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viernes, 18 de noviembre de 2022

Sobre "Clamor en la memoria": Carta abierta a su autora, Dionisia García. Por Fulgencio Martínez. Revista Ágora, n. 12 / Bibliotheca Grammatica/ Noviembre 2022

                         

                                                                              Dionisia García. Fuente: www.tigresdepapel.es

 

Sobre Clamor en la memoria: Carta abierta a su autora, Dionisia García

 

Dionisia: Gracias por tu libro, Clamor en la memoria. El lector que, como yo, lo lea de un tirón, corre la suerte de quedarse, al acabarlo, boquiabierto (conmovido por la belleza de la obra, esa verdad-belleza a la que aspiraba Keats). Y si le es necesario un tiempo para asumir lo leído, también fuera provechoso a este lector arrojar unas primeras impresiones (quizá, para dejar espacio a otras, después, de más asentada índole).

El libro se estructura en tres movimientos o partes.

La primera y segunda son deliciosas (en la nostalgia, en lo no dicho, se entreven el dolor, las preguntas). Y en ese crescendo interior, la tercera contiene poemas definitivamente grandes, "Al despertar", "Misterio", por citar solo estos. Y en todos ellos, palabras sencillas que quedan en la memoria como fogonazos: "préstame el logro del ahora" (“Lamento”), "cuánta vida cumplida / y solo queda el llanto" (“Mares”)  A menudo, el poema de continuo es un fogonazo-secuencia: "Otro momento", "Doy gracias", "Luz" (que cierra el libro, en consonancia con el primer poema, "Bonjour, monsieur", como ha destacado en su comentario José Luis Martínez Valero). El libro tiene sus claves en el tono, en la música afectiva (que bien lo dice A. L. -Abelardo Linares- en la contraportada, "una extraordinaria maestría musical"), y, sobre todo, en la empatía (como bien dices en la introducción tú) con quien (en singular) se puede ver reflejado.

Volviendo a la estructura del libro, la primera parte, la más breve, dibuja el tono, de una elegía a media voz (a menudo, consiguiendo casi la perfección del silencio, suma elocuencia en poesía); y presenta el coloquio al que el lector asiste con cierto pudor, y enseguida con entrega y profunda liberación, catarsis (como dirían los griegos), que proviene de casi no poder creer que pueda el lenguaje expresar con tanta belleza la herida más honda, la pérdida. (Una pérdida que es el peso de nuestra condición mortal, y que pasa a ser más aguda cuando la sentimos a través de la ausencia de los seres que amamos). Y la poeta (tú) nos dirá (nos dirás), en la tercera parte: "el misterio es la herida / que nos puede curar" (“Interrogantes”). Es emocionalmente coherente, y la poesía toca aquí el límite de lo indecible.

La segunda parte es casi un periplo uliseico por la memoria de los viajes compartidos. También, coherente: la vida en común se hace de experiencias fuera de lo habitual igual que de momentos cotidianos (estos no destacan en su singularidad, salvo por algún detalle o una frase que permanece; salvo... en su negativo, pero en eso ahondará la poeta en la tercera parte).

En esta se expresan casi todos los vacíos que en el libro la poeta ha ido dejando que se acerquen poco a poco. Me quedo, para citar solo un detalle, con el poema "Estaciones" (quizá el que más me gusta del libro), donde hay una leve queja a la indiferencia del mundo, tema tratado por los poetas, desde Espronceda ("Canto a Teresa"); pero, ¡qué magia nos hace con-sentir "natural" el decir de este poema de Dionisia García; como si su retórica fuera como el mismo cristal, transparente!

 

   Es primavera húmeda,

   y la gente protesta

   por ese sol y sombra chispeante (…)". *

 

La protesta de la protesta tiene la función de "distraer" de lo emotivo, a la vez que hacernos su destinatario. De nuevo, la coherencia: como cuando nos metemos con algo o contra alguien porque nos duele o irrita otra cosa que no sale a la luz.

Así la poesía es el arte de hacer parecer sencillo el decir más hondo sobre lo humano. Dionisia García homenajea en muchos de sus poemas a los poetas y a los libros que ha compartido con su compañero de viaje, Salvador. La historia de la poesía tiene un largo recorrido, y desde él viene Dionisia con su palabra que parece recién hecha.

 

(Quería decirte unas impresiones, para romper mi embobamiento ante el libro, y casi me sale este pequeño comentario).

 

Un abrazo

 

FULGENCIO MARTÍNEZ

 

 

 

*

                                            ESTACIONES

 

          Es primavera húmeda,

          y la gente protesta

          por ese sol y sombra chispeante.

          De cualquier modo me pedías

          un atuendo más suave

          y esa camisa azul que te gustaba.

          Vivimos la estación anteriormente

          y era más verdadera,

          ni frío ni calor.

          Sentíamos, entonces,

          el beneficio justo que ansía nuestro cuerpo.

          Cogidos de la mano y sin hablar apenas

          seguíamos la ruta señalada,

          hasta el día siguiente.

 

          Ahora vuelvo sola a dar los mismos pasos.

          El recorrido exacto con múltiples encuentros.

          Algunos me preguntan por ti, porque no saben.

          Un día escaparé a tu territorio

          para seguir allí nuestra costumbre.

 

 

DIONISIA GARCÍA. Clamor en la memoria

Ed. Renacimiento, Sevilla, noviembre de 2022

 


 ** Este poema tiene algo presocrático, una alusión quizá a la justeza y a la armonía, y la mención a las cuatro raíces o elementos. (Nota de un lector del comentario)

REVISTA ÁGORA DIGITAL/ BIBLIOTHECA GRAMMATICA

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