Artículo publicado en La Opinión. 20-12-2013 http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2013/12/20/futbol-consecuencias/522657.html
ALGUNAS CONSECUENCIAS
La belleza, según la definió el
novelista Stendhal, se parece mucho a una “promesa de felicidad”(bonheur). Si miramos hacia atrás sin ira, nos
asombraremos de lo felices que fuimos aquellos años que vivimos peligrosamente.
Nos esperaban al final del camino algunas consecuencias, pero
nada nos arredró entonces.
Tiene gracia que cada semana nos despierte la Comisión
europea con un nuevo chorro de agua
fría, con otra denuncia de un uso indebido de los dineros públicos en España.
Por una parte, como si no estuviéramos ya todos al cabo de la calle de esos
tejemanejes; bien despiertos ya de aquel bello sueño. Por otro lado, a buenas
horas mangas verdes, ahora viene Europa a denunciar y a hacer ver lo que
entonces, cuando ocurría, le pasaba inadvertido. No será la última de las
noticias sobre este tema, la protagonizada por el comisario europeo Joaquín Almunia que ha sacado a la luz
los trapicheos entre las administraciones públicas y los grandes equipos de
fútbol, los cuatro o cinco clubs que cortan el bacalao de la Liga y la Pasta ¿que
viene del fútbol?, que va al fútbol y desaparece. Era, hasta hace pocos años,
tan normal que los políticos presumiesen de ayudar a los clubs, claro que con
dinero de todos, no suyo. Eso era populismo y una forma de falacia demagógica
que atraía votos e imagen pública benefactora. Aquí, en Murcia, cuánto se ha
ayudado al Real Murcia, luego a la empresa que tomó el nombre del histórico
Real Murcia. Algún día sabremos cuántos dineros se dieron para que los hermanos
Samper pudieran seguir invitando
cada domingo al palco a las autoridades políticas.
Entonces, no asociábamos ese uso pródigo, por parte de los
políticos, de los dineros públicos, con desatender a otras necesidades
sociales. Creíamos que había para todo. Se podía ceder un terreno o
recalificarlo favoreciendo a un grupo sobre el resto de los intereses de la
Comunidad, y no pasaba nada. De la Condomina se pasó a la Nueva Condomina, y no
pasó res, que diría Artur Mas. Sin embargo, había un pacto
implícito con los políticos de entonces, que son los mismos, casualidad, que
los de ahora: circo sí, pero pan también, y antes, PAN. Panes et circenses, pan y circo, señores, pero primero comer,
luego, si sobra, para el fútbol: primero, pan, trabajo, tener agua caliente en
casa, luz barata, calefacción necesaria, incluso tener casa donde alojarse,
pensiones de jubilación dignas, etc, etc, y si les sobra, derrochen, derrochen
los dineros de todos.
Está visto: o bien que no pensaron en que las cosas podían venir
mal dadas, o bien que los administradores
de la caja del dinero tenían otros pensamientos en su billetera, quiero decir: escondidos
en su alma, y que nunca, nunca pensaron cumplir aquel pacto de primero pan
luego fútbol, o, en otros términos, primero vivir medianamente bien todos, el
pueblo soberano que vota, y luego enriquecerme yo y mis amigos. Ahora con lo
sabido, no les culpemos de delincuentes e inmorales a los políticos; sólo que
tenían ellos otro orden de prioridades. Primero, ser rico yo, que para eso soy el
que mando… Nos queda una palabra de esperanza,
pues: esperemos que cumplan algún día con nosotros… si no son
mentirosos.
Fulgencio
Martínez Profesor de Filosofía y escritor
REVISTA ÁGORA DICIEMBRE 2013
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