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domingo, 13 de octubre de 2024

"EL ÚLTIMO VERANO" Y "PANDEMIA Y THANATOS". POEMAS INÉDITOS DE "EXPOSICIÓN TEMPORAL". FULGENCIO MARTÍNEZ / Revista ÁGORA DIGITAL / El hurón y la galería

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL ÚLTIMO VERANO

collage*

 

                 (julio de 2009, La Manga)

 

1

 

VISIÓN

 

El viento viene

a despertar la luz

con un verso escrito en la mano de la aurora.

Al amor de un ritmo fugaz surge

y crece, como un incendio

que se devora a sí mismo, el día.

 

¿Quién eras tú, qué eres,

poeta o lastimosa visión de hombre?

 

 

 

No tienes obligación de sorprender

solo de agarrarte, fielmente,

a un ritmo inexperto…

 

 

 

 

2

EL MAR DEL ÚLTIMO VERANO

 

El mar como un ángel ebrio

(visible en los claros de las cortinas)

tropieza en la penumbra

de las alcobas

en la casa alquilada por el verano

 

Al fondo, mi mujer se lava los cabellos.

 

 

 

 

Necesario es hablar por los otros

que te esperan con sus manos abiertas,

y aunque nada saben de tu escalofrío

confían en tu palabra.

 

Necesario es hablar por los otros

que cayeron y te acogen con sus manos

 

Deja que el aire te instruya…

 

 

 

 

 

*El poema (en una primera versión que no pasó a libro) lo escribí unos años antes del verano de 2019, recordando otra fecha de la década anterior (Julio de 2009). Incluye, a modo de collage, versos (en cursiva) de los poemas “Aprendiendo las reglas de la casa” y “Alzado del verano”, de Línea de cumbres (2020). Huesca, Octubre 2024

 

 

 

 

PANDEMIA Y THANATOS

 

I

Fue un tiempo en que estuvieron

sueltas, desencajadas

las letras de la vida.

Todo faltaba, aun estando allí.

Todo quedaba junto y desvivido,

todo infinitamente,

confusamente, nada

y a la vez todo

de nuevo, y siempre repetido.

 

Cada amanecer se alzaba un pájaro

viniendo de lo mismo

con la misma ala oscura

batiendo en nuestras sienes.

 

El reflejo de un sol en vilo

sonaba caído dentro

del pecho, a poco

de haberlo perseguido

frente a nuestra ventana.

 

Éramos una invasión

hacia el interior de otro

y de otro pasillo

sin salida. Supervivientes.

 

Áridas madrugadas.

Túneles. Olas de lujuria

en piscinas vacías

cerradas desde el invierno.

 

Sobre la curva

del horror indistintamente

rosas, bocas, alientos idos.

 

A golpes de degradación

debilitándose la mano

que perdió ya la cuenta de la muerte.

Mejor mirar hacia otro lado

avisaban almuecines locos.

 

Míralos volar

viniendo de lo mismo

con la misma ala oscura

batiendo en nuestras sienes.

 

Son, de pronto, miles,

miles, un coro

desembridado de gritos

que vagan por ahí en el sol.

¡Los pájaros!

(¡Los muertos!)

 

 

 

  II

 

Los tanatorios cerrados a las familias

y los muertos volviendo a sus casas

para despedirse de los vivos, enterrados.

 

La despedida es uno

de los temas poéticos esenciales.

Pero la poesía entonces

estaba maldita

y vivaqueaba en los graves silencios

de los hijos y los nietos

sentados cada noche ante el televisor.

 

El orden moral arruinado por el orden político

que condenó de nuevo a morir a Antígona

durante días de pánico y tensas mentiras.

 

La soledad del agua, del viento, de la tarde,

y otro día el alma sola, viviendo en otras voces.

Sola como un alto túnel en la mañana,

y bajo los ríos y bajo los gritos de los insectos,

el alma viuda del cuerpo, sin senda ni dirección,

al fin volviendo, encontrando al fin a sus deudos.

 

 

 

          III

 

Y bien que eran de agua los ojos, y de viento

y de luz dorada a la atardecida.

Se ataron los muertos a una mirada remanso

-los ojos familiares llenos de ausencias-,

y algún rosal la noche perfumó.

 

Qué despacio viene el poema, y qué rápido

el relente frío que atraviesa muros

y anuncia los cerros horizontales

de mis penas, como dijo un poeta.

Nada acaba si no comprende su fin,

la poesía sigue estando maldita,

y reprimido el tiempo del duelo.

 


Fulgencio Martínez

Poemas inéditos de Exposición temporal 

 

 

Fulgencio Martínez López ha publicado, entre otros libros, La segunda persona (Ars poetica), Línea de cumbres (Adarve) y Cancionero y rimas burlescas (Renacimiento).

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