MIRCEA / MAITREYI. Maitreyi Devi y Mircea Eliade
Contiene 2 obras en el mismo volumen:
Maitreyi (La noche bengalí), de Mircea Eliade
(Traducción del rumano por Joaquín Garrigós)
Mircea (El amor no muere), de Maitreyi Devi
( Traducción del inglés por Nicole d’Amonville Alegría)
Ed, Delirio. Colección de Narrativa Iría, 9.
MIRCEA ELIADE Y MAITREYI DEVI. (Comentario del volumen que reúne los libros Mircea y Maitreyi)
Por José
Luis Martínez Valero Ágora 19
La editorial Delirio, 2022, Salamanca, que dirige Fabio de la Flor ha publicado en un solo libro: Maitreyi (La noche bengalí) de Mircea Eliade, traducido por Joaquín Garrigós, junto a Mircea (El amor no muere) de Maitreyi Devi, con traducción de Nicole d´Amonville Alegría. Esta edición presenta dos versiones aparentemente distintas, ya que, en esencia, tratan el mismo, indivisible, caso. El lector goza con una presentación en la que, anverso y reverso, pueden ser leídos sin que el orden temporal tenga un valor causativo, aunque hayan pasado cuarenta años, el suceso es narrado con la misma inquietud, vivido en un presente ajeno al calendario.
El primero se basa en el diario que recoge una hermosa, ingenua, sorprendente historia de amor entre el joven estudiante que es Mircea, rumano, que ha descubierto el espíritu de la cultura india y, una jovencísima poeta, discípula y amiga de Rabindranath Tagore. Ambos buscan la eternidad en el tiempo, el amor aparece como camino que alcanza la unión de las almas, superando cualquier arrebato sexual, sin que ello impida el beso, la caricia, el éxtasis que habría de conducirles al matrimonio.
Dada la situación en un país de castas, donde las uniones mixtas son impensables, pese a que la educación más los movimientos sociales y políticos, que preceden a la independencia, pretenden eliminar esos obstáculos; la costumbre y la rutina, el predominio absoluto de la figura del padre, la defensa de prejuicios ancestrales arraigados en un núcleo familiar extenso, “el qué dirán”, provocan una ruptura definitiva que marcará las vidas de ambos personajes. El tiempo que han vivido es como la luz sobre el agua, un reflejo que riza la superficie, aparece y desaparece. Su inestabilidad se convierte en humana. No será un recuerdo, sino una presencia.
Pasados muchos años, Maitreyi empieza a recibir noticias de Mircea, sabrá de aquel libro donde cuenta esa historia de amor, el proceso y ruptura de un encuentro inolvidable. La vida que ha llevado a ambos por caminos distintos, ahora vuelven a coincidir no en el espacio, sino en aquel suceso que supuso el amor más puro. Se plantea. cómo es posible que algo sucedido en años juveniles, narrado en un libro, en este mismo libro que el lector acaba de leer, producto de la fantasía de Mircea, provoque un trastorno en ella, ahora que han transcurridos cuarenta años. Ambos se casaron, con vidas e intereses divergentes, pero también paralelas porque culturalmente siguen ligados.
Ante las habladurías que desata el conocimiento de este libro para unos, la admiración que la heroína despierta en otros lectores, provoca que Maitreyi decida ir en busca del que fue su amado y trate de poner orden en el cataclismo que la transcripción de aquella relación confunde y genera interpretaciones tan diversas. La inocencia, la pureza de la adolescente se convierte en suceso público.
Tras dudas, vacilaciones, trámites, aproximaciones, por fin sucederá el encuentro. Ahora conoceremos la verdad: el amor que existió no ha muerto, no puede morir, pertenece a otra realidad en la que el tiempo no existe, tal como Maitreyi dice sobre el poema: “El poema trata de la dicha y el dolor que manan de una eterna e inagotable fuente”. La exploración de ese continente desaparecido es el argumento de este libro. La relación con Rabindranath Tagore es fundamental para hacer frente a lo que aparece como fantasmal y no es otra cosa que la vida. Como diría Juan Ramón Jiménez: “Al fantasma se le mata con el nombre”. Tras cuarenta años sucede el encuentro. El amor, aproximación entre las almas, permanece intacto, no puede ser destruido, olvidado, está fuera del tiempo y del espacio, porque no pertenece a los narradores, ellos sólo han sido testigos.
José Luis Martínez Valero
Poeta y catedrático de Lengua y Literatura españolas
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