La Antología actual de Poesía española ofrece una sexta entrega: Poemas de Felipe Sérvulo, poeta de lengua española en Cataluña, autor de La niña de la colina, y de Ahora que amaneces. La anterior entrega -recordamos- presentaba los poemas de una poeta catalana en lengua catalana, traducidos por la misma autora: Anna Rossell. El mes que viene, la próxima y séptima entrega, de la poeta Ángela Mallén, profesora de la Universidad de Vitoria-Gasteiz, en Euskadi, y autora de Cielo lento.
La Antología se inició con cuatro poetas: Marian Raméntol, Coriolano González Montáñez, José Ángel Cilleruelo y José Luis Zerón Huguet.
Nuestro objetivo es presentar, con la Antología actual, un registro histórico-literario del nivel de comunicación de la poesía con la situación humana del tiempo histórico que vivimos. Por eso, hemos solicitado a poetas con obra publicada, de categoría y fuerza comunicativa, unos cuantos poemas de sus libros más recientes, así como un texto inédito aún en libro.
El foco de esta Antología está puesto en el término "actual", rechazamos la simple y falsa afiliación generacional, o por edades físicas -poesía joven, adulta, infantil, etc-, y apreciamos, bajo nuestro criterio de calidad y categoría estética, el diálogo del poeta con su tiempo histórico. Tomamos en serio aquella reflexión de Meneses, uno de los poetas "complementarios" en la obra de Antonio Machado-Juan de Mairena:
"El polo individual del sentimiento... empieza a no interesar, y cada vez intereserá menos. La lírica moderna, desde el declive romántico hasta nuestros días (los del simbolismo), es acaso un lujo, un tanto abusivo, del hombre manchesteriano, del individualismo burgués, basado en la propiedad privada. El poeta exhibe su corazón con la jactancia del burgués enriquecido que ostenta sus palabras, sus coches, sus caballos y sus queridas.... Un corazón solitario... no es un corazón."
"El polo individual del sentimiento... empieza a no interesar, y cada vez intereserá menos. La lírica moderna, desde el declive romántico hasta nuestros días (los del simbolismo), es acaso un lujo, un tanto abusivo, del hombre manchesteriano, del individualismo burgués, basado en la propiedad privada. El poeta exhibe su corazón con la jactancia del burgués enriquecido que ostenta sus palabras, sus coches, sus caballos y sus queridas.... Un corazón solitario... no es un corazón."
Estas palabras, tomadas con ironía y verdad (que cada cual saque su interpretación) son una hermosa tentación para Juan de Mairena -y, como toda tentación, encierra peligros, precipitaciones, falsas perspectivas en la superficie, pero también fuerza y verdad, atractivo.
El poeta y pensador Juan de Mairena las tiene en mente como una posibilidad con la que darle contenido a su intuición de la poesía como palabra en el tiempo.
"Juan de Mairena se llama a sí mismo el poeta del tiempo. Sostenía Mairena que la poesía es un arte temporal.... y que la temporalidad propia de la poesía sólo podría encontrarse en sus versos, plenamente expresada. Esta jactancia, un tanto provinciana..."
La temporalidad de la poesía, en todo caso, parece ser que no se agota en un solo poeta, sino que estaría en la "conversación" de uno y otro con su tiempo y con la esencia y tradición misma de la poesía. Algo así -creemos- dijo Hölderlin al valorar el ámbito de los hombres, respecto al de los dioses, desde que somos una conversación.
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