ACTUALIDAD LITERARIA. RECOMENDACIONES DE LIBROS JUNIO 2024
ANTOLOGÍA DEL VEINTISIETE EN MURCIA, DE JOSÉ LUIS MARTÍNEZ VALERO
José Luis Martínez Valero
Antología del Veintisiete en Murcia
La fea Burguesía, Murcia, Mayo 2024
213 pp.
https://edicioneslafeaburguesia.es/libro/antologia-del-veintisiete-en-murcia_156422/
Recomendamos este ensayo publicado por la editorial murciana La Fea Burguesía. Se recogen en él textos, semblanzas y comentarios de escritores y artistas reunidos bajo el mítico número 27 (en alusión a la Generación poética del 27) vinculados con la ciudad de Murcia, y por extensión, con el Levante o el Sudeste español, junto con una narración jugosa del aire de época (coincidente con la llamada Edad de Plata de las letras españolas, años 20 y 30 del pasado siglo).
El libro tiene, entre sus más de veinte capítulos de lectura amena, páginas antológicas dedicadas a autores menos conocidos de aquel conjunto de prosistas y poetas (como es el caso del escritor de La Unión, Andrés Cegarra, fallecido prematuramente, un prosista finísimo, de la escuela de Gabriel Miró y Azorín, pasado por las Vanguardias de los años 20; o su misma hermana, María Cegarra, inmensa poeta, profesora de Química en el Instituto de su pueblo, amiga de Miguel Hernández en su juventud).
La presencia de Jorge Guillén, Juan Guerrero, José Ballester en la ciudad de Murcia, y de Antonio Oliver y Carmen Conde, fundadores de la Universidad Popular, en Cartagena, dan nervio a esta obra de José Luis Martínez Valero. Se nota en el libro, hermosamente editado, tanto el amor como el propósito que mueven a su autor a hacer un homenaje sentido a estas figuras que han significado mucho en la cultura española, y en particular, en la cultura levantina.
La mirada de José Luis Martínez Valero recupera la memoria no solo de libros publicados, compuestos o inspirados, en parte o en su totalidad, en la Región de Murcia —como el primer Cántico (1928), de Jorge Guillén; Perito en Lunas (1933), de Miguel Hernández; Júbilos (1934), de Carmen Conde (con prólogo de Gabriela Mistral e ilustraciones de Norah Borges de Torre, extraordinaria artista, esposa del crítico Guillermo de Torre y hermana del genio argentino y universal); o Cristales míos (1935) de María Cegarra—; también trae el aliento de las revistas literarias que dan el clima de la época, revistas como Verso y prosa, impulsada por Guillén y Juan Guerrero Ruiz, "el cónsul general de la poesía", como le llama Federico García Lorca en la dedicatoria de uno de sus romances gitanos, y quien, con el tiempo, nos dio uno de los mejores libros sobre el poeta de Moguer, Juan Ramón de viva voz (publicado en Pre-textos, Valencia, dos volúmenes, 1998 y 1999, que recogen anotaciones del diario de Juan Guerrero iniciado en 1913, fecha en que visitó por primera vez a Juan Ramón Jiménez; hasta 1936, en que ese poeta salió de Madrid hacia el exilio *).
Por Verso y Prosa pasó casi toda la joven literatura de los años 20.
Merecen también destacarse: Sudeste, que apareció a principios de la década de los 30, impulsada por José Ballester, Raimundo de los Reyes y Antonio Oliver; o Presencia, boletín de la Universidad popular de Cartagena, con el citado Antonio Oliver, su mujer Carmen Conde, y Miguel Hernández, Maruja Mallo, etc.
Pintores como Bonafé, Garay, Ramón Gaya, quien reunía también la condición de escritor de talento, componen junto con los escultores, artistas gráficos (ilustradores, viñetistas), periodistas y escritores de la época un conjunto vital que el libro sabe captar y mostrarnos en sus tertulias, en sus talleres, en la redacción de los periódicos o en las aulas de Universidades, bien sea un espacio académico o "popular", animado por una confianza ideal en la cultura y por el impulso hacia un país mejor.
Las excelentes ilustraciones de portada y contraportada son del propio autor del libro, que en su último capítulo ofrece una bibliografía seleccionada de las obras y autores referenciados.
Por último, creemos que la siguiente cita del libro reúne algunos de los puntos esenciales que hemos señalado en nuestro comentario: narración de la atmósfera de la época y la ciudad (Murcia, que bien podría ser símbolo de cualquier otra capital española de aquellos años); camaradería de artistas e intelectuales; brillo de ciertas luminarias que a distancia o entre la juventud de la época mueven el panorama: Juan Guerrero, Juan Ramón Jiménez...). Observemos, de paso, la prosa fluida y reflexiva del autor del libro.
"Un pequeño número de artistas entienden que el espacio donde se nace no es determinante, y que, la lectura de una revista, de un libro, una audición musical, la contemplación de un cuadro, constituyen un lugar que puede ser habitado. Se reunían en un estudio de la calle Riquelme, muy cerca de la plaza de las Flores (...)
Esta plácida ciudad del XIX ha entrado en el siglo XX, y lo ha hecho de la mano de esos jóvenes que nacidos alrededor de la última década pretenden estar al día. Quizá todo empezó cuando Juan Guerrero Ruiz decide visitar, 1913, al poeta Juan Ramón Jiménez, de ahí nace una amistad que durará toda su vida y se establece una relación que sería importante para el arte y la sensibilidad de Murcia."
(José Luis Martínez Valero. Antología del Veintisiete en Murcia. La fea Burguesía, 2024, p. 17)
Fulgencio Martínez
5 de junio 2024
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* Las dos fechas, 1913 y 1936, encierran el espacio simbólico del libro comentado.
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