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lunes, 1 de marzo de 2021

"CAJA DE MÚSICA. OFICIO DE SOMBRAS" POEMA INÉDITO DE FULGENCIO MARTÍNEZ, DE "EL HURÓN Y LA GALERÍA". Revista Ágora digital/ marzo 2021

 

 Caja de música de madera personalizada

 

 

EL HURÓN Y LA GALERÍA  

 

CAJA DE MÚSICA

OFICIO DE SOMBRAS

 

Tienen altos pabellones las sombras,     

se pasean categóricas y huecas,

cometen homicidios o reparten abrazos

o saliendo de una caja de música

llenan suave la medida del tiempo;

y siempre al volver de sus pentagramas,

de la corte de justicia, del poema

o de los labios de un asesino

buscan ocupar los diarios; y al fin

hacen que las creamos los asientos

destinados a nuestros cuerpos leves.

 

Sombras de las palabras

ciertas o incumplidas, qué igual. Verdades,

mentiras y sombras son el rastro

que dejan, como una nube en el cielo;

un día en que preguntaba por ellas.

 

Cuando era adolescente las toqué

con una fe de pájaro sensible,

luego se unieron, sin yo darme cuenta,

al descarrilamiento y al humo,

y al hielo.

 

                          A veces, sin embargo,

en la nevada, cuando el sol más alto asciende

y a su claridad parecen hijas pródigas

y hasta la más pobre sombra se marcha,

yo me precipito hacia ellas,

quiero yo darles de nuevo sin fianza

un sitio en mi corazón, el mejor cuarto

en mi alma, el vino más dulce de mi sangre…

Mas pasan esas nubes por encima de mí,

para otro lado del mundo.

 

El vino más dulce de beber

ese siempre lo guardo

para las fascinantes,

las oscuras

las siempre esquivas y libres,

las altivas engañosas volátiles

renacientes musicales arcanas.

 

Las tiento por un laberinto: mi aliento.

Todavía hay días en que, sin avisar,

vuelan raso volviendo en mi ayuda,

me prestan su expresión y las pierdo,

y las sigo hasta que se desvanecen.

 

¿Por qué este oficio de pastorear el vacío?

¿Qué demonio deja en el corazón humano

la promesa y la intención de custodiar

un puñado de fango, de cascarrias,

humo, viento y barro

y algún diamante escondido en el barro?

 

Es el lenguaje la razón de nada,

aunque demasiadas veces me jugué la vida

(también tú te jugaste tu parte de esa nada)

por recoger en el pecho un sonido

y dártelo con mi emoción no fingida.

“No se conocieron.

Y duermen su sueño -mienten o cuentan ellas-

cerca de la fuente que es uno para el otro

Incomunicados los dos, alma y cuerpo

no se conocieron  -cuentan o mienten las palabras-

les separaron sombras, palabras, ventanas, nubes

imanes, puentes, trenes, calendarios, caminos”

“Se conocieron se unieron y vivieron felices

Fueron un tiempo razonablemente felices”

las obligo a decir la verdad modesta.

Pero insisten rebeldes en cambiar de piel

en afirmarlo y en negarlo todo.

 

 FULGENCIO MARTÍNEZ

 

domingo 28 de febrero-1 de marzo de 2021

 

REVISTA ÁGORA DIGITAL/ EL HURÓN Y LA GALERÍA/ MARZO 2021

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