FUENTE; RTVE
¿PUEDE EL GOBIERNO NEGARSE A CONCEDER LOS INDULTOS?
La gran pregunta que habría que hacerse no es si el Rey puede negarse a firmar los indultos sino si puede el Gobierno presidido por Sánchez negarse a concederlos como pago a los apoyos parlamentarios que necesita.
En la lógica del partido Sánchez (un partido creado a imitación del partido Podemos y radicado en un líder monoteísta como fue Pablo Iglesias) la respuesta es no: y no es no, si lo dice él, o sí, si hubiera otra estopa para quemar y mantener la hoguera del poder encendida en sus manos.
Entonces el Pere Sànchez de hoy se volvería del revés la careta y tornaría al Pedro Sánchez de hace unos años, cuando condenaba a los golpistas, ultranacionalistas y preconstitucionales, en Cataluña y pedía que se ampliaran las penas por sedición a rebelión y se mostraba en contra de los ahora traídos y llevados indultos.
Pero la pregunta, en realidad, es una falsa pregunta, o si quieres, una pregunta metafísica, para Sánchez. La política, tal como la entienden políticos como él, es un juego de poder donde se juntan unos y otros incapaces y ambiciosos para eliminar a los más aptos. El resultado es que la política, así entendida, se convierte a medio y largo plazo en la selección de los más necios e ineptos, los cuales se montan, generación tras generación, sobre las espaldas de los trabajadores manuales e intelectuales.
- Eso es la política, sin más, amigo mío: desengáñate. Bien que hubo en la Antigüedad y en los tiempos modernos algún Pericles, algún Winston Churchill, pero, en términos estadísticos, esos buenos políticos no suman más de un cero con cero, cero y uno.
- Puede ser.
Sánchez no tiene capacidad de seducir ni a la mitad del país, como hizo en su tiempo Felipe Gónzalez, quien aunó el espíritu del cambio que necesitaba España. Ni siquiera le veo compitiendo, en el mismo peso, con la señora Ayuso. Saldría noqueado.
Es un personaje de paja, un instrumento necesario para los ultras nacionalistas que tratan de destruir el Estado español, la soberanía del pueblo español y la Nación española; no solo desde Cataluña, también desde el País Vasco y desde aquellas otras regiones que encuentran en esa guerra ideológica un supuesto beneficio propio.
Hace unas pocas fechas el Presidente de la Comunidad catalana, Pedro Aragonés (en castellano) no recibió ninguna amonestación ni protesta institucional de parte de Pere Sànchez (entre Pedro y Pere anda el ovillo), como debió de recibir de este último, del Presidente del Gobierno de la Nación. Aragonés cometió una torpeza y descortesía hacia el Rey y jefe del Estado de España Felipe VI, en su visita a una región española. Si una autoridad extranjera hubiera sido tan maleducada con una autoridad política española, hubiera habido una protesta diplomática. En el caso de la falta de educación de Aragonés, la falta fue de una autoridad española de rango menor con el Rey, y merecería un apercibimiento por dejación de la función institucional y de las obligaciones del cargo que representa en nombre de la Constitución y del Rey de España.
-Merecería un tipo así cenar con los puercos.
Estamos, sin embargo, mal acostumbrados a tipos torpes y descorteses. Pero no nos acostumbraremos nunca a la deslealtad. Como en octubre de 2017, la de aquellos otros tipos desleales a España, como los llamó, desenmascarándolos, el Rey, en su decisivo discurso tras el golpe de palacio. Los felones Junqueras, Puigdemont, Jordi ac Jordi, y todo esa cuerda de presos, algunos todavía sin entrar en la sala, como el boti Rufián; llamado así, en algún momento, por los suyos el que con tanta convicción había lanzado el calificativo de botifler contra otros: quien a hierro mata...
¿Qué saca Pedro Sánchez con indultar a los que fueron y siguen declarándose desleales con España? A corto plazo, como bien he oído decir a César Antonio Molina, gana tiempo, para mantenerse en el poder y en el campanario de su ego. Se comporta igual que esos porteros que pierden tiempo para que no se jueguen los últimos momentos del partido: estoy de acuerdo con esa descripción de Sánchez poniendo el tema de los indultos en las primeras páginas todos los días. Pero me temo (a largo plazo) que el sanchismo críptico, lo que se cuece detrás de la firma Sánchez, es más peligroso para los españoles.
Una nación no es destruida en un solo tiempo (salvo por guerra o catástrofe natural). El lenguaje críptico de Sánchez (últimamente habla de "reconstrucción") casi siempre significa lo contrario de lo que literalmente dice: Reconstruir un país dividido (¿por qué? ¿por quiénes?, ¿por qué frentes de guerra? ¿por qué invasores?) significa seguir cavando la fosa en que quieren él y los golpistas enterrar la nación de España.
- Si preguntas a muchos de tu generación, te dirán que piensan muy mal de los nacionalismos, mal de las naciones, y solo un poco menos mal de las nacionalidades.
- Casi tenderán a achacar a las naciones todo el mal del mundo.
Cuando Dante Alighieri, en el siglo XIII, se esforzaba por unir voluntades, lenguas, almas, y hacer de las ciudades-Estado italianas una unidad política y cultural más grande, estaba dando un paso de progreso. Ni siquiera nuestros admirados griegos (Atenas, Corinto) pasaron de ser pequeñitas naciones. La solidaridad y la protección mutua de los hombres y las mujeres agrupados en Estados-Nación modernos supusieron ampliar (respecto a la Antigüedad) el campo de los derechos y libertades de los ciudadanos. En el siglo XX fue posible, por fin, una Carta de los Derechos Universales del Hombre. Pero eso ha sido posible precisamente por las naciones comprometidas con ellos (y lo sigue siendo, y en el plano ético se han hecho valores que cuentan en la evaluación y mejora de las leyes positivas).
No existe ninguna Metanación que construya y funde actualmente los Derechos Humanos. La ONU no es otra cosa que una organización de Naciones, donde, por cierto, las más poderosas tienen veto y más voz. Esto es así.
¿De dónde, sin embargo, ha surgido el argumento interesado de que las Naciones son hoy en día una barrera, una antigualla, para el progreso? Más bien, al contrario: las Naciones nos protegen de las grandes Corporaciones, de los grandes poderes viscosos, no transparentes, y de las mafias que dominan partidos políticos, tanto democracias como dictaduras.
Fue grande Atenas. La "polis", o Ciudad-Estado. Pero, en otro momento, surgieron las grandes Naciones modernas (España, la primera, Francia, Inglaterra... hasta al fin, en el siglo XIX, Alemania e Italia).
Cuando alguien te quiera vender el argumento de que está desfasada la nación, mándalo a paseo, si no quieres que él se haga fuerte y tú débil. Quiere montar una suya, pillando un trozo de la de todos los españoles, de los que han sido y son, y de los nuevos españoles que vendrán a la existencia. Esa continuidad soberana, ancha, es tu poder: que nadie te lo quite.
A diferencia de mi admirado César Antonio Molina, creo que Sánchez es solo un síntoma, un nadador a favor de la corriente, en todo caso; es un político oportunista, sin duda, con un carisma menor de lo que él cree y de un peso y de un carisma inferiores a los de la señora Ayuso.
Pero en su alma se cuecen muchos de los ingredientes del aquelarre al que ciertas fuerzas oscuras quieren llevar a España. Esos que apoyan la poca o nula estima que tiene Sánchez de la cultura, la historia y la ciencia españolas (y su sustitución por supuestos valores modernamente correctos: feminismo, ecologismo, antifranquismo, etc); los que aplauden y justifican su entrega amistosa a los ultranacionalismos preconstitucionales (como el vasco, el catalán, el gallego y en alza, el valenciano y el balear), y en fin, los que tienen su mismo sectarismo anacrónico, adicto a ejercer de Gran Hermano sobre la historia y la cultura (quitando, por ejemplo, nombres de calles de los que consideran sus enemigos, y propagando el enfrentamiento de una España progresista y de izquierdas frente a otra de derechas o de ultraderechas, caraalsol, facha).
- Con estos bueyes hay que arar.
- Solo queda seguir dando la batalla en la cultura.
-Tienen en sus manazas la democracia, y harán una higa al Rey mientras lo aplauden para que firme sus indultos...
- Un republicano dice. ¡Viva el Rey!
Fulgencio Martínez
18 de junio 2021
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