POEMA INÉDITO DE JUAN TOMÁS FRUTOS
A los escondidos
No me importa
romperme,
en un día ya roto de tanto bregar
en el vacío y la incomprensión.
en un día ya roto de tanto bregar
en el vacío y la incomprensión.
No me importa
perder,
quedarme en esa nada
que nadie quiere,
de la que huimos los poetas.
quedarme en esa nada
que nadie quiere,
de la que huimos los poetas.
No nos gusta
la oscuridad,
que llega en jornadas
de violencia en fronteras
de lápiz y cartón, artificiales,
en un sempiterno dolor,
en la pena que nos atraviesa
tras un sacrificio inexplicable.
que llega en jornadas
de violencia en fronteras
de lápiz y cartón, artificiales,
en un sempiterno dolor,
en la pena que nos atraviesa
tras un sacrificio inexplicable.
No me importa,
ni me importará,
que me golpees,
que me pongas el pie, la rodilla,
la pierna entera, tu cuerpo,
millones de cuerpos
con armas que disparan
y rompen,
y me rompen otra vez.
que me golpees,
que me pongas el pie, la rodilla,
la pierna entera, tu cuerpo,
millones de cuerpos
con armas que disparan
y rompen,
y me rompen otra vez.
No me importa,
digo,
si con eso te descubro.
La sintonía de la Historia
lleva años de persecución y de pena,
por desgracia para todos.
si con eso te descubro.
La sintonía de la Historia
lleva años de persecución y de pena,
por desgracia para todos.
Los míos, los
últimos,
hemos estado siempre entre los elegidos.
Lo supimos desde el instante mismo
del nacimiento, en el trayecto vital,
y ahora sigo con mi destino a cuestas,
y con mi hijo,
también devorado.
hemos estado siempre entre los elegidos.
Lo supimos desde el instante mismo
del nacimiento, en el trayecto vital,
y ahora sigo con mi destino a cuestas,
y con mi hijo,
también devorado.
Digo por decir
que no me importa,
a pesar de que mucho me duele,
aunque quedo con la satisfacción
de tu salida al pasillo,
al ruedo, a la sonoridad de la luz,
que descubre tus signos negativos.
a pesar de que mucho me duele,
aunque quedo con la satisfacción
de tu salida al pasillo,
al ruedo, a la sonoridad de la luz,
que descubre tus signos negativos.
Hoy he caído,
y conmigo lo más preciado,
mi sangre, mi carne, mi hijo,
y, con nosotros, tú,
descubierta por tus propias armas.
y conmigo lo más preciado,
mi sangre, mi carne, mi hijo,
y, con nosotros, tú,
descubierta por tus propias armas.
No hablo de
compensación,
pero sí de equilibrio, de sones
que por poco aparecen acordes.
pero sí de equilibrio, de sones
que por poco aparecen acordes.
Lo pésimo es
que quedan muchos
más cómo tú,
que hemos de atajar y de neutralizar.
La labor es ardua.
más cómo tú,
que hemos de atajar y de neutralizar.
La labor es ardua.
¡Malditos los
que andáis escondidos!
Juan Tomás
Frutos
Periodista y escritor. Nació en Beniaján (Murcia) en 1965. Profesor de Ciencias de la Comunicación, ha publicado varios libros de poesía y una extensa obra de ensayos y artículos sobre comunicación, ética periodística y literatura.
Blog del autor: http://juantomasfrutos.blogspot.com.es/
Revista Ágora digital Octubre 2015// Diario
La envídia es cobarde, es la máscara tras la que se esconde el que quiere que no te salgan bien las cosas, porque no puede evitar enfermar de rabia... Tú sigue adelante y olvida a estos escondidos. Tu amigo Hipólito Romero
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