UN POEMARIO INTELIGENTE:
FONDO DE ARMARIO DE MANUEL MADRID
Manuel Madrid
Fondo de Armario
Poesía
Ed. Balduque. Colección Sudeste, marzo 2022
Para adquirir el libro:
https://www.casadellibro.com/libro-fondo-de-armario/9788412343816/12950866
Manuel Madrid (Murcia, 1979), periodista, escritor, jefe de Culturas y Sociedad del diario La Verdad, autor de las crónicas de viajes Amarás América (2014) y Caladas de Cuba (2017), académico correspondiente de la Real Academia Alfonso X el Sabio de Murcia, ha publicado su primer poemario, Fondo de armario, editado por Balduque en la Colección Sudeste, que debe su denominación a Ediciones Sudeste, el histórico proyecto editorial que en 1932 promovieron en Murcia, y en el entorno del diario católico La Verdad, José Ballester y Raimundo de los Reyes.
Manuel Madrid crea en Fondo de armario un poemario inteligente, porque está escrito para inteligentes que han de descubrir, con su autor, los recovecos de la vida y las sorpresas de las convivencias y los encuentros que el libro contiene. Todos los poemas son pequeñas estancias abiertas al encuentro con asombro, muchas veces incluido en su propio argumento, que confirma la verdad de un significado que el poeta ofrece cifrado, pero fácil de resolver finalmente por la naturalidad y nitidez de su palabra poética, tan limpia, tan repleta de existencia. Porque, en el fondo, se muestra el poeta como un amante que, así lo sugiere Ovidio, y nuestro autor recoge, es soldado, y en efecto el poeta es un militante de la realidad descubierta en esas escenas rápidas y apasionadas, miradas llenas de sugerencias, tropiezos y efectos secundarios y alergias inesperadas, excitaciones, desengaños, cuerpos deshabitados y mecánica celeste, decepciones fugaces y amor pasión en Tierra Santa, entre latidos y azules de Sajonia.
Hay que situar las estancias de este poemario en el contexto de su libro anterior, publicado en diciembre de 1919, Carne de caimán (La odisea de amar en la era digital), y, de hecho, el nuevo poemario nos lo dedica a los lectores de Carne de caimán, porque nos dejamos herir por el libro. Y es que es muy ciento, Carne de caimán es un libro inesperado de estructura barroca en el que los trampantojos y los escondrijos conducen irremediablemente al lector a un mundo interior que el autor quiere mostrarle a su manera, para evidenciar las realidades falaces de este mundo, la insolidaridad y la pérdida del humanismo a cambio del consumo y la exhibición. Fondo de armario sería una especie de coda a Carne de caimán a través de estas veintiséis estancias, veintiséis poemas que representan a los veintiséis capítulos del libro anterior, de manera que son, otra vez, cada una de estas estancias historias que tan solo contienen verdad y vida, y que solo quieren mostrar fragmentos de la realidad intensos en su contenido y ricos en su expresividad, al tiempo que acentúan los niveles de sorpresa, sentido del humor e incluso, en algunos casos, fina ironía, contenidos todos en la expresión serena y noble del poeta, que basa su verso inteligente en la naturalidad implacable y nunca renunciada.
Al ser una poesía entre sentida y narrada son muchos los acompañantes que la enriquecen con sugerencias de lo más diverso. Ya hemos recordado al gran Ovidio, pero también están Marlon Brando y Ava Gardner, Chabela Vargas o Shally Bowles en Cabaret, la estrella en su jardín de Mari Trini o Carmen Laforet en Nada. Reflejan tales preferencias alusiones de realidad y existencia que envuelven de verdad las representaciones poéticas, y las dotan de sugerencias inesperadas. Quizá la más destacable originalidad de este poeta y de los poemas de este libro está en el modelo de lírica narrativa que acuña en numerosas oportunidades, historias que se combinan, en la estructura sólida y coherente general del volumen, con las representaciones poéticas de las impresiones y de los sobresaltos, casuales, llenos de maravilla y que tanta importancia tienen en la forja sólida y total del volumen. En realidad, todos estos componentes están extraídos de ese fondo de armario que todo ser humano lleva consigo, pero que solo un poeta avisado sabe hacerlo funcionar y dotarlo de vida como es el caso de Manuel Madrid en este su primer libro de poemas.
Escribe Francisco Torres Monreal, en la cuarta de cubiertas del poemario, que Manuel Madrid, «generoso, perspicaz, intuitivo, afectuoso, abierto a los encuentros –su poesía los prodiga sin falsos pudores–» señala que, «además de esos encuentros con la vida, con las personas y acontecimientos que frecuenta y lo frecuentan, hay una precisión en el lenguaje, una transfiguración sencilla de la expresión, una retórica menor, sin pretensiones», porque el suyo es «es un ritmo vital, de fulgores y chispazos, que dan cuenta de la breve experiencia que el poema apresa». Y es muy cierto que su poesía, desde la brevedad y la sencillez, es sin embargo una poesía trabajada con denuedo, elaborada con una intuitiva perfección que solo pretende lograr claridad y cercanía, proximidad con el lector al que convence, al envolverlo en los argumentos de cada escena, en los sucesos de las representaciones sentidas, intuidas, narradas o descritas en cada uno de los veintiséis poemas.
Francisco Javier Díez de Revenga
Manuel Madrid (Foto de Martínez Bueso)
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