Espinosa vuelve, de vez en cuando, a estar de actualidad.

No hace mucho, a finales de 2012, la editorial Alfaqueque publicó un nuevo texto de Miguel Espinosa: Historia del eremita, en edición a cargo de Fernando Fernández, como primera entrega de un proyecto de publicación de los textos inéditos del escritor, un proyecto que recibe el hermoso título, espinosiano, de "Biblioteca irremediable". 

La presentación de dicho libro de Espinosa corrió a cargo de José Luis Martínez Valero. Hemos pedido que nos permita publicar el texto de esa presentación al colaborador y asesor de Ágora, el profesor y poeta José Luis Martínez Valero.

Próximamente, esperamos contar con las palabras de Ángel Montiel en la presentación del libro de José Luis Bellón sobre el autor de Escuela de Mandarines. 

Miguel Espinosa (Caravaca, 1926- Murcia, 1982), fue licenciado en Derecho y dedicó su vida a la filosofía y a la escritura. Escritor de culto, considerado uno de los novelistas españoles del siglo XX más avanzados. Cruza en su escritura la novela, el ensayo filosófico y el diálogo (entre platónico y lucianesco), la ironía socrática y la sátira social y burlona de la "fea burguesía". Entre sus obras publicadas, más conocidas hasta ahora: Reflexiones sobre Norteamérica, Escuela de mandarines, Tríbada. Theologiae Tractatus, Asklepios, el último griego, La fea burguesía. Y esta "Historia del eremita", publicada por Alfaqueque, de la que nos habla Valero, y que es una buena ocasión para conocer la historia reciente de una ciudad como Murcia, en el Levante español, una ciudad tan aparvada y tan liviana como muchas otras ciudades de provincia en la España de posguerra y de mediados del siglo XX, con su "fea burguesía", con su conserva de opiniones rancias y prejuicios de clase media, y también con sus talentos, desaprovechados, riquísimos.

                .......... 


            HISTORIA DEL EREMITA

Presentación del libro de Miguel Espinosa (publicado por Alfaqueque ediciones, Colección Biblioteca irremediable) el 13 de diciembre de 2012.


                                                      por JOSÉ LUIS MARTÍNEZ VALERO

                                   

                             

Hace treinta años que Miguel no está con nosotros, y aquí estamos ante algo que escribió hace más de cincuenta. Nos acercamos y decimos: seguirá aún ahí, ¿qué guarda para el lector este libro?, un libro que Miguel mantuvo bajo el agua, como esos icebergs que muestran sólo una octava parte de su volumen, pero que son imprescindibles para hacerlos visibles. Claro que, por otra parte, podríamos decir que lo que Miguel dijo, está aquí, permanece, en su obra, sin embargo, os aseguro que si estuviese, esta presentación sería otra. 

¿Cómo era la Murcia de aquellos años? ¿Cómo era Miguel? Aunque formule estas preguntas, no me atreveré a responder, sólo describiré algunas cosas que podrían aproximarnos a aquel tiempo. Cada una de ellas comporta su propio entramado social.

Entre Enero del 54 y diciembre del 56 compuso Miguel Espinosa este libro, Historia del Eremita, primera versión de Escuela de Mandarines. Tenía Miguel de veintiocho a treinta años, ocurrió en una Murcia pequeña con una pequeña universidad, dos institutos, masculino y femenino, un seminario, algunos colegios privados para chicos, siendo Maristas el más solicitado y otros para chicas, uno con dos entradas según condición social de las alumnas.

En el 46 se había cerrado la cárcel de las Agustinas, o campo de concentración número dos. En el 53 se firmó el pacto defensivo con los Estados Unidos, y nos convertimos de la noche a la mañana en sus aliados, también ese mismo año nace su hija Maravillas, un año antes había nacido Juan. En el 56, tras diversos altercados se produce la primera manifestación de estudiantes, opuesta a la ideología falangista y al SEU, hubo un muerto, dimite el rector Laín Entralgo, y será destituido de su ministerio Joaquín Ruiz-Jiménez. Ese mismo año, en el Boletín del Seminario de Derecho Político de la Universidad de Salamanca, que dirige el profesor Tierno Galván, publica Miguel Espinosa, De la Filosofía Política de los Mandarines. En el 57, aparece en la Revista de Occidente, Reflexiones sobre Norteamérica.

Entre tanto. en Murcia, aunque hubo escándalo y protesta en la prensa, en febrero del 53 se tiraron los baños árabes, por antihigiénicos y ruinosos, número 15 de la calle Madre de Dios, muy cerca de donde estamos, con el objetivo municipal de convertir Murcia en una ciudad sin personalidad y con Gran Vía. Todo estaba perfectamente compartimentado y la huerta y la ciudad, aparentemente fundidas en un mismo paisaje, mantenían ciertas distancias. Murcia era un poblachón, con casas de tres plantas y a menudo jardines interiores con palmeras, terrados de tierra láguena y abundantes palomares, dos puentes, calles estrechas, acequias descubiertas y pequeñas plazas. Sólo la torre de la catedral y la casa de los nueve pisos sobresalían. Las entradas a la ciudad por carretera permanecían a la sombra de aquellos plátanos de los que aún quedan algunos por San Antón, junto a la antigua fábrica de la seda.

Era una ciudad tranquila, surcada por bicicletas, páramo intelectual que, en el mejor de los casos, aún vivía de los restos del veintisiete, unos como fantasmas vueltos a su interior y otros en un exilio lejano, conectados a veces por un escaso puente epistolar de la mano de Carlos Ruiz Funes. En el café Santos coincidían en tertulia algunos jóvenes, entre ellos Miguel, siempre con su hablar lento, quien tras colocar sobre la mesa un tema, lo exponía desde distintas perspectivas, apoyado a veces con citas que atribuía a conocidos, volviendo una y otra vez sobre el mismo asunto, hasta que convertía aquel relato, que para muchos habría sido mera anécdota, en expresión del mundo.

Han pasado más de cincuenta años, y la actualidad de este libro se mantiene constante. ¿Por qué? Porque no refiere la historia o la costumbre, como correspondería al realismo y compromiso social de la época, sino que trata sobre el ser humano en sociedad y de sus constantes, que se repiten bajo el poder que corresponde a unos pocos, sobre los otros que son muchos, ya sean ortodoxos o heterodoxos, régimen sostenido por leyes, instituciones, colaboracionistas, censura, disciplina, cárcel y doctrina religiosa.

La sociedad del nacionalcatolicismo exigía la fe, no aceptaba actitud crítica alguna, de ahí que emitir una opinión podía convertirse en delito o desafección a los gobernantes. El dictador, instalado como segunda naturaleza, pretendía mantenerse por los siglos de los siglos, claro que el tiempo y la historia convertirán aquel sueño en un montón de arena, que aún a veces se mete en los ojos y entorpece la mirada.

Aunque puede que digáis, por qué lo hace con una lengua que parece alejada de aquellos años. Sus personajes tienen una manera de hablar propia de otro tiempo. Y el caso es que si esa lengua la quisiésemos situar en un tiempo, sería imposible. Miguel reúne en esa manera la palabra y sus ecos, lo que dice y lo que piensa de lo que dice, y lo hace en esa forma intemporal que se corresponde con la sociedad que presenta, sin que eso sea obstáculo para que encontremos múltiples parecidos.

El libro tiene como protagonista a un hombre, separado voluntariamente de la sociedad, alter ego de aquel Miguel, que gustaba situarse como clandestino. Sereno por edad, cuestiona lo que ve, como aquellos corresponsales del XVIII. De espíritu profético predica lo que ha descubierto, pero lo hace sin licencia, motivo fundamental de su exclusión y encarcelamiento. Su palabra actúa como llave que nos permite abrir una realidad aparentemente sin fisuras.

¿Cómo escribía Miguel en aquellos años? Me gusta imaginarlo en un cuarto con balcón, recibe confirmación de pedidos o solicita productos, cartas y facturas amontonadas en la mesa aguardan, mientras escribe sobre mandarines. Una obra que debía hacerle gracia, quizá sonaban sus carcajadas como dicen que ocurría en la habitación de Cervantes. Aquella mezquina realidad fue generosa en eufemismos que, como nuestro mítico Guadiana, vuelven a aparecer, por ejemplo ese espíritu aventurero que la Sra. del Corral atribuye a los jóvenes españoles que buscan trabajo en el extranjero.

Miguel compone una prosa moral, frente a la prosa espejo, superficial, de aquellos años, describe interpretando, desnuda la realidad, dota de una dimensión que tiene otra densidad, nos asoma a una sima que se parece a lo cotidiano. Lo cotidiano es mucho y feo, decía Quevedo.

Una de las preguntas que, sin duda se hará, quien haya leído Escuela de mandarines, es sobre las diferencias entre este libro y el otro. A primera vista, advertimos que el tamaño no es el mismo, la Escuela es un texto con más páginas, La historia del eremita, carece de índice de personajes, no tiene ese otro mundo de las notas que conformará otro grado de lectura. Podríamos decir que este libro tiene una trama menos rica conceptualmente, pero más amena, más ligera, se trata de un texto más fluido.

El viaje, elemento fundamental en la presentación de Escuela y que dará lugar a encuentros esenciales, apenas si importa en esta primera versión, el eremita a veces desaparece o se convierte en mero espectador que contempla el entramado del poder y su corrupción, podría decirse que la estructura itinerante se sustituye por la autonomía de determinados personajes, sobre todo en los capítulos dedicados al Reinado del segundo Aguilucho. Hay en este personaje una evolución, que acabará ganando el afecto de su pueblo.

Tampoco existe la enamorada que, al modo de Dulcinea, le acompaña, como expresión de la belleza. En Escuela, se demora en los centros de enseñanza universitarios, lo que da lugar a la presentación de los enmucetados y sus ritos, en donde el mimo se ha confundido con la sabiduría, fue allí donde los primeros lectores buscaron la identidad real de cada uno de los profesores. Reflejaba una universidad anacrónica, anclada en el tomismo escolástico.

Por otra parte, este libro está dotado de un lirismo que llamaría juvenil, de ahí las numerosas enumeraciones que a menudo rozan el surrealismo. Y naturalmente las canciones plenas de optimismo, prueba de una manifestación espontánea, tales como las que dedica al corazón, al alma, al ser. Sucede en un mundo sin apenas asideros descriptivos, hay elementos esenciales, montañas, lagos, bosques, pero no se demora en rasgos que pudiéramos identificar los sitios. Como un pintor cubista presenta elementos que reconocemos, aunque pertenecen a otro mundo. Gusta ya, en esta primera versión, de la hipérbole, son miles de años, miles de vacas, miles de avestruces, lo cotidiano, cesa como costumbre para despertar admiración y extrañeza, tal como aquellas canciones del régimen en las que nuestros modestos caminos se convertían en rutas imperiales, por las que caminábamos hacia Dios. O al general que se le llamaba Generalísimo.

Su estilo está entreverado por un tono emocional, interjectivo, propio de la oralidad, no es raro que, el Eremita, se dirija a los otros con el apelativo de petate, bobo, bestia, zamarro. A veces se vale del diminutivo, unas veces despectivo, gentecilla, otras, afectivo, corazoncito…Su prosa nunca es monocorde.

Miguel mantiene otra constante, la autonomía de cada frase, que alcanza una entidad propia reflexiva, hasta el punto que solía decir que si se perdiese el libro, se podría reconstruir el texto. Incita a que los lectores piensen, a conformar una opinión sobre lo que lee y lo que le rodea.

Tampoco falta el humor, subyacente en toda la obra, producto de las ingeniosas disquisiciones mandarinescas, desafíos en los que Miguel pone a prueba la inteligencia de sus personajes, como si se tratase de una partida de ajedrez.

El mundo que presenta distingue entre cosas primeras o inocentes y cosas últimas, producto de la premeditación, entre ambas se encuentran las contradictorias. Las primeras pertenecen a la naturaleza, al instinto, y por tanto son afines al Eremita, las otras, son propias de los mandarines y sus secuaces.

Todo lo que ocurre está regido por un corpus que se conoce como el Libro. El lector no tiene otro conocimiento de ese libro que las citas de carácter fragmentario recogidas para cada caso. En el apéndice figura un tratado: De la filosofía política de los mandarines, único testimonio que hemos conocido de este tratado del eremita hasta hoy.

No propondré una manera de lectura, pasadas una páginas, el lector atento, encontrará su camino, sólo recomendaré esto, hay un momento en el que sentiréis la tentación de comparar la sociedad en la que vivimos con la que aparece en este libro, quizá también revisar el pasado inmediato, si es así, dejaos arrastrar por ese impulso y que este análisis profundice tanto como cada uno quiera llegar.

Por ejemplo: ¿Adivínese a qué periodo de nuestra historia reciente podría pertenecer este régimen político?
Los que nacieron durante esa época ignoraron la existencia del Consejo de Ancianos, por lo cual no extrañaron que el Príncipe gobernara sin mandarines y sin consultas. Pues en ese largo período reinó como señor absoluto, en nombre de las cosas contradictorias, y concedió a la gente de estaca la competencia civil y la posibilidad de pasar a la casta de los legos. (p. 325).

Quizá basta cambiar Consejo de Ancianos por Parlamento o Senado y parece aún más claro.

O estos:

- ¡Oh parvulitos! La guerra os ha dado la gallardía e inocencia de las cosas primeras. Pero en el gobierno del Imperio habréis de buscar la dignidad del trato con las cosas últimas. Porque si la guerra os ha transformado en suceso, las cosas últimas os convertirán en derecho. (262).

-¡Paz y felicidad, oh Príncipe! El Consejo de Ancianos te envía este mensaje, y recomienda que lo leas y cumplas pronto, porque las legiones rebeldes son ahora las legiones leales. (p. 404). (subrayado de Valero) 

Esa cita creo que se explica por sí misma.También este texto, referente a la escasez de la posguerra:
Y como a esto se unieron la ausencia de cereales extranjeros, el hambre mostró al Imperio su cara testaruda, y se extendió desde la periferia al centro. Y fue de ver la nueva faz de los tiempos, llegando a los estómagos la melancolía de la nostalgia. (pp. 433-4)

Y aquel estraperlo que enriqueció a muchos: 

Pero la verdadera primacía jerárquica perteneció a la moneda, que era la séptima casta o casta alígera y fluctuante; de forma que los poseedores del metal pudieron adquirir toda clase de mercaderías, mientras los becarios sufrían, sin más, su calidad de hombres de porvenir. (p. 434).

Habiendo creado un mundo donde existe quien manda y quien obedece, necesita Miguel, disconformes, para ello sin duda se va a servir del Eremita, pero dará cuenta también de otras anomalías, pues es el mismo sistema, su premeditación, quien genera disidentes, porque siempre hay alguien que quiere ser más.

La Narración del mendigo, que por aceptar dinero de los extranjeros, trastorna el sistema de indulgencias que el ejercicio de la limosna reporta, sin duda es una parodia de la caridad de la época, semejante a la que plantea Berlanga en "Plácido". Aunque esto que pudiera ser parte del cuadro de aquel tiempo, si se tratase de una novela que recogiese la vida tal cual era, se diluye ante el diálogo final en el que mendigo y eremita tratan sobre la muerte.

El príncipe le advierte del peligro que supone el discurso público, pues si se oficializase, convertido en estatuto, estará expuesto a la manipulación, a la interpretación interesada, ya que no es tanto lo que se dice, sino el uso que de ello se haga, hay una visión platónica de la escritura, recuérdese el mito de Theuth y Thamus, aparece en el Fedro, cuando dice:…precisamente como padre que eres de las letras, por apego a ellas, les atribuyes poderes contrarios a los que tienen. Porque es olvido lo que producirán en las almas de quienes las aprendan, al descuidar la memoria, ya que, fiándose de lo escrito, llegarán al recuerdo desde fuera, a través de caracteres ajenos a ellas, no desde dentro, desde ellos mismos y por sí mismos. 

De ahí que la llame carroña de fonemas: 

-¡Oh viajero!, ¿por qué predicas? ¿Acaso no temes que tu palabra devenga legal? Pues si una doctrina se hace estatuto, vendrá sobre ella la gusanera de los legos, los becarios, los cabezas rapadas y otros aficionados, que te cogerán la palabra en cuanto les convenga, porque son como buitres que espían la carroña de fonemas, pus del que llenan su estómago y el estómago de sus hijos. (p.147).

El Eremita ha recibido de sus demonios la capacidad de irritarse, enternecerse y ruborizarse, que le distinguen del sistema presidido por los mandarines.
Cuando lo que sucede es irremediable, se constituye como heterodoxia aceptada, lo que, sin duda, no deja de ser extraño al sistema, pero por un giro maestro, humorístico, se convierte en parte constituyente del sistema mismo. Obtiene así una existencia que se funda en la tensión, es y al mismo tiempo no es, por tanto se establece como cosa contradictoria, cuyo conocimiento preside el Sumo Mandarín.

El relativo valor de lo que se dice, queda condicionado por el lugar desde el que se emite. Sin duda no tiene el mismo valor el discurso del Lego de las Posibilidades que el del bufón. Es el Príncipe quien concede los puestos que han de ocupar.

La novela termina con el retorno del Eremita a las montañas de las que salió, desea volver a la inocencia de la naturaleza, detengámonos en esta inocencia, tratemos de ver qué hay en ella, si aceptamos que toda sociedad es una máscara, una pantalla que oculta algo, quizá concluyamos que lo está oculto, al menos representa la verdad. En este viaje, se narra el episodio de la niña que por instinto baila, imagen donde concreta la teoría de la libertad y la alegría, opuesta a una sociedad alienada, sometida, que no se atreve a ver más allá de lo que llama costumbre y desconoce la posibilidad de la fiesta, de lo espontáneo: 

Así canté a los niños. Y vino el cabeza rapada del lugar, y dijo:
-¡Perros! Me vais a comprometer con vuestros visajes y mojigangas. ¿No sabéis que está prohibido cantar y bailar, hacer piruetas, y aun reír, sin cédula que lo autorice?
-¡Oh alcalde!- dije-. Como los animales corren y brincan en libertad, han cantado y bailado estas gentes, sin poner el pensamiento en ello.
-¿Sin poner el pensamiento? Corrompido lo tienen.
-¿Y quién se lo corrompió?
-¡Quita! Nadie corrompe nada en nadie. El pensamiento es corrupto de suyo; divaga, se extravía, y va de sueño en sueño.
- Tienes la sensatez metida en las entrañas, ¡Oh alcalde!, en el mundo que tú mereces, estrechado hasta tus medidas. Pues no parece sino que se hiciera el mundo como es; y, después, te hicieran a ti, para remediarlo.
En este punto empezó a gritar la gentecilla, y a señalar con el dedo:
-¡Mirad! ¡Mirad! La muchacha baila.
Y todos miramos; y vimos a la muchacha bailar en la lejanía, sobre una colina, con el pelo suelto. Y era de admirar el ensimismamiento de sus ademanes, pues bailaba para sí misma.
-¡Oh loca! ¡Oh loca! – dijo la gentecilla.
Y el cabeza rapada exclamó:
-Esta necia acabará por perderse, porque ha nacido para ello.
Después de esto, salí al campo, camino de mis montañas. Como fuera otoño, sentí melancolía, y recordé mis tiempos de enamorado de la Tierra; me encontré como en esos años mozos, libre ya del trato con los hombres. (pp.446-7).

Esta presentación de un libro de Miguel Espinosa que al principio me pareció extraña por la ausencia del autor, sin embargo ahora pienso que estaba equivocado y que, sin duda, el autor permanece en el libro y somos nosotros, los lectores quienes animamos su presencia. 

              ÁGORA DIGITAL ABRIL 2013 


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       Ángel Montiel presenta el libro Miguel Espinosa, el autor emboscado, de José Luis Bellón.
                      
Publicado en el suplemento Sinfín, de La Opinión de Murcia



DESCIFRANDO A MIGUEL ESPINOSA

               por ÁNGEL MONTIEL
                                    

                                                                                   
                                                             

                                                                  Miguel Espinosa, el autor emboscado es un libro escrito desde la admiración al escritor a que se refiere, pero esto queda como una sensación que percibe el lector al concluir sus páginas y no perturba el trayecto de la lectura. Porque se trata de un ensayo enfocado desde el rigor excluyendo dos tentaciones: la de constituir un trabajo académico formal y la de incurrir en la simple divulgación. 

Sobre Miguel Espinosa se ha escrito mucho, y hay desde tesis doctorales, análisis del conjunto o de cualquiera de sus obras, semblanzas, testimonios y hasta alguna biografía. ¿Qué aporta sobre todo esto el libro de José Luis Bellón? Se trata, a mi criterio, de una mirada en profundidad a la obra literaria publicada del autor, ubicada en sus contextos, tanto en el del panorama de la narrativa en que se produce, como en los espacios social y político de su época. Y lo hace tratando de responder a todas las preguntas que la obra de Espinosa ha dejado en el aire no dando por sentada de antemano ninguna conclusión más o menos arraigada. En ese sentido, su planteamiento es crítico y desmitificador, y analiza también las claves que han conducido a que Espinosa sea, en cierta forma, un escritor oculto a la vez que en determinados ámbitos ha sufrido una cierta sacralización. 

Entre las interrogaciones que este libro se plantea, algunas de las más interesantes, desde mi punto de vista de lector común, se refieren al alcance de la novedad, digamos que de género, que Escuela de Mandarines supone para el tiempo en que fue escrita, que como sabemos, es muy anterior a cuando fue publicada.

Se plantea también si Escuela de mandarines se agota en una supuesta descripción metafórica de un régimen político, el franquismo, escenificado en un espacio concreto, la Universidad de Murcia de entonces, y si así fuera por qué sigue resultando hoy tan, por decirlo así, actual, tan inquietante. Bellón observa con detenimiento cómo Espinosa disecciona el poder y sus esquemas, primero de una manera totalizadora desde Escuela… y posteriormente, acercando más el foco, primero en La fea burguesía y, finalmente, en el primerísimo plano de Tríbada.

Por reducir quizá algo esquemáticamente algunas cuestiones que suscita este ensayo: ¿Es Miguel Espinosa un novelista, un filósofo o ambas cosas? ¿Es un autor de vanguardia, el primero en la narrativa del último medio siglo XX, o es también a la vez un ‘escritor social’ por otras vías radicalmente diferentes a como ese tipo de novela se venía produciendo? ¿Es un revolucionario, un anarquista, un rebelde social, un agitador o un diletante, un ontomólogo con aguda disposición para observar el mundo alrededor? ¿De qué modo ayuda o complementa el conocimiento de los hechos que inspiraron los relatos de Espinosa para apurar aún más el disfrute de sus textos? ¿Su característico y exclusivo estilo era una elaboración o respondía con exactitud a su personal modo de expresión y al esquema conceptual con que también se manejaba fuera del campo literario?  

Aborda también Bellón sin ningún prejuicio algunas cuestiones espinosas — no de Espinosa, sino que tienen espinas— como el carácter de una supuesta misoginia que aparecería más evidenciada en Tríbada o la legitimidad del uso de personas reconocibles en retratos literarios poco amables y las derivaciones al debate sobre la literatura y lo políticamente correcto. 

Miguel Espinosa nos dejó una obra que marca el antes y el después tanto de la literatura española como de la experiencia de todo lector que se acerque a ella. Es un territorio tan personal e inabarcable que no puede ser fácil de descifrar en todas sus variables. Sin embargo, Bellón se ha atrevido a hacerlo utilizando con Espinosa la misma técnica que Espinosa aplicó al mundo: la disección pormenorizada del objeto y la capacidad de traducción de las cosas más allá de lo que se muestra como evidente. En tal sentido, el libro se sumerge en lo que conforma el planeta espinosiano, lo revela en plenitud, lo interpela y facilita una nueva lectura de las obras del escritor que puede ser más profunda, amena y gozosa.

José Luis Bellón, que antes de este libro ya venía analizando parcialmente la obra espinosiana, cuenta entre sus publicaciones con La mirada pijoapartesca (Lecturas de Marsé). Una feliz coincidencia, al menos para mí, que entre las primeras referencias que conforman su canon personal como estudioso de la literatura se encuentren hermanados Miguel Espinosa y Juan Marsé, los dos nombres capitales de la narrativa española contemporánea.

                      ÁGORA DIGITAL ABRIL 2013




 

 

   

               

               

 

 

 











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