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domingo, 25 de mayo de 2025

"DIONISIA GARCÍA. POÉTICA PARA LA VIDA". UN ENSAYO DE ANA CÁRCELES ALEMÁN, PUBLICADO EN RENACIMIENTO. ARTÍCULO DE FULGENCIO MARTÍNEZ. Revista Ágora-Papeles de Arte Gramático N. 33. Nueva Col. Verano 2025

 


DIONISIA GARCÍA. POÉTICA PARA LA VIDA. UN ENSAYO DE ANA CÁRCELES ALEMÁN, PUBLICADO EN RENACIMIENTO 

 

 
                                   
              Ana Cárceles Alemán

 

 

La filóloga y ensayista Ana Cárceles Alemán ha publicado recientemente en la Colección Iluminaciones de la editorial sevillana Renacimiento un estudio de la obra compleja y múltiple genéricamente de Dionisia García, la poeta y filósofa albaceteña (bien que afincada en Murcia desde su juventud).

    El título del estudio, al que también me referiré como ensayo, ya que defiende unas líneas de interpretación interesantes de la obra estudiada, es de por sí revelador: Dionisia García. Poética para la vida. Desde él, desde el título mismo, el libro de Ana Cárceles nos entrega claves que nos iluminan para seguir el itinerario de una escritora tan singular, en su generación (la de la posguerra) como, diría, única en la literatura española de cualquier época. 

    Estamos ante una autora que, como Minerva, nació "formada" literariamente habiendo cumplido ya los cuarenta y siete años de edad pero aún no nel mezzo del cammin della sua vita. El vaho en los espejos (Diputación Provincial de Murcia), su primer libro de poemas publicado, de 1976, nos la muestra ya armada con las mejores cualidades de un futuro genio (las del pensamiento, la sensibilidad, el oficio, la formación en lecturas selectas, la comunión con autores clave para la poética elegida y afín al carácter de la autora: la de la palabra contenida y sugerente; la guerrera confianza en sí, tan importante como todo lo anterior, unida al afán de aprender y la curiosidad por lo bueno de los otros). No hay que desechar evolución, diacronía, pero casi puede afirmarse que en aquella voz, en aquel rostro y en aquella mano que escribe en aquel primer libro está in nuce toda la obra tan genuina y tensa interiormente, a la vez que multigenérica, desarrollada en variedad de géneros literarios (ensayo, poesía, epístolario, diario, novela lírica, relato breve, aforismos, crítica literaria, hasta géneros periodísticos como la entrevista o el reportaje), y hasta casi hoy mismo. Su último libro, una entrega diarística, se publica en otoño de 2024. Ecos. Diario de 1999 (MurciaLibro).

    El libro de Ana Cárceles Alemán se subtitula: Poesía, Crítica y Ensayo, Narrativa y Aforismos, lo que nos ayuda a visualizar las múltiples facetas creativas de esta mujer de la estirpe de escritores como Borges, o aún más, en sintonía con genios españoles como Unamuno, Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz o Quevedo que abarcaron casi todo lo que el ser humano puede proponerse en Literatura. "¡Los españoles!, ese pueblo que ha querido demasiado", según sentencia oral de Nietzsche (recogida por Fernando de los Ríos y casi en los mismos términos por la hermana del filósofo, Elisabeth Förster-Nietzsche). Claro, que aquellos eran, esencialmente, los españoles del "Siglo de Oro". La voluntad como roca para escribir y para enfrentarse a la vida, quizá no esté hoy de moda. Dionisia García (nacida en Fuente Álamo de Albacete, en marzo de 1929) desmiente cualquier "degeneración" de la raza- para decirlo con una pizca de humor contra tanto "espíritu serio" de hoy. 

    Pero su formación humana, literaria y, como abarcando a ambas paideias, su formación espiritual, resultado también de una auformación filosófica a través de intensas lecturas pausadas de autores esenciales, han dotado a Dionisia García de un temple de mármol vivo, clásico, y de una humanidad honda, machadiana, si se puede decir así, empleando este adjetivo al modo de otros referidos a grandes escritores (este, obviamente, a Antonio Machado) como sinónimo de esa síntesis de profundidad, gravedad, sencillez y empatía con lo humano y también de constancia maciza que se da en el poeta de Soledades y Campos de Castilla y también en Dionisia García. No es casualidad que en el primer libro de Dionisia García, el citado El vaho en los espejos, encontremos ya la huella y la afinidad de Antonio Machado, en un espléndido soneto. Quien lea este libro, a posteriori, conociendo la producción posterior de la poeta Dionisia García y más aún, tras leer las magníficas y provechosas páginas que la profesora Ana Cárceles Alemán dedica a la comunicación y afinidad mutua entre el gran poeta vallisoletano Jorge Guillén y Dionisia García, cuando ella se encontraba en fase de formación poética y ya en el camino de la madurez propia; bien, pues quizá le ocurrirá como a este lector: que encuentre el "campo" descrito por los versos de Dionisia García más castellano que andaluz; y más escueto, casi abstracto, que el mismo paisaje de meseta que describe Antonio Machado mirando el paisaje alto de Soria. Esos versos dedicados a A. Machado son una maravilla, y aún puede el lector encontrar en la poesía primera de Dionisia García, como en los poemas descriptivos de A. Machado, un tono de emoción humana, pasada por la visión nítida, pura, de las cosas en la cual la poeta albaceteña y Guillén concuerdan. No hay en Dionisia García otra reflexión o anécdota, hay pura belleza como en el vallisoletano; pero hay también un toque de emoción humana que es más propia del poeta andaluz. 

    He de confesar, con cierto rubor, esta anécdota, que en su día conté a la propia Dionisia: cuando, a poco de salir El vaho en los espejos, por los años 76 o 77, un adolescente lo leía en la biblioteca de su pueblo creía que su autora, de cuyo nombre no había oído hablar, no estaba viva, que era una escritora clásica, como otros poetas que estaban en el mismo estante: Juan Ramón Jiménez, Salinas, Guillén, Clara Janés (!), Amado Nervo, Goethe, etc, lecturas obsesivas e inolvidables de aquel primerizo lector de poesía que poco sabía o se interesaba por currículos. He tenido, con el tiempo, el honor de conocer a la "propietaria" de esa voz, de esa poesía. Quizá, junto a la amistad, que es lo máximo, nunca puedas agradecer bastante a un escritor, al que has admirado "en libro", el hecho de que en persona no solo no te defraude sino que te potencie aún más la idea que tenías de su grandeza, a la par que de la grandeza de la causa que te llevó a venerar a ese hombre o a esa mujer en este caso, su entrega a la más alta poesía.

 

Aquellos cinco apartados del libro de Ana Cárceles merecerían por separado una extensa noticia aquí. Pero, empezaremos por los epistolarios, apartado que casi a modo de apéndice se sitúa en el libro (pero no es de menor importancia). En efecto, el apartado 6. Epistolario es esencial para releer la poética de Dionisia García, y establecer similitudes y a la vez diferencias, entre Guillén, referencia primera, y la poeta. Este apartado es una aportación interesantísima, y decisiva, si se lee a fondo la comunión o diálogo de poéticas a través de la correspondencia de ambos escritores. Fue en Málaga donde coincidieron, pero la correspondencia se continuó viviendo ya Dionisia García en Murcia. Hay edición del epistolario que abarca de 1977 a 1983. (1)

     Guillén lee, valora los primeros libros recién publicados por la autora. Por ejemplo: De Antífonas (segundo libro de Dionisia García, de 1978), dice el maestro:  "La expresión limpia, la palabra justa, el tono mesurado." Y se sorprende el propio Guillén, se pregunta por el título: Antífonas, si tiene que ver con un tono mayor, litúrgico. "No, no es eso". (2) Y de algún modo sí, diríamos nosotros, con visión retrospectiva de la voz desarrollada por la autora, donde predomina (en una parte de su poesía) un tono impersonal a la vez que ético, de comunidad humana que se expresa por su poeta. La poesía de Dionisia García no es monolítica ni monocorde, y junto a ese tono, incorpora otros más cerca de lo humilde, lo familiar, lo cotidiano y es expresión del dolor y la vulnerabilidad desde abajo de los seres; pero no podemos obviar ese tono elevado, de gran consuelo y aliento, que se encuentra en muchos de sus poemas y también en sus relatos y novelas, especialmente en personajes fuertes y entrañables, como Abuela Teresa.

     Jorge Guillén colabora en la revista Tránsito, que Dionisia García y otros amigos poetas y pintores de Murcia crean a finales de los 70. (1979). Participa el autor de Cántico en el Homenaje a Ramón Gaya, en 1980. En el número 5 de la revista, hay un homenaje a los 5 poetas sobrevivientes de la Generación del 27: el propio Guillén, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso y Rafael Alberti. Los retratos de los cinco grandes poetas realizados por el ciezano Pepe Lucas son enviados, con su ejemplar, a Jorge Guillén, que los recibe emocionado. Representa ese cartel mucho: una España reunida, abrazada, democrática (si alguna vez lo fue, es ahora). El profesor Francisco Javier Díez de Revenga comenta en aquel número "e" de Tránsito: "Son cinco poetas del 27 que ahora, cuando han transcurrido tantos años -más de medio siglo- habitan en una España distinta". (3) 

     En fin, más allá de otros interesantes datos sobre la relación entre Guillén y Dionisia García que aporta la autora del libro que comento, imprescindibles, a nuestro entender, para iluminar  el proyecto de la poesía de Dionisia García, lo más interesante es constatar que Dionisia García tuvo, principalmente como poeta, un referente esencial en la figura de un poeta ya mayor, don Jorge Guillén, tan dotado para la poesía como para la crítica y el magisterio literario generoso, no en vano fue catedrático de Literatura en las Universidades de Murcia y Sevilla, antes de la guerra española, y luego en Estados Unidos. Pero, sin duda, la afinidad humana entre ambos, Dionisia y Jorge Guillén, es lo que prevalece, así como también la amistad de Dionisia e Irene Mochi-Sismondi, la mujer de Jorge Guillén desde 1961, quien tras morir don Jorge, el 6 de febrero de 1984, escribe con sentimiento casi familiar a la poeta de Murcia: "Ha muerto tranquilo, sin sufrir, con nosotros, sus más queridos, alrededor.".

    Un libro, he manifestado en alguna ocasión, es grande también por lo que no dice pero sugiere -no solo por lo que alberga en sus páginas (y aquí en este de Cárceles Alemán hay mucho y de lo mejor para un apetito filológico, luego diremos alguna cosilla más sobre esto), sino también por lo que mueve a investigar. Sin duda, el análisis de la poesía de ambos autores (no digo solo de Dionisia García) se enriquecerá en su detallado cotejo. Guillén...y Dionisia García, un punto si cabe más allá, en lo humano, en lo emocional, pero dos palabras templadas con la misma inteligencia.

                                            

Por último (aunque este comentario pretendía limitarse a la extensión de un artículo), no puedo dejar de referirme a algunas de las cualidades del libro de Ana Cárceles. El cual es, sin duda, un ordenado, detallado, y ya imprescindible estudio de la obra de Dionisia García en sus múltiples facetas, ninguna de ellas desdeñable sino al contrario, engendradoras de obras excepcionales, no solo la más conspicua o brillante, la poética, también la ensayística, la diarística, la aforística, la obra narradora en novela lírica o en relatos, etc.

    Pero también el libro de Cárceles Alemán aporta hermenéutica, tiene vocación de ensayo que puede dirigirse tanto a darnos pistas sobre la implicación entre vida y poesía como sobre las técnicas poemáticas que utiliza Dionisia García y valen para el análisis también de otros poetas: Magistral, así, su estudio de la figura de la elipsis en los poemas de Dionisia García -Confiesa este lector que (aunque había apreciado antes esa supresión y a la vez costura interna en los espacios poéticos de Dionisia García, efecto que potencia la calidad poética y el efecto de impresión y de extrañeza o pregunta en el lector, quien a la vez que sabe que hay una noción estrecha entre las palabras, queda también colgado del no saber por qué) no le había puesto nombre a esa cualidad tan sutil como evidente en la poesía de la autora de Señales y Clamor en la memoria hasta leer el libro de Ana Cárceles.

 

Fulgencio Martínez

Huesca, 25 de mayo 2025

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(1) Dionisia García y Jorge Guillén: Historia de una amistad. Epistolario 1977-1983. Edición a cargo de  Pedro Luis Ladrón de Guevara. Prólogo del profesor Francisco Javier Díez de Revenga. Editum. Ediciones de la Univ. de Murcia, 2023.

(2). Cito literal del libro de Ana Cárceles Alemán, Dionisia García. Poética para la vida,  p. 292: "La expresión limpia, la palabra justa, el tono mesurado. (Sorprende el título: Antífonas. Tono mayor, litúrgico. No, no es eso.)  "...Y se respira mejor" -como decía don Juan."

Merece ser evocada la respuesta de Dionisia García:  op. cit. p. 293:

"Murcia, 5 de enero de 1979

Querido y admirado maestro: Sus cartas son para mí un aliento. Agradezco mucho cuanto me dice de Antífonas. Leo una y otra vez sus palabras, para aprehender el sentido exacto y profundo que hay en ellas."

(3) Texto citado de Dionisia García. Poética para la vida, de Ana Cárceles Alemán (Renacimiento, 2025). p. 295. La frase pertenece al artículo "Permanencia de los poetas del 27", del profesor Díez de Revenga, en el número e (o sea, 5) de Tránsito, 1980. La revista identificaba cada uno de sus números consecutivos con una letra, siguiendo el orden del abecedario.

 



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Más información editorial sobre el libro Dionisia García. Poética para la vida, y sobre su autora Ana Cárceles Alemán:

 https://www.editorialrenacimiento.com/iluminaciones/3212-dionisia-garcia-poetica-para-la-vida.html

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