ELOGIO DE LA INCOHERENCIA
El eurodiputado Pablo Iglesias votó en contra de la
condena al régimen de Maduro,
porque, a lo mejor, si Pablo Iglesias nos gobierna un día, España le vende
armas a la dictadura bolivariana: de esta forma retorcida, acusó al gobierno de Rajoy de estar vendiéndole armamento a
Venezuela; a la vez que soltó una confesión de sus intenciones filiales con
Maduro en el caso de llegar Podemos a gobernar.
Si reparamos en la primera idea de este doble lenguaje, puesto que le parece mal que el gobierno del PP comercie con un régimen nefasto, sería lógico que Pablo Iglesias condenase el régimen de Maduro; esa utilización del mal que hace otro no es razón coherente para abstenerse de denunciar el mal. Y si nos fijamos en la segunda idea, por cierto nada subliminar, sino evidente: lo de dejar caer que si llegase a gobernar suministraría armas al régimen de Maduro, muestra la verdadera razón para no condenarlo, de una forma, ahora sí, coherente. A continuación, en sus manifestaciones a la prensa para explicar su voto negativo a la resolución condenatoria sobre la violación de los derechos humanos en el actual régimen de Venezuela, Pablo Iglesias dice algo del papa Francisco, cuyo mensaje al parecer le sirve para no defender los derechos humanos. Solo le faltaría arrimar la palabra de otro famoso humanista cristiano: Fidel Castro.
Si reparamos en la primera idea de este doble lenguaje, puesto que le parece mal que el gobierno del PP comercie con un régimen nefasto, sería lógico que Pablo Iglesias condenase el régimen de Maduro; esa utilización del mal que hace otro no es razón coherente para abstenerse de denunciar el mal. Y si nos fijamos en la segunda idea, por cierto nada subliminar, sino evidente: lo de dejar caer que si llegase a gobernar suministraría armas al régimen de Maduro, muestra la verdadera razón para no condenarlo, de una forma, ahora sí, coherente. A continuación, en sus manifestaciones a la prensa para explicar su voto negativo a la resolución condenatoria sobre la violación de los derechos humanos en el actual régimen de Venezuela, Pablo Iglesias dice algo del papa Francisco, cuyo mensaje al parecer le sirve para no defender los derechos humanos. Solo le faltaría arrimar la palabra de otro famoso humanista cristiano: Fidel Castro.
Vamos asistiendo, en
estos interesantes tiempos, al montaje de la Iglesia de Pablo. Los fieles a
Pablo Iglesias celebrarán quizá el día de marras en que su líder se abstuvo en
el Parlamento europeo de votar una resolución contra el régimen tiránico de
Maduro. Lo celebrarán como la epifanía del desprecio a los derechos humanos
universales y el adiós a la razón y a la coherencia. Todo eso es ya paganismo:
democracia, libertades, historia moderna, lucha social, burguesía, casta, sindicatos
de clase, obreros con cultura de ateneo republicano.
Además de Pablo Iglesias se ha cubierto de gloria Bildu, y el señor Javier Couso, por Izquierda Plural, el hermano del reportero gráfico José Couso, asesinado por fuego americano en Irak.
Además de Pablo Iglesias se ha cubierto de gloria Bildu, y el señor Javier Couso, por Izquierda Plural, el hermano del reportero gráfico José Couso, asesinado por fuego americano en Irak.
Como diría Bertolt Brecht, vivimos tiempos en que
hay que defender lo obvio: como es recordar que los derechos humanos son
humanos y universales, imprescriptibles, inalienables, históricos, y quien los violenta en un ser humano lo hace
en todos los seres humanos y en mí. Cualquier violación de un
derecho humano atenta contra todos ellos, en cualquier país o nación. No tiene
sentido defender los derechos en un solo país si no se defienden en cualquier
parte del mundo. No es creíble, de pronto, la lucha sincera de muchos
defensores de los derechos humanos en España y en Europa si miran para otro
lado cuando se trata de dictaduras amigas o regímenes de dudosa condición
democrática. No solo no es creíble sino que empieza a parecer una farsa, un
embuste, y en los dirigentes de Podemos y de Izquierda Plural, un sarcasmo hacia
los que han luchado por los derechos democráticos.
En una cuestión tan alta
como es la defensa de los Derechos universales tampoco es válido el cálculo
político o partidista que justifica a veces no actuar o no decir lo que es justo
decir para evitar la coincidencia con el adversario político. A Javier Couso supongo
que no le gusta coincidir con el PP o con los Estados Unidos en la condena del
incumplimiento de los derechos humanos en Venezuela y en Cuba. Pero la verdad
es la verdad, la diga Agamenón o su porquero, dijo Antonio Machado.
Fulgencio Martínez
Profesor de Filosofía y
escritor
Publicado en el periódico LA OPINIÓN, 16-3-2015
http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2015/03/16/elogio-incoherencia/633154.html
Publicado en el periódico LA OPINIÓN, 16-3-2015
http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2015/03/16/elogio-incoherencia/633154.html
Es cierto, vivimos tiempos interesantes teniendo en cuenta lo que pasa en todos los ámbitos, interesantes porque suceden cosas aunque tales cosas nos repugnen y tiendan a ser confusas. La cuestión es que la realidad ha adquirido tal tono continuamente equívoco que es la incertidumbre lo único que podemos constatar positivamente. Felicidades por tu actividad última y por esta crítica a Podemos.
ResponderEliminarGracias, José María.
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