CONDOLENCIAS
Y DIMISIÓN
El pasado 10 de abril de 2020, Viernes
Santo, falleció Enrique Múgica Herzog. Se lo ha llevado el coronavirus,
como a casi 17.000 españoles más, según cómputos oficiales del autoproclamado “Mando
Único” (las cifras reales de muertos en España por la pandemia se considera que
son superiores, si atendemos a varios indicadores, entre ellos, el número de
enterramientos).
Damos nuestro pésame y condolencias a la
familia de Enrique Múgica. Acompañamos en el dolor a su hijo Daniel Múgica,
escritor admirable y querido.
Como dijera Enrique, a propósito de los
asesinos de ETA, ni olvido ni perdón.
Para los gobiernos irresponsables, en
España y en el mundo, a los que les "debemos" esas muertes, ni olvido
ni perdón.
Anoche tuve un sueño, I have a dream,
anoche soñé bendita ilusión que había un defensor del pueblo (¿qué se
fizo de esta figura?), un tribunal español independiente y hasta tribunales
de derecho internacional. Soñé y sigo soñando…
Como ser libre y racional, a quien la
caverna no le impide tener una opinión independiente y expresarla; como español
o tardoespañol más bien, y como ciudadano del mundo -digo, es un decir-,
y como artista y escritor o simplemente lector de poesía española y universal (la
poesía no se vende) exijo, y en plural EXIGIMOS LA INMEDIATA DIMISIÓN DE
LOS GOBIERNOS IRRESPONSABLES, el pago, a costa de su patrimonio, de
indemnizaciones a las familias víctimas de su incompetencia y frivolidad, y un
juicio justo ante un tribunal internacional de Derechos Humanos.
PEDIMOS, COMO ACUSACIÓN, CORRESPONSABLE
CON EL CUMPLIMIENTO DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, unas
penas ejemplares a los culpables, para que la Humanidad futura no vuelva a
confiar en tales demagogos, los que atendieron a otras prioridades, a sus
intereses ideológicos, personales y partidistas, antes que al interés general
de la salud pública.
Y, por supuesto, que devuelvan al menos
una parte del dinero público que han derrochado en otros fines espurios,
propagandísticos, como son el pago del favor (del silencio y la complacencia
manipuladora) a las televisiones y prensa amigas; mientras no tenían para
comprar equipos de protección sanitaria o, simplemente, unos guantes y
mascarillas para todos los ciudadanos.
Señor Trump, señor Sánchez,
ni olvido ni perdón, pero ahora ese lema lo vamos a conjugar nosotros, las
víctimas de vuestras simplezas y culpabilidades.
https://www.elmundo.es/espana/2020/04/11/5e90f5a121efa0375c8b4646.html
FULGENCIO MARTÍNEZ
POETA Y PROFESOR DE FILOSOFÍA
Magnífico artículol. No se puede decir mejor ni más alto.
ResponderEliminarTe envío un abrazo esperanzado, a pesar de todo, desde esta Cataluña doliente. Aquí sufrimos el doble la inoperancia de los pastores.
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