Haruki Murukami. Fuente: The New York Times |
Anna Rossell escribe sobre el reciente Premio Princesa de Asturias de las Letras 2023
UNA SUERTE DE BILDUNGSROMAN DE ALMA ORIENTAL
por Anna Rossell
Haruki Murakami
Al sur de la frontera, al oeste del sol
Traducción del japonés de Lourdes Porta Fuentes
Tusquets Editores, 2021, 266 pp.
Una novela plácida, esta de Murakami (*Kyoto, Japón, 1949). Porque provoca serenidad, a pesar de que narra una biografía convulsa. Lograda paradoja. La historia atrapa por esta extraña mezcla y más. Acompañamos a su protagonista, Hajime, desde sus doce años (¿hasta su madurez?), en una suerte de Bildungsroman de alma oriental.
Hajime es hijo único, esta condición le obsesiona y potencia su natural sensible, observador y reflexivo. Está y se siente solo en casa y en la escuela —son raros los hijos únicos—, y tiende a la introspección. Tardará poco en desarrollar un espíritu altamente exigente al elegir sus amistades; solo y solitario desde niño, buscará escrupulosamente a su alma gemela y la seguirá buscando a lo largo de toda su vida mientras el lector le acompaña. En la escuela primaria, una niña de su clase de su misma edad, Shimamoto, ligeramente coja, parece llenar el gran vacío que Hajime siente. Ambos traban una profunda amistad, se encuentran a menudo en casa de ella, hablan de sus inquietudes, de sus observaciones; ella lo introduce en la música clásica, comparten los repliegues de su afinidad anímica más íntima. Hajime, que la percibe como muy distinta a él, siente un tierno afecto hacia ella y una plenitud indescriptible, que se le antoja una especie de milagro; también ella es hija única. Sin embargo esta mágica fase de su vida se verá truncada por el traslado de la familia de él a otro barrio de la ciudad. A pesar de que él la visita al principio algunas veces, los encuentros se espacian y su separación se hace definitiva con la entrada de ambos en un instituto de secundaria diferente. El hilo de la historia es sencillo.
La maestría de Murakami reside en la hondura anímica de los dos protagonistas que crea y en la calidad de su escritura. En la exquisita, sublime esencia de los dos caracteres principales radica el interés primordial de la novela. El autor japonés elabora una prosa altamente poética, rica en los matices del alma humana y en imágenes de gran altura, que hace las delicias del lector. Hajime es un personaje inquieto que quiere conocerse a sí mismo, conseguir la armonía y convertirse en alguien que se satisfaga. Algo le dice constantemente que es un ser incompleto e inmaduro y no deja de buscar su plenitud. Como es característico en las novelas del escritor japonés, cuyo tema principal es la pérdida del gran amor y su incesante búsqueda, también aquí el protagonista persigue este objetivo. En este largo y duro camino de insatisfacción el lector se sumerge en las riquísimas reflexiones del personaje, en su manera de percibir sus experiencias en las relaciones con otras mujeres. El ritmo de la escritura es lento, pero en ningún momento repetitivo, no lo determina la acción sino la cavilación, el pensamiento y sus matices.
A pesar de estar escrita en primera persona —es Hajime quien narra— percibimos su voz como omnisciente, tal es la precisión con que nos transmite su sentir y sus emociones y la del recuerdo de los diálogos (incluidas las pausas) que ha sostenido con otros y que se alternan con la voz del yo narrador.
El devenir de la acción que va cumpliendo las diversas fases de la biografía de Hajime es verosímil y realista. Sin embargo el suspense es un ingrediente importante de la trama; el autor juega en ocasiones magistralmente con refinada exquisitez con el realismo y la (posible) fantasía hasta el punto de conseguir instalar la duda en el lector.
Se ha dicho que Murakami se ha dejado influir mucho por la literatura y la música occidentales: algo de esto hay. Sin embargo es difícil imaginar que un autor occidental hubiera podido escribir como él.
Haruki Murakami es autor de muchas otras novelas, narraciones cortas y ensayos. Por su calidad ha recibido importantes premios literarios, tanto personales como a obras concretas. Su nombre ha sonado en repetidas ocasiones como candidato al Nobel de Literatura. Ha sido traducido ampliamente al español y al catalán; algo menos al euskera y al gallego. Al sur de la frontera, al oeste del sol se ha traducido al catalán con el título de L’amant perillosa (La amante peligrosa).
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