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viernes, 18 de diciembre de 2020

ESPAÑA A SUS HIJOS CAÍDOS EN EL LAGER DE MAUTHAUSEN. POEMA DE FULGENCIO MARTÍNEZ. PUBLICADO EN EL FORO DE LA MEMORIA

 Los esclavos españoles de Mauthausen | El Correo

"España a sus hijos caídos en el lager de Mauthausen" es un poema de Fulgencio Martínez, que se incluye en la "antología ficticia" Cosas que quedaron en la sombra. Ópera plúrima de Fulgencio Martínez, Andrés Acedo, Sebastián Alfeo y Séptimo Alba, libro editado por Nausicaa /Murcia, en su colección La rosa profunda, en el año 2006.

Pero dicho poema apareció con anterioridad publicado por el foro por la memoria, en mayo 2005.

Recuperamos aquí enlace y poema. Y se lo dedicamos a otras víctimas del fascismo moderno y cínico, nuestros abuelos y abuelas, padres y madres desatendidos en las residencias y en los hospitales y olvidados por los políticos y por las políticas responsables de Asuntos sociales y de la Sanidad pública. 

Por la libertad, lucharon unos, los antifascistas, no solo los españoles antifascistas, que entregaron su vida en la trinchera o en los campos de concentración nazi. Por la libertad y por lo más básico de la vida, como comer y criar a sus hijos, vivieron y lucharon otros, muchos más, que sufrieron el régimen totalitario de turno para luego, en sus años ancianos, morir bajo la indiferencia de quienes se ponen al pecho sus medallas hipócritas.


 https://www.foroporlamemoria.info/documentos/2005/fmartinez_mayo2005.htm

 

 

 España a sus hijos caídos en el lager de Mauthausen

                                         A Joaquín López Mansilla, "in memoriam"

 

"La existencia de las canteras Wiener- Graban
en el pueblecito de Mauthausen fue la causa de que
Hitler decidiera construir allí el más importante campo de
concentración de Austria… En él perecieron las dos terceras
partes de los deportados españoles
"

Montserrat Roig


Ahora mirad la piedra rodada por brazos filiales
desde la memoria de un país que casi todo lo olvida.
Piedra de sentimiento allí clandestino, piedra
traída en la noche española
sin dormir, sin pretender despertar las pesadillas.

Piedra donde se abre la rosa de la verdad
de aquellos muertos nuestros que por fin ahora
se levantan y hablan.

Extraño que una pequeña lápida
con una inscripción escueta, informativa,
"España a sus hijos caídos en el lager de Mauthausen",
no "a los asesinados, torturados, desenterrados vivos"
(ni siquiera "a los supervivientes")
en este campo de exterminio…

Extraño y conmovedor que un fragmento solo de piedra
desvele y cifre la cantidad infinita de dolor
de los que construyeron, forzados, este lugar rocoso,
enclavado frente al optimismo de la especie.

Como si la materia, que es luz,
rechazara de su seno la sombra
por ese emocionante trozo de piedra
inscrita con los signos de las veinticuatro costillas
de una madre que, secuestrada un tiempo,
soltó las manos de sus hijos que cayeron aquí.

Mudos vamos contemplando la piedra inscrita.
Sus transformaciones… sus silencios,
como los ríos caudalosos de Centroeuropa,
parece que no acaban nunca de pasar.

Sus vocales que traen aún arena de desierto,
sus vocales como en sordina ahora,
comienzan a secarnos los labios.
Y ya esa explosión de consonantes extrañas
en el nombre maldito de este lugar sin nombre.
Un no nombre, para siempre: Mauthausen.

Y quién describiría después de eso
la música como caída de la tierra,
la música que nos reúne al fin
todas las piedras infinitas
que creíamos no podría contener
lápida tan leve como un rasguño.

Unas pocas notas de violín nos unen todo el dolor.

De repente la piedra se ha convertido en casa.

 

 Fulgencio Martínez - Murcia - Mayo 2005

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