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lunes, 22 de marzo de 2021

DOÑA PERFECTA, 1876. Por Caty García Cerdán. Revista Ágora digital-Ágora Papeles de Arte Gramático. Primavera 2021. Dossier Galdós, detrás de su centenario.Un espejo con memoria.


 

 

DOÑA PERFECTA, 1876

 

 

                                                                 CATY GARCÍA CERDÁN

 

 

Doña Perfecta, 1876, fue la novela más leída y traducida de toda la obra de Galdós.  Su protagonista recuerda a otro personaje femenino de nuestra literatura, Bernarda Alba. Ambas madres y de carácter muy marcado por el autoritarismo.                                                  

         Tras su lectura, me pareció una excusa literaria para exponer con personajes muy esquemáticos un país, España, agonizante en un contexto deprimente de incultura, prejuicios y falsa religiosidad. Por la fecha, 1876, parece recoger todos los males que sucedieron en el siglo y, más tristes que nunca, todavía subsistían. 

    Toda la narración está atravesada por un feísmo real y espiritual de tal envergadura, que nos preguntamos si sólo es una novela y la realidad, pura ficción.   Si Valle-Inclán acudió al esperpento, nos planteamos la necesidad, ¿por qué no?, de un Goya y sus pinturas negras. La línea argumental es muy sencilla y los nombres de todos los personajes adecuados a su hacer y estar en el pueblo de Orbajosa: un muladar.

 

Aureliano Beruete, “Orbajosa”.

 

El joven ingeniero, Pepe Rey, acude al pueblo con la intención de casarse con su prima Rosario a la que no conoce e hija de su tía doña Perfecta. Desde el principio estamos ante un Romeo y Julieta, cuyo amor va a verse obstaculizado, desde el momento en el que Pepe Rey habla. Pero, ¿qué dice este joven ingeniero progresista que ha viajado y conocido otros países y culturas? Sencillamente, habla.

         Pero el pueblo de Orbajosa está hundido en la miseria moral e intelectual… Y en una pobreza ancestral, bajo la vigilancia de caciques y de una iglesia retrógrada e incapaz, como sus feligreses, de pensar más allá de los límites del lugar.

Pepe Rey, a su llegada en tren, irá conociendo la situación del campo en el camino de la estación a casa de su tía: tierras abandonadas, poco arbolado, movimientos de lindes que revelan el poco respeto a la ley, la pillería y la ignorancia. En el trayecto hay un primer encuentro, he aquí la escena:  

El señor, dijo Licurgo, sonriendo, es el sobrino de doña Perfecta. Ambos se saludaron.

-¡Ah! …, por muchos años…, muy señor mío y mi dueño.

 

Después de este saludo que revelaba una alta posición social en la comarca, y tras despedirse, el viajero pregunta:

-¿Quién es este pájaro?

-¿Quién ha de ser? Caballuco […]

- Ahí donde le ve, es un cacique tremendo, y el gobernador de la provincia se le quita el sombrero.

 

La importancia de la figura del cacique, la sumisión y admiración de labriegos y aldeanos, queda patente. El viajero empieza a preguntarse adónde ha llegado.

         Las primeras palabras de Pepe Rey, franco y liberal, ya en casa de su tía doña Perfecta, pronunciadas ante el coro de asiduos contertulios, con un espíritu abierto y culto caerán como una tormenta. La conversación girará sobre la ciencia y el sentimiento, y el canónigo, vanagloriándose de su sinceridad, advierte que la ciencia de los modernos genera la muerte de los sentimientos y de las dulces ilusiones, así como la destrucción de las artes y la fe en el alma.

 

A lo que Pepe Rey, que no es pedante ni le gusta alardear de erudito “ante mujeres”, decide contestar al canónigo, don Inocencio (atención a los nombres, ninguno es gratuito) diciendo que la ciencia derriba a los ídolos vanos, a la superstición, al sofisma y a las mentiras.

La respuesta del canónigo es hipócrita y Pepe Rey calla. Doña Perfecta, gran estratega, ya lo ha condenado. Pasados unos días, cuando le dice a su tía que quiere casarse con su hija, contestará: Menos prisas. Rosarito, con cara de gran tristeza y profética, dirá a su primo: es que tú no eres para nosotros. Lo cierto es que todos viven en un estanque y a nadie interesa que algo se mueva

 

Hay otros núcleos de reunión en el pueblo: la catedral y el casino. La primera visita de Pepe Rey al templo será motivo de escándalo porque, ajeno a la celebración religiosa, adoptará la actitud del visitante culto. Se sorprenderá del feísmo que domina la catedral, debido a vestimentas y objetos con que los lugareños la adornan. Es tal la animadversión que genera en los fieles por no participar en el rito que se está celebrando que, en su segunda visita, será expulsado de la catedral.

El casino no le sorprenderá, lleno de ricos y pobres con pretensiones; pero sí, las calles del pueblo, por su abandono y los numerosos mendigos que transitan por ellas.

Pepe Rey piensa en escapar, sin embargo, decide que lo mejor es aguantar y esperar…, porque se ha enamorado de su prima Rosarito.

 

Pasados unos días “en el pantano de Orbajosa”, recibe una carta de Madrid comunicándole su destitución en el trabajo, con términos poco lisonjeros. Queda sorprendido y disgustado. Su tía, doña Perfecta, le dice que tiene buenas relaciones y podrá conseguir reparar esa falta brutal. Pepe Rey contesta: Gracias, señora, no quiero recomendaciones. Intuimos que son estas buenas relaciones las que han provocado las malas noticias.

Los comentarios en las tertulias de su tía y las murmuraciones en el pueblo continúan: Pepe Rey se ha vuelto loco de tanto leer esos libracos en que se dice que tenemos por abuelos a los monos o a las cotorras. Pobre Darwin, en Orbajosa…

Doña Perfecta decide que su hija deje de ver a su primo y no le permite salir de su cuarto porque está enferma. La vida cotidiana seguirá marcada por la rutina y por los ataques de su tía:

Tu enemigo, si existe, está en Madrid. ¿No te trato como a un hijo? Si a pesar de eso no nos quieres y te burlas de nuestra religiosidad…

 

Pepe Rey, asombrado y perplejo decide escribir a su padre y contarle sus impresiones:

Aquí privan las ideas más anticuadas. Acerca de la sociedad, de la Religión, del Estado, de la Propiedad. La exaltación religiosa que les impulsa a emplear la fuerza contra el gobierno por defender una fe que atacan y que ellos no tienen tampoco, despierta en su ánimo resabios feudales, y como ellos resolverían sus cuestiones por fuerza bruta y a fuego y a sangre, degollando a todo el que como ellos no piense, creen que no hay en el mundo quien emplee otros medios…

 

A Orbajosa, con abolengo faccioso, llega el teniente coronel Pinzón, antiguo amigo de Pepe Rey, con parte de su tropa, que se alojará en casa de doña Perfecta. Esta se quejará: pobre ciudad ha entrado en desgracia.

Continúa con su lamentación: ¡Ah! Madrid, es esa segunda nación compuesta de los perdidos que gobiernan y que se ha hecho dueña de la fuerza material; esa nación aparente, porque la real es la que calla, paga y sufre, de esa nación ficticia que firma al pie de los decretos y hace una farsa de autoridad y una farsa de todo… Eso es mi sobrino, mi sobrino es el Gobierno, el brigadier, el alcalde nuevo, el juez nuevo […] Entiéndelo bien, hay que defenderse de todos ellos […] Hay que atacarlos como atacaban nuestros abuelos a los moros.

 

Doña Perfecta pregunta al canónigo: ¿No comprendes que mi sobrino es una plaga? ¿Tendremos aquí un batallón de Dios que aniquile la infernal milicia de Madrid?

Se propone, por tanto, conseguir que una partida se levante contra las fuerzas de Madrid que han llegado al pueblo. Llama a Caballuco, al que ya conocemos, para intentarlo; a lo que este se niega pues le ha dado su palabra al gobernador de que no lo hará. Sorprende que todavía estos grupos facciosos persistan.

Doña Perfecta recurre a todas sus habilidades para hacerle cambiar de idea, incluso le llega a decir que ella y su hija pueden estar en peligro de muerte… Caballuco se niega rotundamente a levantar una partida. Simultáneamente, Remedios, hermana de don Inocencio el canónigo, se dirigirá a casa de doña Perfecta. ¿Por qué? Acuciada por la ambición de que su hijo Jacinto consiga casarse con Rosario. El hermano, enterado de su propósito en un gesto simbólico “se lavará las manos”.

 

Entre tanto, Pepe Rey ha decidido escapar del horror en compañía de su prima. El narrador comenta: la mojigatería para que sea inofensiva es preciso que exista en corazones muy puros, pero también es infecunda para el bien. La voz del autor es omnipresente y no evita mostrar su opinión.

 

La tormenta se desencadena, porque Rosarito dice a su madre que escapará con su primo. A lo que la madre exclama:

-¡Qué traición! ¡Qué infamia!

-Al preguntarle- ¿Cuándo?

-Esta noche.             

-¿Dónde?

           -Aquí.

 

    Galdós ve inevitable acudir al melodrama. Lo terrible es que terminará en tragedia. En ese momento llega Remedios y grita:

    -Pepe Rey está en la huerta, pero afortunadamente tenemos a Ca…Ca…Caballuco.

 

    Tras la conversación con doña Perfecta y el encuentro fortuito con Remedios, Caballuco se encuentra allí. 

    El clímax alcanza su cénit: Doña Perfecta con su voz ronca disparó estas palabras:

    -¡Mátale!  

    Oyose un tiro, después otro.

 

    Toda esta triste historia culmina con la mentira de que el joven ingeniero se ha suicidado. Pero en Orbajosa, donde todo se sabe, la verdad se dice en voz baja.

    ¿Y Rosario? ¿Dónde acaba?:

    …Después de dejar a mi sobrina Rosario en San Baudilio de Llobregat, el Director médico me ha asegurado que es un caso incurable.

 

    Como lectores de este patético relato nos preguntamos: ¿cuánto hay de ficción y cuánto de realidad? Vertebrado con un fuerte maniqueísmo, no hay duda de dónde está el mal. Si a veces la narración tiene características de esperpento, otras, cuando habla Pepe Rey es de esperanza en un futuro.

    Pero, ¡qué terrible final!: muere la posibilidad del pensamiento, la ciencia, la cultura y el progreso. Nosotros, lectores del XXI, tenemos claro el diagnóstico, pero y ¿la solución? 

 

 

 

  Fuente: La Verdad. es


Caty García Cerdán realizó Románicas en la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia, donde reside. Es profesora de Literatura. Ha publicado artículos en varias revistas.

 

 REVISTA ÁGORA DIGITAL MARZO 2021

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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