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viernes, 22 de marzo de 2013

Poesía de Fulgencio Martínez en Buenos Aires, en el programa de Mónica Caruso "El banquete cultural", lunes 25 marzo 20.00 hs Argentina, 24.00 hs España




POESÍA DE FULGENCIO MARTÍNEZ EN EL PROGRAMA DE RADIO "BANQUETE CULTURAL" DE MÓNICA CARUSO

El próximo lunes, 25 de Marzo, la poesía de F.M viajará mágicamente a Buenos Aires. Mónica Caruso, directora de la revista literaria LOS PALABRISTAS DE HOY Y DE SIEMPRE nos informa que ese lunes leerá, en su programa de radio "El Banquete cultural" el poema "La ignorancia de los que aman", y aludirá a nuestra revista Ágora. Será a las 24. 00 hs de España, las 20.00 hs, de Argentina.

Clic en play para escuchar en este enlace:
http://www.alsolnet.com/stream/fmemociones/

El programa se emite en vivo los lunes, con cuatro horas de diferencia del horario argentino al español. Una buena oportunidad, pues, para los amantes de la poesía en España, de alargar la medianoche del lunes con buena compañía.
www.banquetecultural.blogspot.com









                                     POEMAS DE FULGENCIO MARTÍNEZ



 
LA IGNORANCIA DE LOS QUE AMAN


Las potencias del idioma y el fuego 
con su candor varïable. El golpe
de unos dados. La desnudez
de tu cuerpo fundido con el mío:

toda esa noche, encendida,
no me basta, no basta
para cerrarle la puerta
a las sombras del día.

Por el día se vengan
los mismos cuerpos
que deshacemos en la luz,
en nuestra luz nocturna.

Y la ignorancia
no vuelve más,
con su capa de mago,
a escondernos el mundo.



TURISTA EN LA METRÓPOLIS



también a nosotros, poetas del pueblo,
nos gusta mezclarnos con lo vivo, con el gentío amistoso;
felices, amigos de todos, abiertos a cada uno.
F. Hölderlin

                1

Primero de Mayo en Lisboa. 
Al salir de mi hotel barato
sigo una carrera popular.
Saludo con el puño en alto
el tirón fresco del día, su ritmo
de color me llena las manos
de azul nuevo del mar. Y tanto
colorido en la calle
no es solo para mis ojos.

                                        Señalo
-convidados a avanzar con la gente-,
a mi hija de siete años,
el corredor que luce en el dorsal 
su número de primaveras. Vamos
contentos adonde quiera el destino. 
En un mercadillo compramos
una barra de pan y nos invitan
a marisco. Tocan unos gitanos
en su guitarra canciones de España
para nosotros. En un bar del Chiado
(era antes del último incendio)
dos viejos nos recomiendan un plato;
comemos por unos escudos. Poco
cuesta ser feliz y les invitamos
a vino y sardinas. Nos creen turistas
y somos sus camaradas y hermanos.



                  2
      (Veinte años después)
                    
                                1 de Mayo, 2012


Este hombre sin historia, 
que viaja frente a mí en el tranvía,
de pie, con los brazos dolidos
de sujetar una barra cada vez más alta,
para asegurarse el equilibrio,
por un momento se mete las manos
en los bolsillos de la gabardina,
descansa de su incómoda postura.

La calle del presente se ha parado
en un punto sin sombra: duele ver
entre las hojas de los calendarios
la fecha de hoy; una fecha inmóvil,
tan ausente de compañía
de millones de islas de tiempo
pasado o futuro. Y una fecha así
es la letra del año.

Esta fecha es una calzada lenta
que graba con su no transcurso
(pese a que nos desplacemos deprisa
por ella, encima de ella, a su costado)
una dura verdad en nuestro rostro.

La Historia no solo la escriben
la secuencian, detienen, aceleran,
la disuelven los poderosos.
Debajo, siempre ha estado el otro,
el pobre, el explotado, la víctima.

Este hombre sin historia,
que viaja frente a mí en el tranvía,
¿sabe de dónde viene, adónde va?

Despacio va el tranvía por las calles
en cuesta. 
                  De pie, mira
al suelo un hombre gris,
aplastado por la ola de viajeros.

El tranvía
                  en las calles estrechas
baja, sube como el brazo de ese hombre
sin espacio donde extenderse libre
de la presión de rieles,
cables, hombros, espaldas y cabezas.

Sube, baja el tranvía,
             y toma ya, al trote,
el barrio bajo céntrico y se pierde
en las grandes avenidas urbanas.

De pie, mira hacia el suelo el hombre
en las avenidas metropolitanas.
¿No aprecia usted las vistas
de hermosos edificios
de Hoteles y Corporaciones
y Bancos nacionales?
Ahora se apea y sigue
caminando la acera el hombre
que se parece a Fernando Pessoa.






SOL EN ÉFESO



                                          El sol es nuevo cada día. 
  Heráclito de Éfeso

      Invita el día
a cometer pequeñas distracciones,
olvidos voluntarios, deliciosos.
        A no llamar
experiencia al simple rodaje,
a buscar la experiencia
en cada deseo en punta.

El sol recuerda cuando era muy joven.
Los labios griegos, con sangre de Oriente,
de las muchachas de Éfeso
son los de estas muchachas:
el oro rojo de sus labios
de púberes que estrenan hoy su brillo,
renueva la llamada de la fertilidad, 
un rito siempre nuevo y siempre hermoso. 

Aunque las dos imágenes 
no pueda unirlas en su dirección... 
Sugiere el día gritar un propósito
en la luz,
               no importa si equivocado,
para oír una voz amiga o enemiga,
que responda, ¡por piedad!, ahí fuera.

Y una ola de vida sentimos, el canto
corporal, a coro, de un grupo de ninfas
que aparecen, por sorpresa, en la luz.
Y creemos en la verdad de la sensación
como los secuaces de Epicuro.




FUGACES


Estos signos que dicen por nosotros 
los utilizarán otros para inventarse
- las mismas sombras en el agua rápida
evocarán un mundo y un sentido distintos,
aunque igual de fugaces que los nuestros.
Y los ojos que leen estos signos
y mis manos, un día,
se caerán de la luz.
No amanecerá siempre
para el colmillo de sombra que ahora
corta el sol del albero.
Tardes de suerte o de desgracia
serán niebla que canten otros poetas.
Pasará el tiempo, para nosotros,
del esplendor y de la decadencia
y el río-toro seguirá su curva
entre mármoles ciegos
sobre los que crecen rosas de signos.




ORACIÓN POR ANTONIO MACHADO



Se fue con su canción 
al umbral de un reino silencioso.
Nos dejó a su espalda el trabajo
de encender cada día el hogar
con rabia al mañana vacío.

Enseñó lo que pueden hacer
juntas la rabia y la idea,
supo hacer del llanto belleza.

Luchó el maestro por una España
clara, donde el cielo fuera amigo.
Por sacarle a su tierra la espina
que durante siglos le dejaron
clavada; no renunció Antonio
a soñar un futuro mejor.

Hoy que enmudecen su estatua
los hielos del imperio, he querido,
humildemente, leer junto a ti

los versos de Antonio Machado
para infundirte ánimo y fe
en estos tiempos difíciles.

Si alguna vez la poesía
llevó un aliento de esperanza
a alguien, si a una sola mano

ayudó a levantarse, suplico
hoy más que nunca, al dios
de los poetas, que sea generoso
contigo, joven amiga.




DERECHO A MANIFESTARSE

A la isagoría, rayo de la democracia


El poeta es el bululú que representa 
todos los personajes de una historia 
civil; aprende en los nidos del presente 
a tomar altura y ensanchar el tono
con una generación que recién sale
de los jardines de infancia y sacude
las cartillas del paro y las alfombras
de palacio, lanza consignas y llena
las plazas, sube ahora a los escenarios
que el viento rajó y saqueó el óxido.
A esa juventud que mira un mundo nuevo,
que reclama la libertad de la calle,
la democracia real, no la de mentira
de rey y corte de corrompidos políticos; 
a los jóvenes que adelantan un mundo 
menos injusto, en que renacen las cenizas
de la democracia con la isagoría,
un mundo que quizá yo ya no lo vea;
a la juventud que canta un verso nuevo, 
salud siempre, de parte de un viejo poeta.





Poemas publicados en el libro El año de la lentitud (F. Martínez, 2013, Huerga y Fierro editores, Madrid)




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