EN EL CENTENARIO
DE ANTONIO MACHADO
Nunca se vio
la tierra tan querida
ni la colina humilde, que, latente,
buscaba en su existir, mudo y ausente,
el buen cantar de alguna voz dolida.
El olmo seco siente la subida
ni la colina humilde, que, latente,
buscaba en su existir, mudo y ausente,
el buen cantar de alguna voz dolida.
El olmo seco siente la subida
en savia
vertical, de brote ardiente,
que triste maduró sin ser presente
en esa primavera verdecida.
Roquedas, sierras, encinares, chopos
que triste maduró sin ser presente
en esa primavera verdecida.
Roquedas, sierras, encinares, chopos
están en su
relato con hondura
para arrancar al yermo su grandeza.
El páramo nevado, prietos copos
para arrancar al yermo su grandeza.
El páramo nevado, prietos copos
donde el
invierno crece y aún perdura,
siendo lento el estío en su pobreza.
siendo lento el estío en su pobreza.
Dionisia García
El vaho en los espejos, 1976
(incluido en Atardece despacio. Poesía completa (1976-2017), ed. Renacimiento, Sevilla, 2017)
Nuestro pequeño homenaje a Antonio Machado continúa en este soneto correspondiente, que escribió la poeta Dionisia García en conmemoración del centenario del nacimiento del poeta de Castilla. El poema debió escribirse en 1975, y apareció publicado en El vaho en los espejos, de 1976: éste es el primer libro de poemas con que abre Dionisia García (1929), con paso decidido y voz propia, su escritura lírica.
El soneto sabe evocar el sentimiento machadiano del paisaje, humanizado: el amor a las tierras de Soria, de Castilla y por extensión de España, visto a través de una mirada que se posa, con ritmo lento, en un ser concreto (una colina, un olmo), abrazándolo y como protegiéndolo en su desnudez y humildad; otras, con ritmo presto, fugitivo, abarcando en panorámica una masa de tierra ("roquedas, sierras, encinares, chopos", "páramo nevado" "prietos copos donde el invierno crece") y llevándola al corazón, donde hallen un poco de calor y vida.
La fulgurante denominación de "relato" "con hondura" a esa poesía narrativa y lírica en clave de leyenda que nos recuerda a otro magistral poema machadiano dedicado a Gonzalo de Berceo, es un acierto, una aparición que irradia y suelda como bajo una luz primitiva todas las palabras del poema.
La fulgurante denominación de "relato" "con hondura" a esa poesía narrativa y lírica en clave de leyenda que nos recuerda a otro magistral poema machadiano dedicado a Gonzalo de Berceo, es un acierto, una aparición que irradia y suelda como bajo una luz primitiva todas las palabras del poema.
Conmovedor, bellísimo, tierno y musical soneto, que hemos elegido, además, por pertenecer a una de las mejores escritoras actuales (que, para vergüenza de la luna, aún no tiene el reconocimiento nacional que se merecería), y por evocarnos El vaho en los espejos, ese libro de 1976 en que alguien como yo, entonces adolescente, aprendió a amar a los poetas y a la poesía de verdad: la que llega y se queda en la memoria de uno.
FM
sobre Dionisia García:
REVISTA ÁGORA DIGITAL/ abril 2020
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