DOS POEMAS DE LUIS ALBERTO DE CUENCA DE SU PRÓXIMO
LIBRO DESPUÉS DEL PARAÍSO *
MIENTRAS DUERMO
para Alicia
Mensajera de bienes, vestida de hermosura
y cubierta de un manto de luz, flor de la sangre
que todavía fluye por mi cuerpo, te siento
viva en todos los actos de mi triste existencia.
Eres tiempo y espacio, historia y geografía
de los restos de vida que me queden. De noche,
mientras duermo, descansas en el bosque sagrado
de los mitos, y sueñas que el dolor de este mundo
desaparecerá, fundido en tu crisol
de bruja buena y sabia. Y cuando me despierto,
herido por los lentos puñales de la angustia,
tú sigues en el reino de Morfeo, y te alejas
en busca de ese mar que tanto ansías ver
de nuevo este verano. Y viertes claridades
desde la nebulosa de tu sueño, y recitas
en silencio poemas contra la oscuridad,
y vives tu quimérica realidad paralela
sin pedir nada a cambio. Por eso, y por el pan
que los dos compartimos desde hace tantos años,
te celebro y te canto en esta madrugada
con ataque de pánico incluido, y te ofrezco
la región devastada de mi alma, el jardín
marchito de mi espíritu, y este corazón mío
que aún late en honor tuyo.
Madrid, 27 de abril de 2020
PÁNICO
Otro ataque de pánico y van ¿cuántos?
Hasta en el orden íntimo se impone
la cuantificación. ¿Estamos locos
o solo lo fingimos? Una injusta
y odiosa filiación etimológica
hace que el nombre ‘pánico’ derive
del adjetivo ‘pánico’ y que este
venga a su vez del Pan de la leyenda
antigua, tan simpático y travieso
que le cedió sus cuernos y pezuñas
al Diablo de la iconografía
cristiana medieval (y así hasta hoy).
Rubén motejó a Pan de «padre ambiguo
de milagros eternos» y Arthur Machen
escribió una novela sobre él.
No se merece Pan que se adjetive
su nombre para dar nombre al ataque
de ansiedad y terror que cada vez
me atormenta con más y más frecuencia,
especialmente ahora, con un virus
señoreando el mundo y condenándonos
a no salir de casa. Y lo peor
es que, si analizamos este trance
con realismo, vemos que es absurdo
que venga a fastidiarme tanto pánico:
tengo sesenta y nueve florecientes
años que se rebozan en el lodo
pandémico y terrestre, sin que me haya
contagiado (por suerte y de momento);
los míos —mi familia, mis amigos—
están bien; no me duele la columna;
los males que me aquejan van despacio,
sin demasiada prisa por matarme;
y para subrayar tan buena estrella,
he encontrado hace poco a muy buen precio
los tres volúmenes de Le Parnasse
contemporain —los tres, el opus magnum
con que se inicia en Francia el movimiento
que se ha dado en llamar Parnasianismo—.
El hecho es que, a pesar de las bondades
que se acumulan a mi alrededor,
sigo sintiendo un pánico cerval
más a menudo cada vez, un pánico
que no tiene que ver con el dios Pan
y sí con el siniestro laberinto
sin puertas ni ventanas que es el mundo
para mí en cada ataque; una cisterna
bizantina infestada de bichejos
dignos de Brian Froud, pero en malvado;
un pozo en el que caigo y no consigo
llegar nunca hasta el fondo; un comecome
que inunda de picores mi trastienda
mental; un cementerio en que los muertos
abandonan sus tumbas y me dicen:
«Ven con nosotros. Vamos a ensayar
contigo la versión dramatizada
de un famoso relato de Edgar Poe.
Se titula El entierro prematuro».
Madrid, 24 de mayo de 2020
* ”Mientras duermo” y “Pánico” pertenecen al próximo libro de Luis Alberto de Cuenca Después del paraíso, que será publicado por la editorial madrileña Visor en 2021.
LUIS ALBERTO DE CUENCA (Madrid, 1950) es poeta, filólogo, investigador del CSIC, ensayista, traductor (Premio Nacional de Traducción con Cantar de Valtario, ed. Reino de Cordelia), y miembro numerario de la Real Academia de Historia. Con La caja de plata fue Premio de la Crítica en 1985 y con Cuaderno de vacaciones, Premio nacional de poesía en 2015. En Los mundos y los días (Visor, Madrid, 5ª edición en 2019) recoge una amplia selección de su poesía, desde 1972. En la misma editorial Visor donde publicará próximamente su nuevo libro Después del paraíso, ha publicado Por fuertes y fronteras, La vida en llamas, El reino blanco, Bloc de otoño, Sin miedo ni esperanza (sesenta poemas escritos entre 1996 y 2002), Todas las canciones (que reúne las letras que el poeta compuso para Javier Gurruchaga y la Orquesta Mondragón, y para Loquillo, así como los poemas que convirtió en canciones Gabriel Sopeña e interpreta Loquillo en el CD Su nombre era el de todas las mujeres)
De Cuenca ha publicado en 2021 Ítaca y otros poemas (Reino de Cordelia), donde traduce una selección personal de poemas de Constantino Cavafis. También en Reino de Cordelia, Hola, mi amor, yo soy el Lobo, con ilustraciones de Miguel Ángel Martín, quien ya ilustró la citada traducción Cantar de Valtario. Algunos de sus más importantes libros de poesía anteriores, como El hacha y la rosa, El otro sueño, Por fuertes y fronteras han sido reeditados en Reino de Cordelia en los últimos años, en bellas ediciones ilustradas.
REVISTA ÁGORA DIGITAL/ TEXTOS MAGISTRALES/JUNIO 2021
Magníficos
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