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miércoles, 26 de abril de 2023

ENTREVISTA CON LA POETA Y TRADUCTORA NICOLE D’AMONVILLE ALEGRÍA . Por Fulgencio Martínez / DOSSIER MIRCEA. MAITREYI /Ágora-Papeles de Arte Gramático N. 17. Nueva Colección / Abril 2023

 

ENTREVISTA CON LA POETA Y TRADUCTORA NICOLE D’AMONVILLE ALEGRÍA

                        

                                                              Nicole d'Amonville Alegría. Fuente: Faberllull.cat

 

Poeta, editora y traductora (entre otros, de Shakespeare, Emily Brontë, Mallarmé, Rimbaud, Pere Gimferrer, E. Kusturica), Nicole d’Amonville Alegría es la autora de la traducción al español de la novela Mircea (El amor no muere), de Maitreyi Devi. Como poeta ha publicado Acanto y Foll d’amor, dedicado a Ramon Llull.

 

                                          Entrevista de Fulgencio Martínez, Ágora, abril 2023

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Maitreyi Devi, Mircea (El amor no muere)

           Edición y traducción de Nicole d´Amonville Alegría

 

 

¿Cómo llegaste al libro que has editado y traducido, Mircea (El amor no muere)?

 

En torno a 1997 entré a trabajar en Kairós, editorial fundada por el filósofo catalanoindio Salvador Pániker y regentada por su hijo, el orientalista Agustín Pániker, y propuse dirigir una colección de literatura que, en principio, iba a consistir en relatos pertenecientes a la tradición oral. Gracias a Joaquín Garrigós, traductor de los ensayos de Mircea Eliade del rumano al español, la colección no tardó en incluir parte de la obra narrativa de este: Relatos fantásticos, Tiempo de un centenario (Dayán), y Maitreyi (La noche bengalí).

Si no me falla la memoria, fue Joaquín quien me indicó que la poeta Maitreyi Devi había escrito una respuesta a la novela de Eliade. Descubrí que, cuando, en 1954, ella por fin leyó Maitreyi (Bucarest, 1933), no sólo la anegó una avalancha de sentimientos que se había esforzado por contener, sino que la escandalizó que el autor, célebre historiador de las religiones, hubiera utilizado su verdadero nombre para relatar con manifiesto erotismo el encuentro entre ambos en 1929, lo que, en opinión de ella, constituía un libelo. La historia me apasionó y, tras comprobar que se hallaba traducida al inglés por la propia Devi, me propuse trasladarla al español. La titulé Mircea, en respuesta al Maitreyi original de Eliade.

 

En tu epílogo titulado «Amrita» escribes sobre esta nueva edición y haces interesantes observaciones acerca de la traducción. Querría que contaras algo más sobre tu experiencia de traducir este libro, como traductora, escritora y lectora.

 

Mircea (El amor no muere) no es una novela al uso en cuanto a que constituye una suerte de autobiografía novelada. La autora utiliza el marco de una desgarradora historia de amor, única, entre dos personajes, no sólo para trazar retratos no menos singulares y complejos de la India, Tagore, Gandhi, y otras figuras literarias y espirituales de la primera mitad del siglo xx, sino también para realizar sus propios sondeos metafísicos, tanto en prosa como en verso. De ahí que la obra ostente una gran riqueza formal, cultural (material e inmaterial) e histórica.

En primer lugar, la obra contiene múltiples referencias a la fauna, la flora, los usos y costumbres, y las distintas tradiciones religiosas del subcontinente indio, para lo que mi estancia de dos meses en la India fue de cierta utilidad, por no hablar de la inestimable ayuda que me prestó Austín Pániker, aunque muchos términos siguen siendo intraducibles. En segundo lugar, Na hanyate, título original de la «novela» publicada en 1974, año en que se declaró la independencia de la India, es, por un lado, un relato histórico que abarca desde 1929 hasta 1972 ¾alude a la «Guerra de 1971» (la tercera guerra indopakistaní, que dio lugar al estado independiente de Bangladesh), la revuelta de los cipayos, la Marcha de la Sal de Gandhi y otros acontecimientos acaecidos durante los largos años de rebelión política¾, y, por otro, una narración exterior al tiempo, en cuanto a que confunde presente, pasado y futuro. De ahí que, desde la primera edición española, Mircea. Una historia de amor (Kairós, 1999), la traducción me planteara retos, no sólo léxicos, sino también sintácticos, y es que la obra responde a la mentalidad oriental, no lineal, donde los acontecimientos no guardan una relación de causa y efecto. Por último, la narración está cuajada de poemas, sobre todo de Tagore y la propia Devi, pero también de otros poetas, tales como Kalidasa, Shakespeare y otros, para los que hube de componer poemas equivalentes.

 

Así, los cambios efectuados en esta segunda edición, en la que he revisado la traducción de cabo a rabo, son que he respetado la «inusual» división de párrafos y los saltos temporales; he eliminado el extenso glosario, porque muchos términos constan en Internet, aunque he conservado las traducciones entre paréntesis efectuadas por la propia autora y he añadido entre corchetes las de los vocablos más difíciles de encontrar; y he revisado la composición de todos los poemas citados. En cuanto al título, he conservado el de la primera edición, Mircea, pero he sustituido el subtítulo por «El amor no muere» (una traducción más fiel, aunque más explícita, por expreso deseo del editor) del original Na Hanyate, cita del verso del Gita «Na hanyate hanymane sharire», que vendría a ser «no muere cuando muere el cuerpo».

Es un relato tan bien escrito y trata de un tema tan profundo, a la vez que sencillamente humano, el amor, ¿qué reflexiones te suscita después de traducirlo, a día de hoy? ¿Crees que el libro conecta con los lectores (uso el genérico), comoquiera que sea la visión de estos sobre el amor? Hoy se ha llegado incluso a poner en tela de juicio el amor romántico.

 

El amor no conoce fronteras, edad ni sexo. Creo que lo demuestran ambas novelas, aunque, en este sentido, la principal diferencia entre ambas es que en Maitreyi (La noche bengalí) el narrador relata la experiencia de un amor imposible, erotizado, sujeto a los celos, capaz de ser, si no destruido, al menos sofocado, mientras que en Mircea (El amor no muere) la narradora refiere la vivencia de un amor incorpóreo, atemporal, imperecedero, indestructible y consustancial al alma.

 

La editorial Delirio ha tenido el gran acierto de publicar ambos relatos conjuntamente, en una bellísima edición, con traducción de Joaquín Garrigós en el caso de Maitreyi (La noche bengalí), y tuya en el de Mircea (El amor no muere). A mí, como lector, lo confieso, me ha parecido más interesante el libro de Devi, aunque el de Eliade me ha gustado muchísimo, es un relato de formación, más que de búsqueda de un sentido metafísico como el de ella. ¿Qué piensas de ambos libros?

 

Se trata de dos novelas complementarias, y, por eso mismo, aunque contengan elementos comunes, diametralmente opuestas, tanto en la forma como en el contenido. Ambos autores recurren a un narrador en primera persona y describen un apasionado y trágico amor, sin futuro posible, como el de Romeo y Julieta. No obstante, por un lado, Maitreyi (La noche bengalí) es una novela tradicional que cuenta con dos claros protagonistas cuyo amor, en efecto, es la suma expresión del amor romántico: primero la exaltación de un amor idealizado, donde el deseo emocional se mezcla con el sexual, y luego la tortura física y psíquica del protagonista al que se le niega la consumación de dicho amor. Por otro lado, Mircea (El amor no muere) es un relato híbrido que insiste en la supremacía del amor espiritual, que no sólo abarca a varias personas, sino que incluye a un árbol, y cuyos protagonistas conforman un triángulo: la narradora «Amrita», el estudiante extranjero de su padre «Mircea Euclid», y el «Maestro» de ella «Rabi-babu» o «Rabi Thakur», que no es otro que Rabindranath Tagore.

 

No puedo remediar, como lector, hacerte esta pregunta: ¿Qué te parece el final del libro Mircea (El amor no muere) (no se lo desvelamos a los lectores completamente)? Le di vueltas, unas veces me parece una venganza, otras…. y otras… Solo dime qué es para ti…en dos frases, si puedes.

 

Diría que la respuesta está en la última línea. Aunque antes de llegar a esta, el relato apunta a que, en este mundo, lo más cercano a la inmortalidad es la memoria. El personaje «Sergui» escribe a «Amrita»: «nuestra memoria activa es, en efecto, absoluta y, por consiguiente, en cierto modo somos inmortales […]. La verdadera muerte es el olvido».

 

Mircea Eliade en su libro desliza una cierta observación, alude al bovarismo de «Maitreyi». Quizá pocos lectores hoy entiendan de primeras ese término y el complejo psicológico que sugiere. Pero, como tú dices, de otro tema, todo está en internet y lo pueden buscar. Para mí, el personaje que dibuja el libro de Mircea pudiera ser así, como Emma, pero tal personaje, en efecto, no se corresponde con la figura que la escritora da de sí misma en su propio relato. La mujer madura, escritora y filósofa, la autora del libro Mircea (El amor no muere).  Crees que esta impresión contradictoria puede tener el lector hoy de ambos libros, y no sé qué pudiera significar en el desencuentro de ambos. Podrías comentar tu interpretación…

 

Que yo recuerde, el narrador de Maitreyi (La noche bengalí) adjudica el «bovarismo» a la violonchelista judía finlandesa, «Jenia Isaac», que ha acudido a las montañas del Himalaya en busca de «lo absoluto»... Tampoco hablaría de «desencuentro» entre los dos amantes, sino de separación forzosa debida a los prejuicios sociales y culturales del padre de la «Julieta» de la historia, «Naren» en el relato de Devi, «Narendra Sen» en el de Eliade, que en la realidad corresponde a Narendranath Dasgupta, el profesor de sánscrito de Mircea Eliade en la India. Lo que sucede cuarenta años después es otra historia…

 

Cuando Mircea y Maitreyi se enamoraron, ella tenía 16 años y Mircea 23. No puedo dejar de pensar en esta historia de amor entre dos seres a los que «no hiere ningún arma, ni quema fuego alguno» (p. 301), como escribes en tu epílogo. ¿Es ese el destino de la gran literatura, de los grandes relatos, dejarnos anhelantes?

 

La alta literatura está ahí para helar la sangre y volar la tapa de los sesos.

 

Por último, te felicito por la extraordinaria fluidez de tu prosa. Para ser traductor, siempre sostengo que es más importante dominar el idioma al que se traduce una obra. Me gusta el uso que haces de expresiones como “de hito”, expresiones muy hermosas y coloquiales.

 

Gracias.

 

¿Traduces preferentemente al idioma español? ¿Qué nuevas traducciones llevas a cabo o en proyecto, si puedes avanzarlo?

 

Sí, traduzco del inglés, francés y catalán al español, que es mi lengua materna. Lo más difícil de una traducción literaria es captar el tono de la obra en la lengua de partida y saber trasladarlo a la obra en la lengua de llegada, y ese es un reto frente al que me parece imposible salir victorioso si no se traduce a la lengua materna.

Tengo un proyecto entre manos, del que no puedo hablar, pero que saldrá en otoño de este año, y otro, del que sí puedo hablar: se trata de una edición ampliada y revisada de mi selección y traducción de 71 poemas de Emily Dickinson (Lumen, 2003), a la que añadiré un buen número de poemas.

Como escritora, ¿en qué género literario te manejas más a gusto? Dime alguna/s obra /s tuya/s que recomendemos a los lectores de la revista.

 

Entré en la literatura a través de la poesía a una edad muy joven. Sin embargo, aunque he traducido la poesía de Emily Dickinson, Laura Riding, William Shakespeare, Stéphane Mallarmé, Joan Brossa y Pere Gimferrer, entre otros, lo que exige un conocimiento absoluto del oficio, por elección propia, hasta la fecha he publicado un único poemario, Acanto (Lumen, 2005), que por su antigüedad ya no se encuentra en librerías, pero sí en Internet. De momento, hasta que publique un nuevo poemario, recomendaría las siguientes ediciones y traducciones de obras inmortales que han exigido toda mi atención y creatividad: Emily Brontë, Cumbres Borrascosas (Nueva edición revisada, Grandes Clásicos Random House, 2022), Emily Dickinson, Cartas (Lumen, 2009; Penguin Random House, 2022); Víctor Català, Soledad (Trotalibros 2021, la segunda edición estará disponible en mayo 2023), Víctor Català,  La púa de rastrillo (Club Editor, 2021), Laura (Jackson) Riding, Laura y Francisca (Punto de Vista Editores, 2018), El amor de Magdalena (Punto de Vista Editores, 2019), y Ramsay Wood, Kalila y Dimna, y otras fábulas del Panchatantra (Acantilado, 2017).

 

 

Entrevista publicada en la revista Ágora-Papeles de Arte Gramático. N. 17. I Parte especial Abril 2023. Nueva Colección. Mircea. Maitreyi. Disponible la revista en Calameo, para su lectura gratuita:

 https://www.calameo.com/read/002827296d6e09b5b04bf

 


NICOLE D’AMONVILLE ALEGRÍA es poeta, traductora y editora literaria. Nació en El Salvador y se crio en Mallorca. Luego vivió en Barcelona, ​​París y Londres, y viajó extensamente por América, África, Europa y Asia. En 1992 obtuvo su Maestría cum laude en la Sorbona con la tesina: «Locutor y estructura textual en el Llibre d'amic i Amat de Ramon Llull». Regresó a Mallorca en 2010, tras haber trabajado como editora en Barcelona durante 11 años. Ha establecido su hogar en Palma. Es de múltiple nacionalidad, pero escribe en español.

Ha publicado el poemario Acanto —uno de cuyos poemas inspiró al compositor estadounidense Carl Mansker la sinfonía Signo— y poemas dispersos recogidos en revistas de España, Francia, y México. Una selección de su poesía ha sido traducida al inglés por Jonathan Boulting (The other poetry of Barcelona, California). Ha escrito el libreto Foll d’amor sobre la vida y la obra de Ramon Llull.

Ha traducido la poesía de Shakespeare, Lawrence Durrell, Mallarmé, Rimbaud, Emily Dickinson, Laura (Riding) Jackson, Joan Brossa, Pere Gimferrer, y la prosa de Emily Brontë, Víctor Català, Madame de Lafayette, Paul Bowles, Saki, Gladys Huntington y Emir Kusturica, entre otros.

 

 REVISTA ÁGORA DIGITAL / DOSSIER MIRCEA. MAITREYI. ÁGORA-PAPELES DE ARTE GRAMÁTICO N. 17. Nueva Colección / Abrl 2023

 

 

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