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jueves, 13 de junio de 2024

Wittgenstein y la poesía de Georg Trakl. Por Fulgencio Martínez. Breves pinceladas sobre grandes poemas / Avance de Ágora N. 28. Nueva Col. Verano 2024


 

 

 

 

                                                              L. Wittgenstein



WITTGENSTEIN Y LA POESÍA DE GEORG TRAKL

 

    I

6.41. El sentido del mundo tiene que residir fuera de él. En el mundo todo es como es y todo sucede como sucede; en él no hay valor alguno, y si lo hubiera carecería de valor.

                  L Wittgenstein. Tractatus logico-philosophicus

 

Wittgenstein, según testimonios de sus contemporáneos, era un gran lector de poesía. Prefería leer poemas de algunos grandes poetas (Rilke, Trakl, Tagore, este bastante olvidado hoy) a los textos de los filósofos, donde muchas veces el sinsentido era de pura naturaleza verbal.

Decía el filósofo Wittgenstein sobre la poesía del padre del simbolismo-expresionismo alemán: “No entiendo la poesía de Trakl, pero su tono me deslumbra, y nada hay que me dé mejor idea del genio”. Ayudó a Trakl económicamente. En enero de 1913, murió el padre de Wittgenstein, por lo que este pudo heredar una copiosa fortuna, que empleó en gran medida en favorecer al gran arte. El filósofo vienés compartió con el poeta salzburgués un diálogo a través de cartas cruzadas entre ellos, y el 5 de noviembre de 1914, a pocos meses de iniciada la Primera Guerra Mundial, se desplazó al hospital de Cracovia donde esperaba encontrar interno al poeta. No llegó a tiempo por poco más de cuarentaiocho horas. Trakl, que desde octubre de ese mismo año sufría episodios de locura y pánico causados por las escenas vividas en el primer frente de la Guerra, se había suicidado con una dosis de cocaína el 3 de noviembre.  

 

                                                                      Georg Trakl


 

Wittgenstein participó como enfermero en la Guerra, y en el frente escribiría su primera gran obra, aquel Tractactus que citamos bajo el título de este artículo y que generó tanta polémica cuando se publicó (1921). Para unos, era el fin de la filosofía y un adiós total a la indagación sobre el sentido del mundo, por este libro la metafísica, la religión y la ética quedaban canceladas; para otros, incluso, para el propio Wittgenstein a partir del fin de la Guerra (según la correspondencia privada del autor mientras lo terminaba de redactar), era un libro “ético” que situaba los límites en que tenía sentido volver a hablar o escribir (hacer arte, o afirmar valores éticos) en el territorio más allá del sentido lógico de los hechos, pero aún dentro del territorio lógico: en una especie de interregno entre el sentido lógico y el no sentido absoluto, el gran silencio.

Compleja es la filosofía del genio vienés, pero sin duda apasionante para cualquiera que se acerque a este pensador, siempre en evolución y revisión crítica. Sin duda los problemas de que se ocupa, el sentido, los valores, el arte, la religión, la misma filosofía, la muerte (no en abstracto, la muerte del padre, la de los seres más próximos a la identidad personal, y la muerte personal) así como el amor (como se ha revelado póstumamente, fue muy importante su experiencia del amor, en su caso hacia un hombre más joven) son problemas que se planteó el filósofo desde la raíz de su propia existencia.

Nos importan sus ideas tanto como aquellas vivencias que las sostienen, el contexto de su vida no es un mirador de su obra, sino un pasadizo o camino para recorrer ésta en su evolución. Y en cualquier etapa, tanto si nos referimos a su obra como a su vida, Wittgenstein frecuentó la pregunta por el arte, y por el sentido de la poesía, el cual nos sugirió buscarlo más cerca de lo inexpresable que de la realidad computable, reductible a hechos y datos.

Será un desafío para el próximo milenio la actitud de Wittgenstein, a quien se debe en parte la filosofía más apropiada al mundo de la computación universal (donde todo se desmenuza y compone en dígitos y datos; debido a una lógica para la que no hay en efecto sujetos ni cosas estables, sino solo flujos de estados y hechos o sucesos traducidos a un lenguaje lógico-matemático, ideal para la computación y el dominio de la información y de las mentes), y por otro lado, ese Wittgenstein que, desde la investigación y la experiencia personal sobre el límite de la lógica y sus lenguajes, abona el territorio “salvaje” del arte, la poesía, la ética, como lo verdaderamente importante para transitar como humanos.

 

II      

                                                                                                                                                                 EL SUEÑO

¡Malditos sean, oscuros venenos,

Sueño blanco!

Este jardín, tan especial,

De árboles crepusculares,

Lleno de serpientes, insectos,

Arañas, murciélagos.

¡Extraño! Tu sombra olvidada

En la puesta del sol,

Un corsario oscuro

En el mar salado de la pena.

Revoloteantes aves blancas, al borde

De la noche, sobre ciudades en ruinas

De acero.

 

     Der Traum, El sueño. Georg Trakl. Trad. Pura López Colomé. (1)

 

 

 

HORROR

 

Me vi andando por habitaciones desiertas.

Las estrellas bailaban, locas, sobre el fondo azul,

Los perros ladraban fuertemente por los campos,

Y un viento salvaje gritaba entre los árboles.

 

Y de pronto: silencio. La tenue llama de la fiebre

Hace surgir flores venenosas de mi boca,

Y cae el rocío, pálido y chispeante, desde las ramas

Como desde una llaga, gotea y gotea cual sangre.

 

Por el engañoso vacío de un espejo

Surge desde el horror y la oscuridad

Un rostro, lenta e indistintamente: ¡Caín!

 

La cortina de terciopelo roza apaciblemente.

La luna brilla sobre el vacío a través de la ventana.

Heme aquí, a solas con mi asesino.

 

    Georg Trakl. Trad. Pura López Colomé.

 

 

 

EL NIÑO ELIS

 

Elis, cuando el mirlo llama en el oscuro bosque,

He aquí tu decadencia.

Tus labios beben en la frescura del rocoso manantial azul.

 

Cuando tu frente a sangrar comience,

Deja las antiguas leyendas

Y las oscuras interpretaciones del vuelo de las aves.*

 

Te diriges con blancos pasos hacia la noche, *

Que cuelga llena de morados racimos, *

Y mueves los brazos más bellamente en el azul.

 

Un zarzal suena

En tus ojos de luna.

Oh, hace cuánto moriste, Elis.

 

Tu cuerpo es un jacinto

Donde un monje posa sus dedos de cera.

Una negra cueva es nuestro silencio

 

De donde surge, a veces, un tierno animal

Y deja caer lentamente sus pesados párpados.

De tus sienes cae un rocío oscuro,

El último oro de estrellas en ruinas.

 

     Georg Trakl. Trad. Pura López Colomé.

 

 

 

 

PEQUEÑO CONCIERTO

 

Un rojo que indescriptible te trastorna—

A través de tus manos brilla el sol.

Sientes tu corazón ebrio de placer

mientras para una acción se prepara en silencio. 

 

Amarillos sembrados fluyen a mediodía.

Apenas si oyes ya cómo cantan los grillos,

blanden los segadores sus guadañas.

Los bosques de oro callan con ingenuidad.
 

Arde lo putrefacto en los verdes pantanos.

En calma están los peces. El aliento de Dios

evoca con suavidad arpegios entre los vapores.

La onda anuncia curación a los leprosos.
 

El espíritu de Dédalo cuelga de unas sombras azules,

un aroma de leche entre las ramas de los avellanos.

El violín del maestro se escucha todavía,

el grito de las ratas en el patio vacío. 

 

En el jarrón sobre el papel pintado de los muros

florecen tonos más frescos de violines.

En la oscura reyerta se apagaron las voces,

Narciso en el acorde último de las flautas.

 

 Georg Trakl. Trad. Jenaro Talens (2)

 

 

         III

Como Wittgenstein, solo puedo dejar constancia de mi asombro a cada lectura de la poesía de Trakl. Acercarse a este poeta desde el conocimiento de la poesía moderna que no ha dejado de atisbar en el lado oscuro de la psique, tanto como ha alcanzado la más pura de las esencias en un mundo abandonado en su lecho de muerte. Saber esa dualidad, maravillosa (si nos atenemos a su resultado poético, claro), ese doble pasmo del poeta alemán ante la presencia del Bien (expresado siempre como serenidad, paz, en la naturaleza) y el Mal (obsesión por la muerte, fijeza en lo mental y atracción por la noche como disolución). Intuir que incluso en la estrofa o en el pasaje más naíf o tranquilizador acecha el verso o el matiz maligno, anihilante. Todo eso no vale, o vale casi nada, ante la experiencia casi nirvánica de leer a este poeta claro en la noche más oscura.

 

          “Narciso en el acorde último de las flautas” (último verso de "Pequeño concierto", de Trakl), tituló un libro suyo el poeta maldito por excelencia para mi generación: Leopoldo María Panero.  

«La poesía de Trakl es un objeto de existencia divina. Para mí el más conmovedor de los lamentos ante un mundo imperfecto.» Rainer Maria Rilke.

 

 

 Fulgencio Martínez

________

(1) Los poemas traducidos por Pura López Colomé están recogidos de:

Georg Trakl. Pura López Colomé. Universidad Autónoma de México. México, 2013.

Georg Trakl, Material de Lectura, Serie Poesía Moderna, núm. 187, de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM. Cuidado de la edición: Claudia Pacheco y Lilia Pérez Parra.

https://materialdelectura.unam.mx/images/stories/pdf5/georg-trakl-187.pdf

 *Nos hemos permitido cambiar palabras en los versos de la traducción del poema "El niño Elis", (van señalados con asterisco), para dar una lectura creemos que más natural en español: v 6.  "del vuelo de las aves" (frente a "del vuelo del ave"),  v. 7, "hacia la noche" (en vez "rumbo a la noche"), y v. 8, "morados racimos", en lugar de "púrpuras racimos". (Nota del autor del artículo).

(2) Este poema, "Pequeño concierto" está recogido de la página de Francisco Cenamor "Asamblea de palabras", que recoge a su vez una "versión" del traductor y poeta valenciano Jenaro Talens: Georg Trakl en Gedichte (1913), incluido en Tres poetas expresionistas. (Ediciones Hiperión, Madrid, 1998, selec. y trad. de Jenaro Talens).

https://franciscocenamor.blogspot.com/2016/11/poema-del-dia-pequeno-concierto-de.html

El mismo traductor, Jenaro Talens, tiene publicado en Galaxia Gutenberg una traducción de la obra prácticamente completa, no muy extensa, del poeta alemán. Recomendamos leer también las "versiones" que propone este traductor en dicho volumen: Sebastian im Traum (Sebastián en sueños y otros poemas. Galaxia Gutenberg. Trad. Jenaro Talens)

También es recomendable una traducción más reciente, de José Luis Reina: Georg Trakl. Poesía completa.Traducción y prólogo de José Luis Reina Palazón. Editorial Trotta. Madrid, 2020. Información en esta página, "Encuentros con las letras", que contiene algunas traducciones de poemas de Trakl:

 https://encuentrosconlasletras.blogspot.com/2021/03/trakl-poesia-completa.html

 

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