DOS POEMAS INÉDITOS DE SEBASTIÁN ALFEO
(La serenidad no encuentra mi huso horario)
a Antonio García Soler
La serenidad no encuentra mi huso horario
soy un puente hacia el fuego y la nada
soy el danzante que vuelve a morir
cada hora y cada día desvividos.
Vive tú, mi sombra, el momento, vívelo
hasta la desaparición del sol, desde
el canto del gallo. Coge hasta el poso
de la luz, haz un arpa del silencio.
Lo que tomamos y dejamos pronto
es leve sombra que pasa en el aire
leve, nada más. Ruega, si hay dioses,
que ellos tengan memoria de nosotros
allá tras de sus lúcidas murallas
protegidos de los gusanos
y de los deseos incumplidos,
libres de toda inquietud, y atinando
su flecha en el blanco de la eternidad.
Para ellos rige de veras el carpe diem;
para ellos dioses, y para ellas, diosas,
y para los seres mortales que aman.
Para esas flores de un día siempre jóvenes,
para los serenos muertos gozosos.
(Vidas al contado)
a Antonio Rubio
Esta tarde mañana ayer hoy fue cumbre
aguda torre en el cielo desnudo
trago de luna, cornamenta del sol,
fina alondra enmudecida, breve.
Saben los latidos a tierra viva
cuando ausculto el campo con mis pasos.
Seca la esperanza, amarilla pronto
en el verde hilo del cereal amarillo
demasiado pronto. No pesa el aire
y las tijeras del agua no lo encuentran.
Mirad: esa huerta pequeña, esas
vidas nuestras al contado, reclaman
un rayo restallante en la roca,
y nuestra voluntad
y nuestro trabajo a diario.
También
la bendición del padre.
Fulgencio Martínez
Tarazona, abril 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario