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lunes, 14 de abril de 2014

LOS DESENGAÑOS. CRÍTICA DEL LIBRO DE ANTONIO LUCAS, GANADOR DEL PREMIO LOEWE. POR FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA. Revista Ágora digital/Bibliotheca Grammatica

                                                            Antonio Lucas. Fuente: elmundo.es




Los desengaños

por Francisco Javier Díez de Revenga


El poeta Antonio Lucas (Madrid, 1985) obtuvo el premio Internacional de Poesía Loewe, en su XXVI edición, con Los desengaños, un libro poético sobrecogedor que ahora publica Visor en su colección de poesía. Antonio Lucas, vinculado por raíces familiares a nuestra región, desarrolla en este poemario, tras una brillante trayectoria poética, un avance muy importante en su poética, y es que este libro, marcado por el desengaño y por los desengaños que figuran en su título, supone la entrada del escritor en la madurez de la mano de la reflexión personal sobre la desilusión sentimental, que coincide con un cierto hastío censurador ante la actual crisis de la sociedad presente, crisis íntima y espiritual y también generacional que delata desafección, desencanto y decepción. Se advierte en el poemario la confluencia de esta doble vertiente del desengaño, la personal y la general, la que afecta al propio poeta, impulsado por experiencias personales lesivas, y la que le atañe como ciudadano en un espacio hostil e inhóspito que la poesía no puede ni debe callar.


La estructura que Antonio Lucas ha establecido para su libro potencia la conjunción de tales corrientes que cohesionan sólidamente el conjunto. En la primera parte, titulada Asamblea de intemperies y nutrida de poemas que exhiben en sus títulos contundentes negativos (querella, crisis, intemperie, traición, sumisión), el poeta ahonda, a través de un obsesivo pronombre tú, en la agudeza y gravedad de su decepción más íntima; pero será en la segunda, también rotulada muy expresivamente Paisaje de lo incierto, cuando el protagonista salga a un exterior de paisajes insignes, abiertos y hermosos, pero dotados de alta tensión elegíaca y de no menor desaliento y contrariedad, al revelar que la verdad interior no siempre coincide con el escenario, por espléndido que este pueda parecer. Y ese transitar del interior al exterior, se confirma en las composiciones de la tercera y última parte, titulada con certeza total Estar solo, sección del libro en la que soledad genera memoria, y el tiempo y la edad se convierten en espacio para la evocación  y el recuerdo con resultados deicidamente críticos y sin consolación. Sensaciones que se confirman en una patética coda, compuesta de un solo poema con no menos significativo título: Fuera de sitio, para allí, en ese lugar sin nombre donde habita el olvido «delirar sin amino, sin mapa, sin fuego hasta el tiempo sin tiempo de un país que no haremos».


Contiene este volumen poemas que sobresalen por su intensidad, palabra poética aguda y capacidad de convicción, y podrían ser citadas muchas piezas maestras de este volumen, tan lleno de inquietudes y de sentimientos encontrados. Un poema ejemplar en todos los sentidos es Despedida, que asciende a la condición de antológico porque concentra en sus versos todas las tensiones que cohesionan este volumen: está la palabra encendida del poeta que se rehace en el desencanto y en el desaliento, la palabra del adiós que reflexiona sobre el tiempo transcurrido y recupera la memoria de una existencia ya ida. En esa memoria, la juventud, el amor, la posesión de la amada, la ternura y la sensualidad de aquellos días, no detienen sin embargo la voz deshabitada con la que el poeta evoca pasado en presente inhóspito e inhabitable, en el que campean el delirio volcánico de un pájaro, la sed que desaloja ríos, la lujosa plata de una herida… Es el momento de la despedida, y la noche es mucho más que una noche, y el vacío y la grieta dominan al desalentado, al protagonista de una historia contrariada, de la que se sale ahora sin remedio. No son palabras sin sentido aunque anuncie finales irreparables, no son voces  destinadas al vacío aunque reflejen el fracaso de una existencia y de una aventura enamorada. Es la voz de un poeta, hondo y sincero, que comprende que solo le ha de salvar su palabra poética, comprometido, a pesar de todo, con una realidad espiritual incómoda e insostenible. Y solo un gran poeta puede expresarlo con tanta seguridad y con tanto poder de convicción como lo hace Antonio Lucas en este libro singular.


Y es que sobresale su poesía, ahora más que nunca, por su expresividad idiomática que, bordeando una complaciente concesión a la irracionalidad, no llega nunca a levar las anclas que le mantienen adherido a realidades que han sido existencia y que son presente. La dicción elegante y convincente se desarrolla en un bien construido verso libre, de estructuras internas muy bien compensadas, dotado de un ritmo ansioso que compartirá espacios con excelentes poemas en prosa, especialidad tan difícil como rara en la lírica actual.  

artículo de F.J. Díez de Revenga, publicado en "LITERATURA", LA OPINIÓN DE MURCIA: 4-4-2014


REVISTA ÁGORA DIGITAL ABRIL 2014

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