DESDE EL PUNTO DE VISTA SANITARIO, QUISIERA ESTAR EN PORTUGAL, CON SIMÓN
Tengo hábitos arraigados que atentan netamente contra mi salud. Principalmente, y ante todo, ver u oír las noticias, leer, son contrarios a un humor equilibrado, ya no diré linfático. Esos malos hábitos me llevan -nos llevan, pues, por lo que sé, el mal está muy extendido- a soportar los telediarios a la hora de la comida y de la cena, a espiar los boletines informativos horarios en las ondas y, aun, a hojear al día varios periódicos.
Nadie me obliga a atracarme de ese cuajo deprimente de masajes-mensajes envueltos en lija. Siendo optimista, achaco la causa de mi maldita curiosidad por las noticias a un cierto desasosiego ilustrado, producto de un menguante interés por la marcha del mundo. Pero, considerándolo en frío, la verdad es que hace tiempo que me he convertido en una antena 24 horas de servicio, la verdad puñetera es que soy un receptor-generador de plusvalía mediática publicitaria, ese es mi verdadero trabajo mientras creo estar de vacaciones (oficialmente lo estoy).
¡Cómo envidio a esas gentes que son capaces de desconectar de sus hábitos cotidianos en su tiempo vacacional! Eligen desaparecer en un lugar distinto y distante de su oficina, silencian las agendas, rompen las amarras (si es que las tuvieran) con la curiosidad por las novedades mundanas, y no sabemos nada más de ellos durante una larga o corta hibernación o estiaje.
Esas gentes deciden, por ejemplo, irse a Portugal, como el doctor Fernando Simón, buscando un lugar sagrado donde no llegue el pertinaz coronavirus que azota España. Yo les aplaudo, les animo a quedarse allí todo el tiempo (¿dónde van a estar mejor?).
Pero no sé si he elegido el mejor ejemplo para apoyar mi argumento sobre el beneficio de la desconexión en vacaciones. El citado doctor, pregón sanitario del Gobierno español, en nómina de este y no del luso, volvió a la fuerza y se vengó por ello, injuriando a todo el gremio turístico de España al decir que, si este verano no vienen belgas, ingleses y demás bárbaros sospechosos a nuestro país, mejor que mejor, desde el punto de vista sanitario. Quería decir, deficitario, pero no le salió la palabra.
En efecto, desde el punto de vista deficitario, ruinoso, es mejor la enfermedad que el remedio, en este caso. Nos quedamos con nuestro trozo de pandemia, indefinidamente, el tiempo que haga falta y los españoles aguanten con sumisión y humor, expectantes de las noticias cada vez peores sobre la extensión del virus. Y de vez en cuando, una excursión a sagrado, unas vacaciones a lo Simón, y quién dijo miedo habiendo hospitales. Hasta que haya hospitales, claro.
Otros, muchos como yo, estamos asqueados de oir comentar las noticias sobre el virus, querríamos que se hiciera algo serio contra la fiera. Pero vemos diariamente que los políticos evaden su responsabilidad, que algunos conciudadanos se comportan como adolescentes o bebés irresponsables (lo que carga de razones al Gobierno para echar la culpa a la ciudadanía de la reduplicación de la epidemia), en fin, vemos que no hay coordinación entre las autoridades, ni para legislar unas leyes urgentes que atajen la entrada a España de personas con positivo en coronavirus, por tierra, mar y aire. Se habla del control inexistente en aeropuertos o terminales de tren, pero menos de las invasiones de mafias que envían a sus clientes en pateras a las costas del sureste de la Península, muchos de esos clientes de mafias, por desgracia, con positivo en coronavirus.
Entendedme si a veces quiero estar en Portugal, con Simón. Desde el punto de vista sanitario, suena a un buen plan para el mes de agosto.
FENÓMENOS PARANORMALES
Como la cabra tira al monte, vuelvo a leer, y encuentro en La Opinión de Murcia esta noticia, de 30 de julio de 2020:
https://www.laopiniondemurcia.es/comunidad/2020/07/30/comunidad-prepara-hotel-moratalla-migrantes/1133477.html
Estoy preocupado porque el Gobierno de mi país vuelva a anteponer la ideología a la salud, pensando que solo él tiene la razón de la sinrazón y que el contrario es un xenófobo. Casi 5oo personas entraron ilegalmente, en pateras, a la Comunidad de Murcia solo el fin de semana pasado, y el Gobierno Regional se ha visto sorprendido y no ha sido capaz de tenerles preparada una acogida digna. ¿Cómo puede ser esto, rediez? El Gobierno de Sánchez el Humano le ha dado un ultimátum, palabra de general a furriel: o los aloja y custodia a su costa o los deja sueltos en término de 72 horas, y que Dios les proteja si se contaminan vagando por las infectas rutas de nuestros pueblos.
¿Será verdad que nos hemos vuelto de repente una "alegre y confiada" sociedad de pequeñoburgueses que derrochan el trabajo de millones de obreros que ayer levantaron el estado de bienestar que disfrutamos todavía hoy en España? En esta crisis sanitaria hay, al parecer, un problema: un problema no para las mafias y sus clientes sino para el Estado y para los españoles que hemos soportado más de 45.ooo muertos por el covid: el problema de que no podamos dar "acogida" a cuantos quieran "llegar" a España como a casa propia. Mientras muchos de nuestros mayores sufren ya el confinamiento en sus residencias desde hace semanas. Nuestros padres son, de forma indirecta, las primeras víctimas de la proliferación de los rebrotes, víctimas invisibles muchas veces, al serle prohibida, preventivamente, las visitas de sus familiares: a ver si abren algún telediario con la información de que los mayores ya han sido vueltos a la fase 1, y que al ser confinados en sus casas-residencias están expuestos a volver a sufrir un mal casi tan acerbo como el zarpazo del coronavirus: la soledad, y la pérdida paulatina de referencias a la realidad externa, y la desvinculación del nexo de historia familiar, y la pérdida también de lenguaje y de funciones cognitivas y motoras.
A Almería, a Cartagena y a otras playas de Murcia nos llegan esos otros turistas welcome: los "migrantes" (hasta tal punto cosifica a las personas el lenguaje pequeñoburgués cursi, supuestamente eticista, en el que se han enlodado también los medios). A pesar de ser llamados así, no son migraciones de poblaciones de aves o mercancías sin voluntad ni libertad moral; ellos son los turistas bienvenidos, qué digo bienvenidos, llamados y agasajados con el todo gratis incluido. No como esos otros turistas con pasta, a los que no echa en falta el doctor Simón (ese cocherito Simón que, como ayer informó el ministro Illa, constituía, solo, el comité de expertos monoplaza en el que se apoyaba la fábula de Sánchez de un cómite de expertos valedor de sus decisiones políticas durante el estado de alarma sanitaria y en las fases de la progresiva y paracientífica desescalada hasta esta paranormal nueva normalidad).
LOS DIOSES DEBEN ESTAR LOCOS
Dejo para otra ocasión analizar lo que desde hace muchas décadas se ha normalizado como una pesadilla de lenguaje correcto. Salvamento marítimo, la Guardia Civil ha rescatado (por interceptado) en el mar a centenares de migrantes (por inmigrantes ilegales).... A los cuales inmediatamente se les condujo a centros de acogida (por internamiento). A la hora de estar allí se han amotinado y escapado una treintena (claro, les habían dicho que iban al Gran Hotel).
¿A esto no creéis que le faltaría una banda municipal tocándoles una sonatina?
O si no, aspirantes a periodistas o a gramáticos, leed este otro títular de periódico ("La Verdad de Murcia, sábado 25 de julio de 2020) y descubrid dónde está la zarpa del lenguaje correcto.
"Otra ola de pateras, que comenzaron a arribar ayer a las costas y dejaron 186 inmigrantes argelinos, pone a prueba los recursos de acogida, sobre todo tras saberse que hay al menos dos contagiados de Covid y una quincena de huidos".
Sí, el problema está en nosotros, en que no tenemos recursos suficientes de acogida.
Entendedme si a veces quiero estar en Portugal, con Simón. Desde el punto de vista sanitario, suena a un buen plan para el mes de agosto.
FENÓMENOS PARANORMALES
Como la cabra tira al monte, vuelvo a leer, y encuentro en La Opinión de Murcia esta noticia, de 30 de julio de 2020:
La Comunidad prepara un hotel de Moratalla para que migrantes pasen la cuarentena
"La comunidad está ultimando los trámites
para habilitar el Hotel Cenajo, en Moratalla, que albergará a inmigrantes que
llegaron en pateras.
Se trata de personas
que han dado negativo en prueba PCR, pero que deben guardar cuarentena. Las
instalaciones se están limpiando y adecuando con instalación de luz y agua, así
como seguridad.
Por otro lado, en el Pabellón de Cabezo Beaza
guardan cuarentena un centenar de inmigrantes, y se han trasladado otros 30 a
la residencia de la Universidad Politécnica de Cartagena de la calle Caballero.
Otros 34 permanecen ingresados en centros hospitalarios al ser casos positivos.”
Estoy preocupado porque el Gobierno de mi país vuelva a anteponer la ideología a la salud, pensando que solo él tiene la razón de la sinrazón y que el contrario es un xenófobo. Casi 5oo personas entraron ilegalmente, en pateras, a la Comunidad de Murcia solo el fin de semana pasado, y el Gobierno Regional se ha visto sorprendido y no ha sido capaz de tenerles preparada una acogida digna. ¿Cómo puede ser esto, rediez? El Gobierno de Sánchez el Humano le ha dado un ultimátum, palabra de general a furriel: o los aloja y custodia a su costa o los deja sueltos en término de 72 horas, y que Dios les proteja si se contaminan vagando por las infectas rutas de nuestros pueblos.
¿Será verdad que nos hemos vuelto de repente una "alegre y confiada" sociedad de pequeñoburgueses que derrochan el trabajo de millones de obreros que ayer levantaron el estado de bienestar que disfrutamos todavía hoy en España? En esta crisis sanitaria hay, al parecer, un problema: un problema no para las mafias y sus clientes sino para el Estado y para los españoles que hemos soportado más de 45.ooo muertos por el covid: el problema de que no podamos dar "acogida" a cuantos quieran "llegar" a España como a casa propia. Mientras muchos de nuestros mayores sufren ya el confinamiento en sus residencias desde hace semanas. Nuestros padres son, de forma indirecta, las primeras víctimas de la proliferación de los rebrotes, víctimas invisibles muchas veces, al serle prohibida, preventivamente, las visitas de sus familiares: a ver si abren algún telediario con la información de que los mayores ya han sido vueltos a la fase 1, y que al ser confinados en sus casas-residencias están expuestos a volver a sufrir un mal casi tan acerbo como el zarpazo del coronavirus: la soledad, y la pérdida paulatina de referencias a la realidad externa, y la desvinculación del nexo de historia familiar, y la pérdida también de lenguaje y de funciones cognitivas y motoras.
A Almería, a Cartagena y a otras playas de Murcia nos llegan esos otros turistas welcome: los "migrantes" (hasta tal punto cosifica a las personas el lenguaje pequeñoburgués cursi, supuestamente eticista, en el que se han enlodado también los medios). A pesar de ser llamados así, no son migraciones de poblaciones de aves o mercancías sin voluntad ni libertad moral; ellos son los turistas bienvenidos, qué digo bienvenidos, llamados y agasajados con el todo gratis incluido. No como esos otros turistas con pasta, a los que no echa en falta el doctor Simón (ese cocherito Simón que, como ayer informó el ministro Illa, constituía, solo, el comité de expertos monoplaza en el que se apoyaba la fábula de Sánchez de un cómite de expertos valedor de sus decisiones políticas durante el estado de alarma sanitaria y en las fases de la progresiva y paracientífica desescalada hasta esta paranormal nueva normalidad).
LOS DIOSES DEBEN ESTAR LOCOS
Dejo para otra ocasión analizar lo que desde hace muchas décadas se ha normalizado como una pesadilla de lenguaje correcto. Salvamento marítimo, la Guardia Civil ha rescatado (por interceptado) en el mar a centenares de migrantes (por inmigrantes ilegales).... A los cuales inmediatamente se les condujo a centros de acogida (por internamiento). A la hora de estar allí se han amotinado y escapado una treintena (claro, les habían dicho que iban al Gran Hotel).
¿A esto no creéis que le faltaría una banda municipal tocándoles una sonatina?
O si no, aspirantes a periodistas o a gramáticos, leed este otro títular de periódico ("La Verdad de Murcia, sábado 25 de julio de 2020) y descubrid dónde está la zarpa del lenguaje correcto.
"Otra ola de pateras, que comenzaron a arribar ayer a las costas y dejaron 186 inmigrantes argelinos, pone a prueba los recursos de acogida, sobre todo tras saberse que hay al menos dos contagiados de Covid y una quincena de huidos".
Sí, el problema está en nosotros, en que no tenemos recursos suficientes de acogida.
FULGENCIO MARTÍNEZ
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