EL HURÓN Y LA GALERÍA
CAJA DE MÚSICA
OFICIO DE SOMBRAS
Tienen altos pabellones las sombras,
se pasean categóricas y huecas,
cometen homicidios o reparten abrazos
o saliendo de una caja de música
llenan suave la medida del tiempo;
y siempre al volver de sus pentagramas,
de la corte de justicia, del poema
o de los labios de un asesino
buscan ocupar los diarios; y al fin
hacen que las creamos los asientos
destinados a nuestros cuerpos leves.
Sombras de las palabras
ciertas o incumplidas, qué igual. Verdades,
mentiras y sombras son el rastro
que dejan, como una nube en el cielo;
un día en que preguntaba por ellas.
Cuando era adolescente las toqué
con una fe de pájaro sensible,
luego se unieron, sin yo darme cuenta,
al descarrilamiento y al humo,
y al hielo.
A veces, sin embargo,
en la nevada, cuando el sol más alto asciende
y a su claridad parecen hijas pródigas
y hasta la más pobre sombra se marcha,
yo me precipito hacia ellas,
quiero yo darles de nuevo sin fianza
un sitio en mi corazón, el mejor cuarto
en mi alma, el vino más dulce de mi sangre…
Mas pasan esas nubes por encima de mí,
para otro lado del mundo.
El vino más dulce de beber
ese siempre lo guardo
para las fascinantes,
las oscuras
las siempre esquivas y libres,
las altivas engañosas volátiles
renacientes musicales arcanas.
Las tiento por un laberinto: mi aliento.
Todavía hay días en que, sin avisar,
vuelan raso volviendo en mi ayuda,
me prestan su expresión y las pierdo,
y las sigo hasta que se desvanecen.
¿Por qué este oficio de pastorear el vacío?
¿Qué demonio deja en el corazón humano
la promesa y la intención de custodiar
un puñado de fango, de cascarrias,
humo, viento y barro
y algún diamante escondido en el barro?
Es el lenguaje la razón de nada,
aunque demasiadas veces me jugué la vida
(también tú te jugaste tu parte de esa nada)
por recoger en el pecho un sonido
y dártelo con mi emoción no fingida.
“No se conocieron.
Y duermen su sueño -mienten o cuentan ellas-
cerca de la fuente que es uno para el otro
Incomunicados los dos, alma y cuerpo
no se conocieron -cuentan o mienten las palabras-
les separaron sombras, palabras, ventanas, nubes
imanes, puentes, trenes, calendarios, caminos”
“Se conocieron se unieron y vivieron felices
Fueron un tiempo razonablemente felices”
las obligo a decir la verdad modesta.
Pero insisten rebeldes en cambiar de piel
en afirmarlo y en negarlo todo.
FULGENCIO MARTÍNEZ
domingo 28 de febrero-1 de marzo de 2021
REVISTA ÁGORA DIGITAL/ EL HURÓN Y LA GALERÍA/ MARZO 2021
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