CONTINUIDAD DE UNA CULTURA, Y
ENTRE LA
INDAGACIÓN PERSONAL Y EL COMPROMISO
CON EL PRESENTE
por FULGENCIO MARTÍNEZ
http://es.calameo.com/read/002827296b1fba15675f9
http://www.calameo.com/books/002827296b1fba15675f9
Fulgencio Martínez/ Luis Alberto de Cuenca/ Agustín Calvo Galán
Una antología que recoge más de treinta poetas actuales en castellano, euskera, gallego, catalán y sefardí.
1.
Nuestro propósito inicial fue presentarte, con la Antología
actual, un registro
histórico-literario del nivel de comunicación de la poesía con la
situación humana del tiempo histórico que vivimos. Por eso, le
solicitamos a poetas con obra publicada, de categoría y fuerza
comunicativa, unos cuantos poemas de sus libros más recientes, así
como un texto inédito aún en libro.
El
foco de esta Antología está puesto en el término "actual",
rechazamos la simple y falsa afiliación generacional, o por edades
físicas -poesía joven, adulta, infantil, etc-, y apreciamos, bajo
nuestro criterio de calidad y categoría estética, el diálogo del
poeta con su tiempo histórico. Tomamos en serio aquella reflexión
de Meneses, uno de los poetas "complementarios" en
la obra de Antonio Machado-Juan de Mairena:
"El polo individual del sentimiento... empieza a no
interesar, y cada vez interesará menos. La lírica moderna, desde
el declive romántico hasta nuestros días (los del simbolismo), es
acaso un lujo, un tanto abusivo, del hombre manchesteriano, del
individualismo burgués, basado en la propiedad privada. El poeta
exhibe su corazón con la jactancia del burgués enriquecido que
ostenta sus palabras, sus coches, sus caballos y sus queridas.... Un
corazón solitario... no es un corazón."
Estas
palabras, tomadas con ironía y verdad (que cada cual saque su
interpretación) son una hermosa tentación para Juan de Mairena -y,
como toda tentación, encierra peligros, precipitaciones, falsas
perspectivas en la superficie, pero también fuerza y verdad,
atractivo.
El
poeta y pensador Juan de Mairena las tiene en mente como una
posibilidad con la que darle contenido a su intuición de la poesía
como palabra en el tiempo.
"Juan
de Mairena se llama a sí mismo el poeta del tiempo.
Sostenía Mairena que la poesía es un arte temporal.... y que la
temporalidad propia de la poesía sólo podría encontrarse en sus
versos, plenamente expresada. Esta jactancia, un tanto
provinciana..."
La temporalidad de la
poesía, en todo caso, parece ser que no se agota en un solo poeta, sino que
estaría en la "conversación" de uno y otro con su tiempo y con la
esencia y tradición misma de la poesía. Algo así –creemos- dijo Hölderlin
al valorar el ámbito de los hombres, respecto al de los dioses, desde que
somos una conversación.
2. Poco a poco, fue perfilándose lo que queremos con esta antología: poemas actuales, o sea, de libros o inéditos, escritos en torno a los cinco últimos años, aproximadamente, y que, casi sin quererlo, dan la atmósfera del tiempo actual.
Algunos de los poetas
antologados nacieron en una franja entre finales de los 50, la década de los 60
y los primeros años de los 70 (15 años, aproximadamente, el tiempo de una
generación coetánea, según Ortega y Gasset). Ese dato no queremos
obviarlo, pero creemos que es mejor una antología actual en la que, por
primera vez, no se ponga el acento en lo generacional, sino en lo actual.
Tampoco se trata de la tópica antología de poetas jóvenes actuales o algo así;
sino de poetas con categoría de obra publicada y que son semilla en el tiempo
actual. Está abierta, por tanto, la selección a poetas de otras generaciones
que hayan escrito o publicado obra importante en esa franja y perspectiva
temporal que adoptamos. "El presente es el primer escalón del
futuro". Hacia ese futuro, del cual solo conocemos este presente, se
dirige el foco de la poesía, y de esta Antología. Nada nos interesa lo
que no esté en ese foco. Toda palabra dicha atrás, ha de volver a ganarse su
lugar, o ser letra muerta, con pompa incluida y fama de ayer.
Hemos cuidado que la amistad no sea óbice para entrar en la Antología, ni tampoco un mérito. Al acabar nos han venido al papel 33 poetas mayores, al menos en edad; por tanto, 33+18 poetas que no han necesitado ser acompañados de sus padres para entrar en esta antología acediana actual. Como verás, encargamos al último de ellos, Andrés Acedo, el oficio de hacerles de anfitrión y chivo de los maledicientes.
El procedimiento que hemos
utilizado ha consistido, simplemente, en pedirles a los autores elegidos (según
criterio que después se ha de explicar) una selección propia de sus textos,
junto a una nota bioliteraria y una bibliografía. Les rogamos encarecidamente
que nos diesen uno o varios poemas inéditos en libro. Aunque, en el ínterin de
la realización de la Antología, algunos, pocos, poemas inéditos enviados
pasaron a verse en libro de su respectivo autor (es el caso de Karmelo
Iribarren, con sus poemas publicados en su reciente Luces interiores;
y de José Luis Zerón Huguet, que acaba de publicar en su libro Sin
lugar seguro dos poemas que envió inéditos…, y ya ves que en esta materia
de preparar antologías las cosas dan vuelco de la noche a la mañana: es por lo
que, a nuestro gusto, nos llamaríamos, más que antólogo, antologador.
La selección, pues, de los textos ha sido hecha por los mismos dueños poetas, salvo en un caso: el de Isla Correyero, quien nos encargó la nota de presentación y la selección de sus textos, luego aprobada por ella. A cambio de admitirle dicha excepción a tan querida amiga desde la juventud, y extraordinaria poeta y mujer, en venganza amable consentimos también en cumplirle el ruego de quitar la fecha y lugar del nacimiento a la nota biográfica que hicimos. No sé si un antólogo serio, profesional, lo admitiría, pero ya sabes que prefiríamos ser llamados antologador, no antólogo.
Por otra parte, Juan
Carlos Mestre nos hizo recapacitar sobre el concepto de inédito. Como podrás
leer en su debido lugar, tiene el autor de La casa roja (fraterno Mestre,
maestro de tus mismos compañeros de pupitre), una poco común noción de lo
que es un texto no édito, o sea, inédito. Homero tuvo que aguardar varios
siglos para tener lectores, que antes de ser editado en libro tuvo oyentes
solo. Las bibliotecas públicas están, more Mestre, llenas de autores
inéditos, clásicos y actuales. ¿Querrá protestar Juan Carlos por lo poco que se
lee a los poetas, en general?
3. Pero ya va alargándose este prólogo, y de solo hablar de lo que nos gusta, de anecdotario y del making-of de la Antología, que diría mi sobrino estudioso de la lengua del Imperio, no se gana al lector sesudo y crítico.
¿Cuál es el criterio que
hemos usado para seleccionar a los poetas? Aquí entra aquello
del gusto personal, bien que forrado de reflexión poética y de algunos
conocimientos más amplios. En primer lugar, dado nuestro propósito de presentar
una antología actual, con foco en futuro, nos parecía bueno acostarnos a
aquellos poetas que se encuentran en el momento de su madurez, dando fruto
mayor su obra en el momento en que nos fijamos, lo cual, aunque solo sea por
contagio temporal, puede revelar en ella signos de este tiempo.
Hay en muchas de las antologías poéticas que hemos ojeado y que recogen la poesía de las últimas décadas, desde los novísimos para acá, un doble insinuación que hemos evitado. Por un lado, las antologías de grupo de amigos o afines poéticas (llamémosles antologías de aprisco); por otro, la creencia basada en la inercia viuda de que en una época poética han de figurar en antología siempre los mismos poetas. Esta ilusa costumbre más o menos admitida hace que alguno o algunos siempre se crean con permanente gracia para entrar en todas las antologías de un tiempo. No es así. Por tanto, no haya frustración, ni queja. Aquí no, pero allí sí, y en otra, no, y también. Reflexionando más ampliamente sobre el cacharro promocional que es una antología poética, llego a la conclusión de justificar la costumbre aludida, porque a posteriori algunas antologías, como la de Gerardo Diego, nos acostumbró a que los que estaban en ella eran los poetas. No, eso se supo después, y sobre todo, porque todos ellos siguieron hasta su muerte escribiendo, renovando. Lo mismo sucede, a más cercanía, con la Antología de Castellet (nuestro homenaje y recuerdo al recientemente fallecido crítico). Solo porque Guillermo Carnero, Gimferrer, José María Álvarez, etc, continuaron y progresaron, es decir, proyectaron todo su fondo poético implícito, en obras posteriores a aquella célebre de los nueve portentos, aunque quedó luego en arcoíris su número, solo por eso, a posteriori, damos por bueno que en cualquier selección poética de sus tiempos debían, indefectiblemente, estar los poetas que destacó Castellet. No apreciamos su riesgo y su gusto personal, creemos que era la suya una elección motivada por la fuerza (poética) de las cosas. No es así, como creo haber expuesto. Y ya vale.
El otro criterio que hemos seguido en nuestra selección quizá sea aún más polémico, o al menos polisémico. Tiene que ver ahora con la palabra “española”. Tiéntase la ropa.
La escritura plural de
esta “Antología actual de poesía española” se propone denunciar ese
provincianismo en que siempre han tenido a la literatura española los antólogos
e historiadores del ramo, al menos los que tuvimos que leer en nuestros cursos
de Bachillerato y en nuestra carrera de Filología española. Ya suele ser normal
que cuando se estudia, como hace incluso todo un director de la Real Academia,
un período de la literatura española, no se estudia a los grandes poetas y
obras de ese momento, si es el caso de que esas obras y esos poetas vivieran
fuera de España, o más en concreto, de Madrid. Generaciones de alumnos hemos
creído que la poesía española de los años 40 y 50, del siglo XX, era Dionisio
Ridruejo, Rosales, el garcilasismo, el tremendismo, etc. Eso
también, claro, pero sobre todo Pedro Salinas estaba escribiendo Todo
más claro…pero en Estados Unidos. César Vallejo, Borges, un
poco menos Rubén Darío casi se les cita solo.
Pero lo más sangrante, más allá de los casos y figuras geniales sin duda, es la marginación de lenguas españolas en la literatura española, léase: gallego, catalán, euskera…judeoespañol o sefardí, de los que ha habido y hay en la actualidades grandes poetas y escritores. No solo se perjudica el lector español, que no parece tener la necesidad de leer, si puede, en esas lenguas españolas, se produce también un empequeñecimiento para la lengua castellana, favorecido por los compartimentos estanco de las políticas correctas y localmente atonizadas en el átomo seudocultural cuya regidura se arrogan los políticos de cráneo estrecho. No hay nada más que ver cómo se usa el castellano, sobre todo cuando en los medios (pero extendiéndose a lo colectivo acomplejado y amaestrado en esa atonía del átomo cultural a mayor gloria de sus administradores) se dice un topónimo, creando una asalto al castellano: “Llueve en A Coruña”. Dígase en gallego (“Chove”), o en castellano, que en cualquiera de esas lenguas vale. Hipercorreción, la justa.
No ha sabido este país, desde 1978, favorecer ese espíritu, en la enseñanza, en los medios, en la cultura, de comunicar unos con otros los españoles, en sus respectivas lenguas o en la que tengan más a mano, y no hay mucha, la verdad, curiosidad por ver qué se fizo desde Rosalía o desde Salvador Espriu.
Agradecemos al poeta Xosé María Álvarez Cáccamo que, ya casi al término de completar la nómina de esta Antología, quisiera entrar en ella y, sobre todo, nos agradeciera luego a nosotros, en privado, con estas palabras suyas, que tenemos licencia para decirte aquí:
"Gracias por vuestro
trabajo y por vuestra atención a todas las culturas y lenguas del estado, en
tiempos en que vuelve la demonización de las llamadas periféricas, como si sólo
existiese un centro".
Evidentemente, ni llega nuestra competencia a conocer medianamente el panorama que queremos atender. Hemos de agradecerle su consejo a algunos de los poetas a los que, por afinidad, azar o curiosidad sí conocíamos en su obra, y a los que invitamos desde primera hora. Ángela Serna, en Vitoria-Gasteiz, nos llevó a Felipe Juaristi. Miguel Ánxo Fernán-Vello, a Cáccamo. Marian Raméntol, a Cesc Fortuny a Anna Rossell, y ésta a Jordi Jané-LLigé. Juan Zapato, argentino residente en Israel, a Margalit Matitiahu, la fuente actual del sefardí. (Gracias, en especial, a Juan Zapato por su generosidad, ya que esta Antología no se ha podido extender a algunos más escritores hispanoamericanos. Quizá, sea buena idea…una próxima… Solo representa ese vasto y rico volcán actual de poesía escrita por americohispanos - como diría el maestro Juan Ramón Jiménez- el peruano-salmantino-español Alfredo Pérez Alencart).
Agradecemos a los autores
que nos han dado su propia traducción al castellano de los textos escritos en
otras lenguas, o, en el caso de Fernán-Vello, a su traductora, Isabel Pintado.
Del mismo modo, nuestra gratitud a Agustín Calvo Galán, poeta incluido
en serias antologías de poesía visual. A través de sus poemas visuales (uno de
ellos, en portada del libro) hacemos un reconocimiento de esas labores poéticas
que no suelen tener acogida en antologías al uso.
Además de las palabras
motivadoras de Xosé María Cáccamo hacia esta inusual proposición de Antología,
dos ideas más nos han impulsado. Lo curioso es que hemos sido conscientes de su
plena motivación en nuestro trabajo cuando, tras leer y releer a los poetas
seleccionados, la poesía misma nos las dio en la mano. La indagación personal,
tan evidente en la poesía en euskera de Felipe Juaristi, es también el ensueño
de un país amable, de un tiempo liberado de sus cadenas. Y el fervor por la
escritura, está también en todos los poetas de la Antología, como lo están la
indagación personal y el deseo del bien colectivo. Ese valor político de la
palabra no lo pueden dejar ya nunca más los poetas de su mano. Cuando Alma
Pagès, creemos que una de las “revelaciones” que puedes pedirle a esta
Antología (qué menos que te descubra a algún poeta desconocido para ti,
“inédito”, more Mestre loquamur); en fin, cuando Alma Pagès dice, con
sencillez, como si no dijese mucho: Lo escrito ha alterado el orden de las cosas”,
sentimos que estamos ante una retornada conciencia de la poesía, ante una
poesía de verdad, y que por con diferentes y enriquecedores matices esa
conciencia de la escritura (que no es solo mimo) se halla en los 33 sonados
antologados en este libro, por eso y tanto y tanto mereció la pena. *
*Para
formar las secuencias del libro hemos seguido cuatro secciones. En la
primera, poetas en lengua no castellana, o que usan en sus creaciones
el castellano además de otra lengua española. En la segunda,
autores en lengua castellana que residen en Cataluña o Euskadi.
(Hemos adoptado esa referencia al lugar y circunstancia donde se
vive, no al lugar de nacimiento). En la tercera sección, poetas en
castellano de la centralidad geográfica: Madrid, Castilla:
Salamanca, León; Aragón: Zaragoza); en la cuarta, poetas
“periféricos”, siempre en relativo: Canarias, Levante, incluso
la Italia, Roma, o Grecia, Atenas, o ahora Túnez, del valenciano
aedo ambulante, como Homero y Jenófanes en su día, Juan Vicente
Piqueras.
Fulgencio
Martínez
27 de enero 2014
(actualizado
el 14 de julio 2014)
introducción al libro ANTOLOGÍA ACTUAL DE POESÍA ESPAÑOLA. LA ESCRITURA PLURAL. suplemento especial, núm 7 REVISTA ÁGORA-PAPELES DE ARTE GRAMÁTICO, ÁGORA DIGITAL.
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