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jueves, 16 de enero de 2025

"Sol de la infancia", poema de Juan Ramón Barat. Avance de la revista Ágora. N. 30. Nueva Col. Homenaje a los Machado. Retrato de una convivencia entre distintos.

 


 

 

SOL DE LA INFANCIA

 

 

 Estos días azules y este sol de la infancia.

   ANTONIO MACHADO

 

 

Tenía doce años. Tal vez trece.

Y creo recordar que era feliz.

La vida transcurría

entre huertas y establos

y gentes labradoras.

En aquel escenario de miseria

el instituto era un oasis de luz.

Madrugada, mochila, compás y cartabón.

El olor de la tiza y de los libros

tenía algo de magia para mí.

Todavía recuerdo

a aquella profesora

que leía en voz alta

-labios rojos, zapatos de tacón,

cabellos como el trigo-

los versos de Machado

mientras se paseaba por el aula.

 

Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.

 

Y aquella transparencia heptasilábica,

el contoneo dulce de los versos,

se me iba metiendo

lentamente en el alma

sin que me diera cuenta.

 

El agua de la fuente,

resbala, corre y sueña.

 

Yo cerraba los ojos y dejaba

que el agua de Machado

corriera por los surcos

de mi imaginación

como un río de luz anaranjada.

Después del instituto,

otra vez el estiércol,

el trabajo en la huerta,

la lluvia de los días.

Pero en la soledad oscura de mi cuarto,

cuando me retiraba por las noches,

a la luz macilenta

de una pobre bombilla sin tulipa

yo leía los versos de Machado

una vez y otra vez,

en voz baja, lo mismo

que una extraña oración.

 

Lejos de tu jardín quema la tarde

inciensos de oro en purpurinas llamas.

 

Han pasado los años. No recuerdo

el día en que empecé

a escribir redondillas,

romances, serventesios,

proverbios y cantares.

Poemas que llevaban la semilla

-con permiso de Bécquer y de Hernández,

de Lorca y de Neruda- de un humilde

profesor de francés

que se llamaba Antonio Machado, un hombre bueno,

republicano y sabio.

Ya no soy aquel niño

que ordeñaba las vacas

y labraba la tierra.

El niño que miraba con ojos inocentes

la hermosura de un mundo sin confines

a la medida exacta de sus sueños.

Muchas veces me siento a meditar

en un banco cualquiera

de una plaza cualquiera,

a la sombra de un álamo

o a la orilla de un río.

Empiezo a comprender

que la vida de un hombre

se escribe con la tinta

de sus primeros años.

El aire que acaricia

las copas de los árboles

me trae en su monodia

el verso más hermoso, más sencillo, más triste

que escribiera Machado:

 

Estos días azules y este sol de la infancia.

 

A veces me pregunto

cómo puede caber en un alejandrino

el corazón de un hombre.

 

 

 Juan Ramón Barat

 

 

Este poema obtuvo el Premio de Poesía “Villa de La Roda” (Albacete), 2017. Está incluido en el libro Si preguntan por mí, editorial Renacimiento (2021).

 

 

 

 

J.R. Barat (Valencia, 1959). Licenciado en Filología Clásica e Hispánica. Catedrático de Literatura Española. Como escritor cultiva todos los géneros y en todos ha cosechado importantes premios y reconocimientos. Ha publicado más de 50 libros, muchos de ellos en editoriales de prestigio como Hiperión, Pre-Textos, Renacimiento, Algaida, Bruño o Vicens-Vives, por ejemplo. Entre su obra poética, destaquemos Como todos ustedes, Piedra Primaria, Breve discurso sobre la infelicidad, Malas compañías, La brújula ciega o El héroe absurdo (antología). Su último poemario es Si preguntan por mí, editado por Renacimiento en 2021.

Sus obras se leen y estudian en centros escolares nacionales y extranjeros. Más información en www.jrbarat.es

 

 

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