LOS SONIDOS DE LA HISTORIA (RESEÑA DE LA NOVELA DE VALERIA LUISELLI DESIERTO SONORO)
Valeria Luiselli
Desierto sonoro
Traducción
de Daniel Saldaña París y Valeria Luiselli
Ed.
Sextopiso, Barcelona, 2019, 459 pp.
por Anna Rossell
Atractiva
y original esta novela de Valeria Luiselli (Ciudad de México, 1983), que plantea
un tema de la más acuciante actualidad: la de los niños que emigran solos
huyendo de la desesperanza, los niños
perdidos. Y, si bien el escenario nos sitúa en el Sur de los EEUU y hace
referencia a los niños mexicanos, las peripecias que se nos describen adquieren
significación universal y tienden un hilo de conexión con otra persecución y
exterminio histórico: la de los indios aborígenes estadounidenses.
Pero,
aunque este sea el motivo que conduce la materia narrativa, el libro tiene la
prerrogativa de sumergirlo en unas circunstancias que amplían considerablemente
la panorámica a otros campos de interés: los nexos de pareja, la relación entre
padres e hijos, la imaginación infantil y, algo muy novedoso por poco tratado,
la importancia del universo sonoro que nos rodea y que tiene la capacidad de
contar historias y, sobre todo, la Historia.
Dividida
en dos partes diferenciadas por ópticas distintas —en la primera, la de la
madre; en la segunda, se alternan la de la madre y la del hijo mayor
dirigiéndose a su hermana—, asistimos en primera persona al viaje de trabajo
que emprende en sus vacaciones de verano una pareja con dos niños de cinco y
diez años, desde Nueva York hasta la esquina sureste de Arizona (un valor
añadido, el viaje). La pareja, que se conoció en un proyecto de grabación del
paisaje sonoro de la ciudad, ha decidido separarse cuando el periplo concluya;
cada uno con un propósito de documentación sonora diferente: ella, los niños perdidos (en 6 o 7 meses, más
de 80.000 niños indocumentados provenientes de México y del Triángulo del Norte
de Centroamérica habían sido detenidos en la frontera Sur de EEUU); él, la
historia de los Apaches en Chiricaua (Arizona), el corazón de la Apachería,
donde vivieron los últimos apaches libres.
El
relato del trayecto ofrece al lector una ventana abierta al paisaje y a las
vivencias de la pareja con los personajes del camino, así como la posibilidad
de acompañar a los protagonistas en su viaje y a la madre y al niño en sus
reflexiones, e instalarse en el vehículo familiar como un pasajero más: las
conversaciones entre padres e hijos, casi siempre relacionadas con su trabajo,
las preguntas infantiles que suscitan las explicaciones de los padres o los
audiolibros que comparten los cuatro en las largas horas de recorrido.
Numerosas
son las alusiones a la literatura (Cormac McCarthy, Juan Rulfo, Ralph Ellison,
Carson McCullers, Jack Kerouac, Susan Sontag, R. Murray Schafer, William
Golding, Nathalie Léger, Marguerite Duras, Ezra Pound, Roberto Bolaño, Joseph
Conrad, Charles Baudelaire, Vladimir Nabokov…), a la música, incluidas
distintas versiones (Philip Glass, Odetta, Rolling Stones, The Clash, The
Highwaymen, Jordi Savall…) y a los trabajos fotográficos de Emmet Gowin.
Si
bien se trata de una traducción —el original es inglés— la autora es a su vez
cotraductora a un español mexicano estándar, que, lejos de interferir la
lectura a un lector español, tiene la ventaja de ubicarlo estrictamente en el
lugar de los hechos.
Los
últimos capítulos constituyen la condensación destilada del aprendizaje de los
niños con un significativo toque de realismo mágico.
El
libro, fiel a su espíritu documental, se cierra con la colección de fotos que
ha hecho el niño sobre el viaje y, ya fuera de novela, con una relación de
notas sobre las fuentes citadas y sobre los créditos de las imágenes.
De
la misma autora Sexto Piso ha publicado Los
ingrávidos, La historia de mis dientes y Los niños perdidos: un ensayo en
cuarenta preguntas.
© Anna
Rossell
REVISTA ÁGORA DIGITAL ABRIL 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario