Dionisia García, con portada de su libro "Señales". Fuente. La opinión.es |
DIONISIA GARCÍA
EL CANTOR
Vivió desde la voz de su conciencia,
y así fueron los versos el emblema y la hondura.
Su amor esparciría generoso:
el hombre a su cuidado estuvo siempre.
Amaneceres claros, tierras broncas
de vinosos colores, castaños y amarillos,
recibirán el bien de la mirada.
Sus amores tardíos benefician
al corazón, que sabe y está solo
en el ir y venir de diferentes tiempos.
La imagen del poeta, cercana y apacible,
quedará entre nosotros, con los dones
de su voz luminosa, engrandecida y única.
Al borde del camino, humildes margaritas.
Aún verdes las espigas cereales
cuando el adiós apremia inesperado.
En su huida, el cantor pisa tierra extranjera.
Se adivina en sus ojos una chispa de luz
que impulsa la esperanza de ser en otros mundos,
ajeno a su final en desconsuelo.
(Inédito)
REVISTA ÁGORA DIGITAL ABRIL 2014
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