DIARIO POLÍTICO Y LITERARIO DE FULGENCIO MARTÍNEZ,
DONDE SE HABLA DE LO DIVINO Y DE LO HUMANO / 20
   CARTA
DE UN PROFESOR ENFERMO
   
    (A otro profesor y amigo, que le escribió 
sobre los recortes y la literatura de hoy)
sobre los recortes y la literatura de hoy)
 Hola,
 José Luis: primero, darte las gracias por tu lectura de mi libro
 Prueba... Has cogido mucho de su pulso, que a veces vacila y
 otras me va por delante. Siempre, cuando termino un libro, intento
 que, cuando luego lo vuelva a leer impreso, no tenga que
 arrepentirme. He comprobado, por otros libros, que siempre hay un
 poema que no quiero leer en la relectura en libro; porque, no sé
 por qué, se me cae, o quizá por algún motivo inconsciente de
 rechazo... Me ha pasado también en este libro Prueba... Y me
 alecciono: a ver si la próxima vez no me pasa esto, y no hay en un
 próximo libro ese ´un´ poema que se caiga luego... Después, he
 reflexionado, y varios motivos me han hecho ver que es mejor
 (paradoja) que siempre en todo libro que publique haya ´un´ poema
 que no reconozca su autor, para que, así, el resto se mantenga. Es
 ésta una superstición que estoy dispuesto a seguir desde ahora...
Uno de
 aquellos motivos es que, precisamente, en Prueba... hay un poema
 (Frontera interior) que es el ´nominado´ por mí (como ahora se
 dice, lo de nominado a la expulsión), y ese poema tú me lo has
 destacado y has encontrado en él una clave del libro. Esto me
 enseñará más modestia. Nos somos, los autores, más que
 intérpretes tuertos, tenemos puntos de ciegos...
De tu
 reflexión sobre lo que pasa en la calle, estoy de acuerdo contigo
 en que dan ganas de echarse al camino. Ayer mismo, mi mujer y yo nos
 indignamos viendo en la televisión al señor Sotoca,
 consejero de Educación, baladronar de la integración de los niños
 con discapacidades en clases normales... sí, pero ¡si no hay
 profesores especializados, y este año han recortado y no hay ni
 petes, o como se llame, maestros de apoyo! Qué hipocresía:
 integrados, sí, pero no atendidos. Que las clases normales sean un
 totum revolutum...
Luego está lo
 de la corrupción, que no han dejado ni un palo en su sitio, se han
 llevado hasta el fondo de la capaza, de todos los partidos, ¡y no
 hay nadie en la cárcel! Y el cinismo „ayer tarde oí en la radio
 al diputado listo del PP, Vicente Martínez-Pujalte, diciendo
 que todos esos procesos que alarman a la opinión pública (pero, no
 a la ppública, al parecer) luego quedan en nada. Se refería a los
 casos de corrupción de Murcia, Totana, Torre Pacheco... Cinismo, y
 sin ninguna careta.
Como poetas
 que somos, pese a diez, pienso que hemos de encontrar el modo, la
 manera poética (para eso conocemos las formas y géneros
 literarios) de hablar de todo eso. ¿Cómo? He ahí la cuestión.
 Pero está claro que no encontrar el cómo no exime. No se puede
 hacer poesía social, la de antes, ni mucho menos esa poesía social
 de alpargata, facilica, que algunos hoy hacen, cien en manada. Yo
 dije que mi poesía está en tránsito hacia una poesía cívica.
 Estos días (en que estoy en casa, desde el lunes, con una
 bronquitis de caballo, y de baja) reviso mis poemas inéditos,
 algunos que quedaron fuera de Prueba... por motivos de
 extensión del libro. Tú conociste uno, que leí en El Zalacaín,
 que va sobre Lisboa y un tranvía.... Bueno, pues, ahí, mientras
 pasa ese viaje en tranvía, el yo poético (o como quieras llamarlo)
 reflexiona, medita sobre la Historia, dice sus opiniones. Pensé:
 ¿por qué en un poema no puede ir eso?; es lo normal que se hace
 cuando se viaja, lo que pasa por la corriente mental del yo... sus
 pensamientos, sensaciones, opiniones o puntos de vista. Que a los
 líricos puros no les gusta las opiniones en un poema, allá con lo
 que ellos piensen que es un poema: una abstracción, quizá.
Corto el
 rollo. A ver si, pasada esta semana, nos vemos. (Mañana iré a
 Murcia al instituto, pero solo por no estar más de tres días
 enfermo, que entonces hay que entregar baja y ahora eso te
 descuenta; luego seguiré un par de días con mi enfermedad...
 espero que hasta recuperarme para la semana que viene).
         Fulgencio
Martínez

