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jueves, 29 de noviembre de 2012

EL VENTILADOR DEL SEÑOR MAS

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UN DÍA ES UN DÍA/ DIARIO POLÍTICO Y LITERARIO DE FULGENCIO MARTÍNEZ, DONDE SE HABLA DE LO DIVINO Y LO HUMANO / 25

                                               Publicado en La Opinión de Murcia, Miércoles 28 de noviembre 2012


         EL VENTILADOR DEL SEÑOR MAS




Ahora que muchos están dispuestos a hacer leña del árbol caído, resulta que empieza a caerme bien el señor Mas. Confieso que ya antes de su caída electoral, en los últimos golpes de la campaña catalana, le empecé a cobrar simpatía a este quijotesco caballero de la fe, como diría mi maestro, don Miguel de Unamuno.
 
Admiro a los individuos que creen en algo; aunque ello sea tan quimérico (el Rey lo dijo) como la independencia de su "país", que es el mío también, espiritualmente hablando. La patria de don Quijote es el reino del ideal y la justicia, frente a duques, curas, reyes y mercaderes de tierra adentro; esa patria espiritual, amigos míos, está en lo porvenir en Levante, en el balcón mediterráneo; ya no está en Castilla (ni en Madrid, ni, mucho menos, en la Carrera de san Jerónimo, en Moncloa o en el palacio de La Zarzuela).

Frente a la tierra quemada del inmovilismo y de la sumisión a los poderes financieros, se levantarán los hombres que creen en ideas; los que, un día, no temerán que a la palabra sigan los hechos.

No sé si llamarlos emprendedores espirituales, o aventureros; lo cierto es que, sin ellos, el mundo sería aburrido. Sus hazañas tal vez no llegarán a los libros de Historia, pero, si desaparecieran de la faz de la tierra, como desaparecieron los alquimistas, los echaríamos en falta; igual que al viento que desde un abanico mueve la atmósfera de una habitación cerrada. 
 
El abanico, por lo que se ve, es lo que nos ha hecho simpática la figura de Artur Mas. Estábamos distraídos con el gran asunto de la propuesta soberanista catalana, cuando la torpeza (al parecer), o el cálculo, de la derecha mediática, que se apresuró a hacerle un favor a Rajoy y al Partido Popular en Cataluña, denunciando cuentas en Suiza del President, nos ha revelado algo aún más interesante. Por boca del representante del sindicato policial SUP, nos hemos enterado la opinión pública de que hay muchos expedientes inconclusos de investigación, que afectan a posibles casos de corrupción de políticos, de partidos, grandes banqueros y empresarios de este país. Expedientes que han sido impedidos, aparcados, no llevados a cabo en toda su implicación cuando se trataba de un "personaje" social importante.

Me dirán: ¿pero eso no se intuía ya? Sí, en efecto. Pero fíjense que ahora tenemos una base de evidencia en el testimonio policial (más claro, agua) para no creer a los que, por salir absueltos de una acusación de corrupción, o no ser ni siquiera imputados o responsabilizados judicialmente, quieren hacernos creer que son también éticamente -y en justicia- irreprochables. Véase todos esos casos de políticos y de empresarios que deberían, según el pueblo, estar en la sombra; cuyo patrimonio y estilo de vida sigue siendo una obscenidad en un país de seis millones de parados, pero a los que la ley ni pudo ni puede meter mano. No diremos ya que es legal, sino que es obsceno que sigan contando con tantos privilegios.

El abanico del señor Mas me temo que pudiera ser un ventilador.

(Posdata: mal, muy mal, su imagen, amigo Rubalcaba, federalista de última hora; ahí, al lado del Señor de los Eres: tú, presidente del País de Nunca Jamás y él, del Partido Socialista Obrero Español. Así no van a creernos, si no saben distinguirnos de los amorales).



FULGENCIO MARTÍNEZ