Naufragio" y otros dos inéditos de Elsa Tió
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Videopoema de Elsa Tió, "Naufragio", recitado por la propia autora. Texto
Elsa Tió, la gran poeta de Puerto Rico, recita su poema "Naufragio". La poesía en estado puro, plena de emoción y aliento amoroso a la propia tierra y a la vida que siempre queremos sea mejor. La autora publicará próximamente un libro de haikús: "Puerta de escape". Enlace al videopoema:
Video: Cortesía de la autora, Elsa Tío. Fuente: Revista literaria Ouroboros.
En esta isla en la que toda flota
En esta isla en la que toda flota
como un leño en el agua
y todo tiene olor a naufragio y amapola herida
me rodean remolinos de tristeza
y quisiera ocultarme en la alegría
para que no sospechen;
en esta isla en la que el mar
siembra semilleros de espumas en la orilla
y la tarde riela sobre las aguas lentas
hasta hundirse de cansancio;
en esta isla donde todo se calla
a fuerza de gritar
donde mis ojos se lastiman
al ver muerto el paisaje,
en esta isla me he convertido en nave
y me da igual que el viento
sople o se detenga,
en esta isla que se hundirá flotando
acabaremos todos siendo caracoles de fondo
más allá del naufragio de los sueños
Elsa Tió
Detrás de los espejos empañados
1977
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DOS INÉDITOS DE ELSA TIÓ
Acaso aquella tarde
nació un amor extraño
que no tendrá futuro
como el barro en mis manos,
como el nido en el suelo
como la piedra que entra en un zapato
y tan pronto molesta te la sacas,
y sigues tu camino,
como si nada hubiera sucedido.
A BALDORIOTY DE CASTRO: “PRISIONERO SIN CRÍMENES”
Por unos instantes oí los pasos de 16 patriotas
emergiendo entre siniestras sombras.
Los vi a medianoche, la hora más oscura,
de Mayagüez zarparon esposados,
un 8 de noviembre en buque clandestino
para ser fusilados.
Ocultos sin que nadie supiera la huella de su rumbo
en el año terrible del 87, hace más de un siglo
cuando fuertes marejadas devoraban la proa,
ante un mar furioso y la conciencia en calma,
los escoltó el idioma de unos mares sin luna,
el timón de sus luchas y la hora de la hombría.
Al arsenal de la Puntilla de madrugada
llegaron extenuados y alertas como faros
que alumbran a los pueblos ante las tempestades.
Un 9 de noviembre había que humillarlo
a pie por el Paseo de la Princesa,
que un día soñó Baldorioty convertirlo en banco de semillas.
Recorrieron la tonada del viento que protesta,
hasta encerrarlos en tres húmedas bóvedas
a la entrada del Castillo de San Felipe del Morro.
Testigos fueron, el mástil de sus sueños,
las gaviotas, el valor, el dolor, la indignación de un pueblo,
la inquietud de la rabia, la templanza de saber quiénes eran
un furor de justicia ante vastas tinieblas.
Sus crímenes: juntar palabras que forman a los pueblos,
transformar sus plumas en fusiles
y estallar ideas en hojas de periódicos.
Sin que nadie sospechara la infamia,
los malvados creyeron podrían fusilarlos,
con frases viles urdieron doblegarlos,
seguros que atrapados sus cuerpos liberarían sus miedos.
Allí Baldorioty, el líder esperaba,
y fueron donde él, sintiéndose invencibles,
con ademán de mando para romper su ánimo.
Tenía que firmar que su ideal había sido un sueño,
un río que no canta, un mundo imaginario,
entonces se abrirían las celdas y enfundarían sus armas.
Pero Baldorioty, siempre fiel a sí mismo
por su mente solo cruzó el amor y prefirió a su tierra.
Ni la humedad del tiempo, ni el limo en las paredes,
ni la muerte rondando lograron rebajarlo.
En su alma noble, el mal se volvió estéril
y los barrotes alas.
Allí la voz del déspota la convirtió en escombros.
A sus 65 años, la derrota la transformó en victoria,
la dignidad en bandera, el drama en historia,
y advirtió a sus captores lo libre que era preso:
"Este es el precio de la libertad, compañeros, que renunciemos a la prédica
autonomista. Antes subiré al cadalso que firmar esa indignidad.
Cuando salga de este encierro, si es que salgo, continuaré predicando la autonomía
y si los hombres la temen, la predicaré a las mujeres.”
Así fui testigo de la historia del periodismo libre
que defendió Lola Tió y tantos patriotas a riesgo de sus vidas.
A pesar del olvido: “el prisionero sin crímenes” sigue vivo en su amor.
Martí nos lo recuerda:
“Ni un átomo de lacayo tuvo el previsor
Román Baldorioty de Castro".
Rescatémoslo por fértil, por su palabra,
porque nos acaricia, porque nos hace bien,
porque supo unir lo que estuvo dividido,
y hacer patria ante la persecución, el miedo,
la cárcel y el exilio.
Porque seguimos clamando libertad,
porque con tinta de patriotas se formó esta nación.
Reclamemos su luz, y los caminos que nos llevan
a atisbar horizontes para empezar de nuevo. *
*Nota de la autora: “Baldorioty fue un milagro que le nació a está patria. Hijo de una lavandera, supo ver en su hijo una luz y se lo lleva al maestro Rafael Cordero, un obrero tabacalero, que daba clases gratis a niños de todas las clases sociales. Sobre el maestro Cordero escribió el poeta José Martí: "que más que la mente, educa al corazón".
Aquel hijo bastardo para estudiar en Madrid, el padre Rufo busca a su padre para que lo reconozca, pero Baldorioty se niega a usar primero el apellido de su padre. En honor a su madre, escoge llamarse Román Baldorioty de Castro. Son tantas sus instancias sabias, y hermosas. Su cultura es tan amplia, aprendió francés, inglés, italiano, alemán. Estudió filosofía, náutica, química, física, ciencias agrícolas, etc. etc. Por su dominio del francés, va a representar a Puerto Rico en la Feria Universal de París, en el 1867.
A su regreso de París, no trae facturas de viaje, sino sus memorias de la exposición, más de trescientas páginas, que le publica su amigo José Julián Acota Baldorioty, en sus memorias nos transporta en el tiempo a la Europa de la época, analiza los problemas políticos, Pero, además, describe cada país, su arte, los inventos, las máquinas de vapor o eléctricas todo con lujo de detalles.
Voy a publicar un librito que donaré a la Universidad EDP, que se va a titular, Entre poetas y patriotas, espantando el olvido. Ya no se enseña la historia de Puerto Rico. Ese es otro tema”
Para conocer más, recomendamos el artículo de Elsa Tió: “Ramón Baldorioty el abolicionista estratega”:
https://eladoquintimes.com/2023/03/18/roman-baldorioty-de-castro-el-abolicionista-estratega/
ELSA TIÓ FERNÁNDEZ nació en San Juan, Puerto Rico, el 19 de marzo de 1951. Es poeta, sobre todo. Cursó sus estudios universitarios en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico donde recibió el Bachillerato en Artes con especialización en Literatura Comparada. Empezó a escribir antes de saber escribir, cuando a los cinco años comienza a dictar poemas, que se publicaron cuando tenía siete años bajo el título Poesía. Dicho libro se distribuyó como edición cerrada entre amigos y literatos. De esos versos dijo Juan Ramón Jiménez que “él podría haber firmado”. Hoy el libro se ha vuelto a publicar por la casa editora española SM Editores, con el título de La Rosa va caminando. (2011)
Recibió en dos ocasiones el Premio Nacional de Poesía por sus poemarios Detrás de los espejos empañados e Inventario de la soledad. Publicó en 2007 Palabras sin escolta en la Editorial Los Conjurados en Colombia. Y en esa misma editorial, Desnuda de Palabras. En preparación para ser publicado: La puerta de escape, un libro de haikús.
Fue ayudante del Comisionado Residente en Washington Jaime Benítez; consultora y por 10 años especialista en propuestas de la Fundación Puertorriqueña de las Humanidades bajo la dirección del Dr. Arturo Morales Carrión. (1977 a 1987). Miembro de la Junta del Instituto de Cultura Puertorriqueña, miembro de la junta de la WIPR, 2000-2002 estación educativa del pueblo de Puerto Rico. Escribe en la prensa sobre diversos temas en el que se destaca su continua defensa de la lengua, de la identidad y cultura puertorriqueña. Se ha dedicado, además de a hacer su propia obra, a organizar, editar y difundir la de su padre el escritor Salvador Tió.
REVISTA ÁGORA DIGITAL / CO-LECCIÓN ÁGORA / DESDE PUERTO RICO
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