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domingo, 7 de marzo de 2021

GALDÓS EN MURCIA (1903). por FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA ÁGORA DIGITAL 9/ PRIMAVERA 2021 NUEVA COLECCIÓN. DOSSIER GALDÓS, DETRÁS DE SU CENTENARIO. UN ESPEJO CON MEMORIA / marzo 2021

 Mariucha

 

Galdós en Murcia (1903)

 

Francisco Javier Díez de Revenga

 

         

La visita de Benito Pérez Galdós a Murcia, al comenzar el otoño de 1903, con motivo del estreno de su obra de teatro Mariucha, hay que situarla en el marco de la entrañable amistad que mantenía Galdós con el matrimonio de actores, el aristócrata murciano Fernando Díaz de Mendoza y María Guerrero, como ya dimos a conocer en nuestro estudio «Fernando Díaz de Mendoza, un aristócrata murciano en el teatro español», publicado en Tonos Digital. Revista de Estudios Filológicos, 36, 2019.      

         En la correspondencia conservada entre el matrimonio y el novelista y dramaturgo se aprecia hasta qué punto Galdós estuvo íntimamente relacionado con la pareja, que no dejó de mostrar en tales misivas su admiración por don Benito, quien, incluso, les acompañó en alguno de los estrenos, como en el caso de Mariucha. No solo acudió al estreno en Barcelona sino que llegó incluso a presenciar las funciones que se llevaron a cabo en Murcia.

Hacia María, el novelista, que acaba de salir de dos relaciones femeninas (Emilia Pardo Bazán y Concha Morell) sintió una especial atracción. En sus Memorias de un desmemoriado escribe Galdós: «La voz, el gesto y la prestancia de la actriz me encantaron». Y se llega a asegurar que Galdós, como Echegaray, escribían sus obras de teatro pensando en ella. De hecho, María protagonizó las obras más agresivas de don Benito e interpretó en ellas los papeles de las heroínas más reivindicativas e independientes.

         En las cartas de Fernando, publicadas por Carmen Menéndez Onrubia, se advierte que Galdós para ellos era objeto de verdadera devoción y admiración. Así, desde Buenos Aires, le escribe el 22 de septiembre de 1899: «He querido escribirle para que no pueda usted pensar que le olvidamos ni que ha disminuido en nada la estimación y el respeto que siempre nos inspiró». En enero de 1903 escribe Fernando: «Nadie, nadie le quiere y le admira más que nosotros, ni nadie pondrá tanto cariño, tanto esmero, tanto empeño, en poner bien en escena una obra de usted. Podrán otros actores tener más talento, más facultades que nosotros, pero seguramente ninguno nos aventajará en buena voluntad ni en empeño, para cooperar a un triunfo de nuestro queridísimo Don Benito».

Por ello no es de extrañar que Galdós pensara a la hora de escribir alguna de sus obras en los actores y creara unos personajes que se ajustasen al talante elegante y aristocrático de Fernando (así el protagonista de Mariucha o el de Voluntad) o al carácter emprendedor y agresivo de María (así la protagonista de La loca de la casa, La de san Quintín o la de las dos obras antes señaladas, que parecen escritas para ellos: Mariucha y Voluntad).

 

   Fernando Díaz de Mendoza y María Guerrero

           

            La presencia de la compañía de teatro de Fernando y de María en Murcia en aquel otoño de 1903 se extendió durante varias semanas de septiembre y octubre. El 9 de septiembre el diario El Liberal ya anuncia, con el titular «La compañía Guerrero Mendoza en Murcia», que ya está todo preparado para su llegada y que actuará primero en Cartagena y luego en Murcia. «Se estrenarán dos obras nuevas», además de las de repertorio. El 12 de septiembre el periódico anuncia desde Cartagena que ya está todo preparado para la actuación de la compañía y que «asegúrase que según promesa hecha por el Sr. Galdós en Barcelona a la Guerrero, dicho autor vendrá a Cartagena a presenciar el estreno de su nueva obra Mariucha». En los días siguientes se va informando sobre el abono para las representaciones y el día 18 se fija el debut de la compañía en Cartagena, de lo que da muy buena cuenta el periódico del día 19. Mariucha se estrena en Cartagena primero en efecto, el día 19 de septiembre, lo que comenta la prensa al día siguiente así como la decepción que supuso que Galdós no asistiera a la función. Las actuaciones en Cartagena se prolongarían los días 22 y 23.

La prensa anuncia que ya se han reservado en el Hotel Iborra de Murcia (el que luego sería, en 1916, Hotel Reina Victoria, y cuyo edificio se conserva junto al puente de los Peligros en Murcia, plaza de Martínez Tornel) las habitaciones para Galdós, por lo que se asegura su presencia en la ciudad. La intención de la compañía de acudir también a Torrevieja el 23 de septiembre de 1903 a inaugurar el teatro no se puede llevar a cabo por los compromisos adquiridos, ya que siguen ofreciendo actuaciones en Cartagena.

La función a beneficio de Fernando y la despedida de la compañía en Cartagena tiene lugar el día 24. Las funciones de beneficio de los actores era una práctica frecuente. Las compañías teatrales anunciaban así sus últimas funciones, antes de despedirse del público, generalmente para la primera actriz, el primer actor y el director. El público acudía en mayor número a estas funciones, y algunos hacían regalos a los beneficiados: carteras, billeteras, pulseras, objetos de tocador, estuches para escritorio, cubiertos, alfileres de corbata, álbumes para retratos, sombrillas, servilleteros y flores...

         La compañía debuta en Murcia, tal como estaba anunciado, el 26 de septiembre. Ese día José Martínez Tornel incluye en su sección «Diario de Murcia», en El Liberal, «El acontecimiento», donde, entre otras cosas, escribe: «¿Habían de haber sido admirados en todos los pueblos del mundo donde se habla todavía la lengua de Cervantes, y Murcia, la tierrecica de Fernando, no les había de tributar perennemente el homenaje de su admiración y de su cariño? ¡A él, tan gran artista, tan buen español, tan distinguido, tan generoso, y tan buen murciano! ¡Y a ella, tan superiorísima actriz, tan amante esposa y tan buena madre! Eso no podía ser. Y por eso estará el teatro lleno todas las noches, y Murcia entera pasará por allí y disfrutará, en las cortas noches que se nos brindan, el placer divino de saborear el mayor de los dioses, la ambrosía del arte, que solo artistas geniales o inspirados, como esa pareja de reyes de la escena, saben producir».    

 

                                         

Fernando Díaz de Mendoza y María Guerrero con Galdós, en su finca de  San Quintín, en el Sardinero (Santander)

 

 

Sobre el estreno de Mariucha, y sobre la visita de Galdós, la prensa de Murcia ha informado detalladamente de cómo se van sucediendo los acontecimientos. El Liberal, de 28 de septiembre, da cuenta de una reunión en el Círculo de Bellas Artes, en la que eligen la nueva directiva, y ya aluden a la próxima visita de Galdós: «El Sr. Bautista Monserrat recuerda que el Sr. Pérez Galdós debe llegar pronto a Murcia y es ocasión de que el Círculo dé nuevas señales de vida». Fernando Díaz de Mendoza y María Guerrero ya llevan unos días en la ciudad, y, según El Liberal del mismo 29 de septiembre, reciben la visita de los componentes del círculo en el Hotel Iborra donde residen. Les informa el matrimonio de actores que Galdós viene a Murcia al estreno de Mariucha.

Y el que también se persona en la ciudad para asistir al estreno de su obra es el poeta Salvador Rueda, que ha llegado el día 2 de octubre según informa al día siguiente El Liberal: «En el tren correo de ayer mañana llegó a Murcia el inspirado poeta, nuestro querido amigo y colaborador Salvador Rueda. Motiva su viaje el estreno en nuestro teatro de su obra escénica La Musa [] El Sr. Rueda recibirá en esta ocasión muchas pruebas de la estimación en que le tienen sus muchos amigos y el público murciano».

         El Liberal, el 6 de octubre con el titular «Preparación de un Banquete para Galdós y Salvador Rueda. Círculo de Bellas Artes. Se espera a Galdós para el día 8», se anuncia que «ya están ultimados los preparativos para celebrar el banquete popular, que inicia y organiza el Círculo de Bellas Artes, en honor de los ilustres Pérez Galdós, Díaz de Mendoza y Salvador Rueda. Se celebrará en el patio de butacas del Teatro Circo Villar, habiéndose fijado el precio de siete pesetas por cada cubierto», y se asegura que será concurridísimo, al tiempo que se anuncia la llegada de Galdós para el día 8.

 Y ese día 8, El Liberal dedica con el título de «Galdós» y sin firma, un elogioso artículo a la presencia en Murcia del gran novelista, y a continuación, se recoge el artículo de F. Bautista Monserrat, presidente del Círculo de Bellas Artes, titulado «Una impresión». Los reproducimos en el apéndice documental.

Ese mismo 8 octubre 1903, con el título «Pérez Galdós. La llegada» se anuncia que «en el correo de hoy llega a Murcia Pérez Galdós. La presencia del gran escritor entre nosotros es una cosa más que debemos agradecer María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. La llegada del insigne novelista ha despertado gran entusiasmo en todas partes: entre los literatos por admiración, entre las personas cultas por simpatías, entre los políticos por luchador liberal, entre el pueblo porque sabe que llega el cantor de sus glorias. El movimiento de opinión para recibir a Galdós es poderoso, como todo lo natural y popular». Tanta es la expectación que se recoge incluso la noticia de la salida de Madrid del novelista: «Madrid, 7 (8 n.).- Hoy llegó Pérez Galdós, procedente de su finca de Santander.-En el tren correo de hoy ha salido para Murcia con objeto de asistir al estreno de Mariucha».

Respecto a la obra de Galdós, Mariucha, hay que señalar que la redacción de este texto tiene que ver con la posición de Galdós  ante la realidad de España en el paso del siglo xix al siglo xx cuando la sociedad española tanto desde el punto de vista moral como económico estaba sufriendo una notable degradación después del Desastre de 1898, y cuando las clases acomodadas y desde luego las aristocráticas experimentaban sonados episodios de ruina social. La regeneración de la sociedad habría de venir desde el mundo del trabajo y desde las iniciativas de los más jóvenes que comprendían que solo con el esfuerzo, la inteligencia y un cierto ingenio inteligente para manejar la economía se podían superar etapas en las que la nobleza apoltronada había desembocado en su decadencia.

         La comedia de Galdós consagra a la protagonista, Mariucha, como representante de esa juventud emprendedora que lucha con su trabajo y con su inteligencia para superar la ruina familiar.  Azorín la consideró «encarnación poderosa, noble, elocuente de una España audaz e innovadora». La hija de los marqueses de Alto-Rey se enfrenta al proyecto paterno de vender al mejor postor el título nobiliario con el que superar la miseria tan vergonzosa a que han llegado buscando un buen partido matrimonial para su hijo. Huyen de la corte y se refugian en Agramante para esconder su pobreza.

Mariucha encuentra, en el mismo edificio en el que se hallan refugiados, al carbonero León, que, también noble disipado en el pasado, por medio del trabajo ha logrado una posición económica regenerada. Mariucha, siguiendo su ejemplo, logra montar un negocio relacionado con la moda con el que sacar adelante a su familia. Intercambian experiencias económicas y comerciales y se enamoran. A pesar de la oposición familiar, representada en el hermano que está a punto de conseguir un puesto en el gobierno y un matrimonio de conveniencia con una rica hacendada americana (la opulencia de las colonias ya independientes es evidente), pretenden contraer matrimonio, que, sin embargo, es apoyado a toda costa por el padre Rafael, benefactor de los novios a los que estará dispuesto a casar por encima de imposiciones externas.

Es destacable la posición de Galdós frente a los nobles que han arruinado su patrimonio (Fernando Díaz de Mendoza, que encarna a León, podría ser un buen ejemplo en su propia biografía antes de convertirse en gran actor y empresario teatral) y que, sin embargo, con su trabajo logran situarse decentemente en la nueva sociedad como hace María, una mujer independiente pero inteligente, y que también con el fruto de su trabajo logra un puesto en la sociedad. María, Mariucha, era interpretada por María Guerrero, mujer de acción sin duda ninguna y también empresaria.

Frente a los privilegios espúreos de una sociedad corrupta que quiere abrirse camino por medio de la influencia política y de los matrimonios de conveniencia, otra España, representada por estos jóvenes trabajadores y empresarios, se abre camino con el apoyo del sentido común y de la bonhomía, representados por el padre Rafael.

         Es interesante observar el simbolismo manejado por Galdós en la pieza al utilizar los espacios en los que transcurren las escenas del acto I. El palacio de Agramante en donde se refugian los marqueses de Alto-Rey, con su portada plateresca, refleja la vetustez de la nobleza, pero en el mismo palacio hay unas estancias alquiladas donde León (el aristócrata disipado y ahora reconvertido Antonio Sanfelices) tiene su taller de carbonero. María, que va camino de entregar, por medio de unas cartas que remite su padre, su alcurnia nobiliaria, acompañada de la sirvienta Cirila, que representa al pueblo, vende sus propias ropas a la alcaldesa, que representa, como señala Carmen Menéndez Onrubia, la plutocracia. Cesáreo, el hermano, va a hacer lo mismo, va a rendirse, con un matrimonio de conveniencia con Teodolinda ante la plutocracia y, con un puesto en el gobierno, a la burocracia.

         En las salas de la planta baja del palacio, donde León tiene instalado su taller de carbonero, en otra estancia instalará el suyo Mariucha y todo parecerá ir bien, hasta que los fantasmas del pasado intenten destruir lo que prósperamente está funcionado.

Con el marqués y sobre todo con el hijo y heredero, renace el caciquismo y el despotismo que pretenden deshacer el camino ya recorrido por los dos jóvenes emprendedores. Pero Mariucha cuenta con un consejero efectivo y práctico, don Rafael, y en un ambiente muy popular, de romería y de fiesta local y tradicional, en plena naturaleza, a la sombra de un inmenso castaño que sirve de confesionario, los dos jóvenes, empresarios y trabajadores, certifican y confirman su unión por el amor.

Frente a la opresión representada por los nobles padres y por el hermano, que, al final de la comedia, huyen hacia la corte para arrojarse en brazos de la corrupción establecida, en Agramante quedan León y María, junto a don Rafael, que manifiesta su clara lucha contra el feudalismo ancestral representado por la actitud de Cesáreo. Se constituyen en ejemplos de la nueva sociedad regenerada y enriquecida, social y moralmente, por el trabajo honrado, ingenioso y próspero, basado en la constancia y en la dedicación.

Esta nueva forma de entender el teatro era la que caracterizó la obra de Galdós en los primeros años del siglo xx, y Mariucha, que fue estrenada en Barcelona, y nunca se representó en Madrid, viene a reflejar bien los innovadores planteamientos de Galdós para superar el neorromanticismo que dominaba la escena española a principios de siglo.

La información sobre la llegada de Galdós a Murcia, la mañana del día 8 de octubre la facilita El Liberal el día 9 en su página 3. «Esta mañana en el correo de Madrid ha llegado a Murcia el insigne novelista D. Benito Pérez Galdós. Como se presumía, el recibimiento ha sido muy afectuoso». Y se da cuenta detallada de los carruajes que se han dirigido a la estación y de las personalidades que lo han recibido, fundamentalmente los socios del Círculo de Bellas Artes, que, por fin, han renunciado, a petición de Galdós, a ofrecerle el banquete que habían proyectado. Entre los que van a recibirlo a la estación se encuentra Fernando Díaz de Mendoza. Galdós se dirige al Hotel Iborra en un carruaje en el que le acompañan el presidente del Círculo, José Selgas, y el poeta Salvador Rueda: «Al llegar al hospedaje se han despedido todos de Galdós para dejarle descansar un rato».

Se da cuenta entre otras actividades de lo siguiente: «Esta tarde ha visitado Galdós la iglesia de Jesús, admirando las esculturas de Salzillo y firmando en el álbum, expresando en dos líneas que al fin en la fecha de hoy ha realizado su deseo de ver las maravillosas esculturas del gran artista murciano». Y Martínez Tornel en su columna habitual asegura, en el periódico del día 9, tras dedicarle unas palabras de saludo y afecto por su llegada a Murcia, que «el Sr. Pérez Galdós salió ayer tarde entusiasmado de la iglesia de Jesús, después de haber admirado las efigies de Salzillo. Me lo dijo anoche en estas palabras: “esas esculturas merecen un viaje, aunque sea desde Santander”».

         Toda la primera página de El Liberal de ese 9 de octubre está dedicada a reseñar el estreno de Mariucha, en la función del día 8, con el titular «Galdós en Murcia. El estreno de Mariucha», y en sus columnas se recoge en primer lugar parte de la carta que escribió Galdós para El Liberal, cuando la obra se estrenó en Barcelona, y que ya el periódico murciano había recogido completa en sus páginas, el 19 de julio de 1903. La segunda parte está dedicada a «La obra» y recoge detalladamente el argumento «acto por acto» para continuar con los sabrosos comentarios a «La interpretación», que considera que «fue muy notable; un prodigio de naturalidad» para destacar la labor de los distintos intérpretes.

         Y en la página 3 de El Liberal de 10 de octubre, se da cuenta de la segunda representación de Mariucha, la del día 9, que también presenció Galdós. Para a continuación dar muy buena cuenta de «La manifestación», que tuvo lugar una vez finalizada la función: «Al terminar la función se organizó una manifestación en honor de Galdós, para acompañarlo a su hospedaje.

La mayor parte del público que salía se asoció a ella, esperando la presentación en la plaza del autor de Mariucha.

Para este momento se había preparado una banda de música y hachones para alumbrar la carrera.

Al presentarse Galdós por la puerta principal del teatro, rompió a tocar la banda un pasodoble y entre la doble fila de hachoneros y acompañado de muchas significadas personas avanzó Galdós, seguido de numerosa concurrencia que aplaudía y vitoreaba sin cesar al ilustre festejado.

En la plaza y en las calles toda la gente que salía del teatro, incluso las señoras, se detenía para ver la manifestación.

Pasó por las calles de Balboa, Trapería, Salzillo, Palacio, Frenería y por frente al café del Arenal al Hotel.

Al pasar por el casino, los socios que allí había secundaron los aplausos y se unieron a la manifestación.

Muchos vecinos se asomaban lo balcones, sorprendidos por la música, para ver lo que ocurría.

Al llegar frente al Hotel, la banda tocó el Himno de Riego, acogido con aplausos.

Y en medio del mayor entusiasmo y sin el más ligero incidente, se ha disuelto la manifestación a las dos menos cuarto de la madrugada, despidiendo a todos Galdós, muy agradecido a este homenaje popular de respeto y admiración.

El acto ha resultado solemne por la calidad y el número de los manifestantes, por el respetuoso entusiasmo y por el orden.

El paso de la manifestación por la Trapería y la despedida en el Arenal, así como la salida del teatro, fueron momentos de entusiasmo grandísimo y de un gran efecto».

         El itinerario discurrió por calles del centro de Murcia bien conocidas: Balboa es ahora Serrano Alcázar, y Palacio, la plaza de Cardenal Belluga.   

El sábado 10 de octubre El Liberal publicará además dos interesantes trabajos, uno de ellos, el artículo de José Martínez Tornel, integrado en su columna habitual «Diario de Murcia», titulado «El sacerdote de Pérez Galdós», en el que lleva a cabo un comentario sobre el presencia de la figura del Padre Rafael en la obra, y sobre todo por la interpretación que puede hacerse de esa figura en relación con el pensamiento de Galdós, y más aún en relación con la interpretación que el público hace de las ideas galdosianas. Revela Martínez Tornel buen juicio y cuenta algún suceso sabroso en relación con los escritores (especialmente Galdós y Echegaray) y el público y las ideologías. Reflejo sin duda de la cultura de una sociedad que se refería tan vivamente en la prensa. Cita Martínez Tornel la última frase de la obra, en boca de Don Rafael: «Juventud, ven a mí». En el texto que manejamos de Teatro completo de Galdós, podemos leerla, aunque trasformada: «¡Juventud aquí!». 

Mientras la compañía de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza continuaba sus actuaciones, Galdós, de acuerdo con la promesa que había hecho, viaja a Cartagena y allí permanece los días 11 y 12 de octubre. En el Círculo Militar de Cartagena, ante sesenta autoridades militares y figuras civiles, pronuncia su célebre discurso en favor de una alianza con Gran Bretaña, con una gran repercusión posterior, como ha estudiado Brian J. Dendle: «El discurso de Cartagena fue la primera intervención de Galdós en la política española, anticipando, en más de tres años, su ardiente abrazo al republicanismo». La prensa murciana dará cuenta de las actividades ya reseñadas, una vez regresado a Murcia. El día 16 informa El Liberal de cómo había sido la despedida de Galdós, con recepción en el Círculo de Bellas Artes y acompañamiento hasta a estación, donde fue clamorosamente despedido, con la promesa de volver a la región para ultimar sus investigaciones aquí y en Cartagena para sus Episodios nacionales y, en particular, para La vuelta al mundo en la Numancia.

 

 

Medalla al mérito hernandiano para el catedrático de la UMU Francisco  Javier Díez de Revenga | La Verdad

    Francisco Javier Díez de Revenga. Fuente : La verdad.es

 

Francisco Javier Díez de Revenga es catedrático emérito de Literatura Española en la Universidad de Murcia. Editó y publicó una "Introducción" a la novela de Galdós Miau, en ed. Cátedra, 2000, y más recientemente, Carmen Conde desde su edén (2020, Murcia), un estudio biográfico-bibliográfico sobre la poeta cartagenera Carmen Conde, la primera mujer que ocupó un sillón en la Real Academia de la Lengua española. El profesor y escritor Díez de Revenga es académico de número o correspondiente en prestigiosas instituciones, como la Real Academia de la Historia, la de las Buenas Letras de Sevilla, o la Alfonso X de Murcia. Prestigioso conocedor de la poesía española, especialmente la del siglo XX y la de los siglos de Oro, no ha dejado de ejercer la crítica poética al día en periódicos y revistas.  Entre sus facetas menos conocidas se encuentra la de antólogo y estudioso de las traducciones hechas por la Generación del 27 (Salinas, Jorge Guillén, Cernuda), para lo que recomendamos su libro Las traducciones del 27. Estudio y antología (2007, Vandalia). Especialista en los estudios hernandianos, uno de sus últimos libros sobre el poeta oriolano es Miguel Hernández: En las lunas del perito” (2017, Fundación Cultural Miguel Hernández, Orihuela).

 

REVISTA ÁGORA DIGITAL 9/ PRIMAVERA 2021  NUEVA COLECCIÓN7 dossier Galdós, detrás de su centenario: Un espejo con memoria.

 

 

 

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