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miércoles, 16 de noviembre de 2022

Exposición temporal. Antología mínima de Andrés Acedo, a cuidado de Fulgencio Martínez (una selección). Revista Ágora/ Suplementos/ Antología mínima

 


 

                                                EXPOSICIÓN TEMPORAL

 Antología mínima de Andrés Acedo, a cuidado de Fulgencio Martínez (una selección)

 

El verano de 2022 duró 93 días y 16 horas, siendo como siempre la estación más larga del año. Finalizó el 23 de septiembre, cuando se produjo el equinoccio de otoño en el hemisferio norte. 

 La Noche de san Juan fue, tal  como le señaló el calendario,  el 23 de Junio.

 

 

                                                al sol que declina

 


 


 CARTAS DE ACEDO

 

                          1

MATILDE BREGOLAT O DEL LABERINTO

 

                                       El Rey de Corazones

                                               busca un corazón.

                                                           Matilde Bregolat

 

 

En el laberinto que dibujabas

en todos tus poemas

ibas dejando pistas, un hilo

con que hallar la salida.

Para encontrarlo,

debía elegir a ciegas la carta

del Rey de Corazones,

y el Rey tenía, luego, que partir

en busca de un corazón.

Finalmente, el premio eras tú.

 

Tu sensualidad y tu inteligencia

me cobijaron, una noche,

en la habitación de invitados

de la mansión de tu hermano, el cónsul.

 

Al alba, me quisiste

ayudar a ponerme las lentillas,

que usaba para protegerme

de la luz del día. Tus largas

uñas pintadas de celeste

se acercaron a mis ojos.

Parpadeó todo mi cuerpo,

y sentí de repente

la ansiedad de huir

y la frustración del que es arrojado

de una hermosa prueba.

 

Éramos los dos conscientes

del desgarro

emocional con que luchaba,

pero yo era el que tenía que decidirse,

era yo el aspirante

que ve cerca el final del laberinto

y le avisan de que se acabó el tiempo.

 

 

                    2

CÍRCULO MÁGICO DOLOROSO

 

          (Homenaje a Rubén Darío)

 

No quisiste escribir al dictado

de ningún principio ni idea.

Crees en la literatura de viajes

y soñaste con ella ser testigo

de tu tiempo; aunque, a decir verdad,

más testigo de cargo, que a favor.

 

Pero no como el pirata que añora

una edad de aventuras y fiestas

cuando dejó su juventud entre los

sobresaltos de la mar y la ley;

 

sino a la manera un poco del niño

que se asombra ante un mundo contrahecho

y maravilloso. Igual que un niño

pasaste tu mirada, con amor,

 

por los campos cuando apagan las luces

y la escena humana recobra su tono

natural de existencia,

fuera del colorido de los libros;

 

e igual que un niño, tú, joven, maduro,

te enojabas y regañabas a veces

al escritor porque erraba la vida.

 

 

                3

ESCRITO ESTÁ

 

Escrito está: páguese en melancolía

el bien de una tarde en que dos se amaron.

Estos jueces, mis poemas, dictaron

sentencia y me condenan todavía….

 

 

             4

GANADOR

 

Ahora que parece que has ganado

recuerdas que buscabas otra cosa.

Juegas contigo siempre al escondite.

Tus gozos andan tras ti sin aliento.

 

Miras la falsa seda con hastío.

Atesoras relumbres de vidente

que te aseguran qué corta es la dicha,

qué absorbente

                          su persecución.

 

Te ordenas no complacerte en nada,

aún puede que sea un desliz, que alguno

diga no era suyo el acierto, disculpe,

todo ha sido un lamentable error.

 

A ti no te pillan, como al ladrón,

con un tesoro. Te turban e incordian

las felicitaciones. Muchas leguas

distante quisieras estar de allí.

 

En tu centro de gravedad.

 

                                         (No como

ese centro de mesa: el ganador).

 


                         5

ANTE EL BUSTO DE CATÓN DE ÚTICA, PRESIDIENDO LA ESCUELA ESTOICA

 

Aquí hemos venido 

 a llevar una vida honrada y difícil

 - dijo Catón de Útica -

 A dar un paso al frente,

 cuando ninguno quiera darlo,

 ante el pelotón enemigo.

 Los augurios no nos conciernen.

 Fortuna no dirige nuestras almas.

 Iguales a nosotros son los dioses

  que la Naturaleza sueña crear.

 

                         6

JUEGO DEL RESCATE

 

Estás tan fría

que debo sumergirte

por debajo de mi cintura,

mi mano recogiendo el tumulto de tu pelo.

 

Estás dispuesta a mi fantasía

y yo dispuesto

a lo que quieras: mírame, amor,

y yo te miro,

pierde quien primero cierra los ojos.

 

El perder se paga con empezar

de nuevo el juego:

si pierdo yo,

besa con ternura a tu náufrago;

si tú pierdes, hóspedalo con sabor en tu boca.

 

 

                     7

                               

MÁS LÍRICA POR MENOS DESACUERDOS

 

Como la poesía,

eres memoria de una esperanza.

Un año sin partir de enero a diciembre:

prometiste un año

a mi ternura y te prometí yo.

 

Por menos desacuerdos,

sin saber cómo, lo hemos terminado

más rápido que si hubiera sido real

y lleno de fantasmas, como todos

 

los calendarios. Ahora despertamos

recordando un tiempo en la misma vida;

un tiempo que no hemos vivido o sólo

del que no tenemos consciencia aquí,

 

que empezó a contar sólo

desde el minuto de sentirnos separados

de la emoción del tiempo detenido

cuando nos conocimos.

 

Ahora, hemos de resucitar un tiempo

para aquel año

con días y horas corrientes,

en la visión, más lírica,

con menos desacuerdos.

 

 

                    8

 

SI OS CANSÁIS; COMO ME DECÍAN, OS DIGO

 

 

Caminando he recordado

el estudio

de los jesuitas, el amor a los clásicos

que allí supieron inculcarme.

 

Sobre todo, recuerdo el comentario

de un pasaje de las Cartas a Lucilio,

donde Séneca se hacía conducir,

en litera, a una finca de verano.

 

Cuando alguno

de aquellos padres me veía

decaer en el esfuerzo,

y dominarme el entusiasmo

de imitar en la letra al modelo,

me amonestaba con humor sabio:

 

“todavía nos quedan los pies,

decían los carmelitas descalzos,

hay que ser posibilista, pardal”.

 

                   

 

 

Así me decían en el estudio

esos jesuitas

con humor aragonés…

más negro que el mío.

Y como me decían, os digo,

si os cansáis.

 

Hay que ser posibilista, pardal,

todavía nos quedan los pies,

decían los jesuitas descalzos.

 

 

             9

HOMENAJE A SOTO DE ROJAS

 

                                                 Por quejas, nuevo honor a mi enemigo…


                                                           No me juzguéis, si no sentís mis males.

                                                                                   Pedro Soto de Rojas

 

 

Pedro Soto de Quejas me llamaras.

Y yo sería tu honda para Pedro.

Tu compañía ausente en madrugada

con un esplendor de alba sotto voce.

 

Soto el cabello más fino despierto.

Me salva la fe de que aún hay un mundo

para arder como verde retama.

Espero, temblando, igual que un reo,

 

tu sentencia, pero el auto perpetuo

no acaba de concluir en los corales

que enciendes, en los hielos apacibles

 

en los que ya sólo quiero vivir

por haberme acostumbrado tú al frío

y a hospedarme entre Venus y Marte.

 

 

         10

REUNIDA ALGARABÍA

 

       (Colores y notas)

 

        Homenaje a Gustavo Adolfo Bécquer

 

 

                                                 Cabo de Palos, 28 de Julio 2002

 

 

 

Rota la mansedumbre de la noche,

el aire agita un cuadro blanco

con nubes grises de fondo: aún no

y, casi, ya no violetas.

 

Sobre los cadáveres de esas nubes

una cinta rosada

cuelgan otras todavía recientes:

apenas relámpago y ya caducan.

 

Reunidas en su algarabía

están las aves marinas

diciendo esto…

 

                              y aquello…

al contrafilo de la marea

en alguna soledad despierta.

 

 

 

                     11

LAUDE A LEOPOLDO HÉRCULES DE SOLÁS

 

                                                 in memoriam

 

A Leopoldo la vida lo ha querido mucho.

Nos damos cuenta de su bondad

cuando lo vemos desprenderse

de sus zapatos de niño

para ponernos los reyes a todos

los náufragos que navegamos

sobre dos piernas.

 

Las suyas se las llevó la galerna.

La gangrena. Pero él se mantenía

a flote, en el barco

junto al timón de su alegre bondad.

 

La bondad de Leopoldo no era de ángel

pero como si lo fuera:

era, incomprensiblemente, humana,

y apenas se le notaba

que había elegido a Leopoldo para quedarse

con él, como una mujer bella,

hasta la última copa.

(En la vida real también huyen

las cenicientas).

 

Hasta su última noche

no ardió la melancolía en la mirada

de quien con más nobleza

sostuvo en su mano un vaso de güisqui

y lo levantó a la salud de todos

sus amigos, desde su silla de ruedas.

 

Por ti, Leopoldo Hércules, creo

que la bondad es sencilla y fácil,

aun en este mundo;

creo en la alegría y en la amistad,

que no siempre arranca la muerte.

 

 

                12

 

COMO BARBO ASUSTA A LOS MUCHACHOS

 

No me recuerdes

que la muerte es inevitable.

No digiero esa roca

que la naturaleza ha dado a sus hijos.

 

Como Barbo asusta a los muchachos

con sus tristes risas

entre las piernas

de una anciana, me asusta la Parca.

 

No quiero desaparecer

como caña verde en la orina de un tísico,

ni como el campo tras los edificios,

bajo cemento.

 

 

        13

 

ME QUEDA ATRÁS

 

 

Me queda atrás una juventud desordenada,

tan tópica en eso, como inconforme con todo,

una década de madurez inmadurez

aprendiendo a ser hombre

y el pardal que llevo, a veces se cansa.

 

La experiencia de lo que aprendí

una sola vez o nunca,

no me ha valido de nada;

 

lo valioso sólo se adquiere

por la famosa reminiscencia

que supone un vuelco, un pasmo

de volver a reencontrar lo nuevo

en lo viejo y aprendido.

 

Parece que, solamente así, somos capaces

de ponernos en clave de ver claro.

 

Lo demás, son estas razones,

estas palabras confidenciales

que os voy diciendo mientras espero

la cena.

             Enseñanzas mínimas,

en agosto y julio, y a dosmildós.

 

 

………..

 

Veinte años tardé, dios mío, en leerme

con mejor comprensión

hacia mis estados de ánimo

expresados en estos poemas aquellos

que no supe dar a luz.

Porque tal vez los tuve asociados

a estados de ánimo vacíos

como el cielo de Pascal,

o a estados inestables,

movimientos en horas inciertas;

a encuentros fugaces,

amores, melancolía, y notas

de ternura sin peso.

 

Últimamente, feliz

al volver a su lectura

y abrírseme un río de calor en la piel;

se cambiaron también con los poemas

los signos que guardaba en mi alma de ellos.

 

Naciéronme con algunos lágrimas,

o me dieron la paz de la amistad,

me volví a sentir por ellos vulnerable

y agradecido a la caducidad de las cosas,

a la permanencia de la escritura

(que a veces devuelve un pecio valioso),

a esos astros fugaces que cayeron,

a los pequeños amores vitales.

 

Viernes, 13 de mayo 2022

 

 

     14

 

SERVICIO DE AMOR

 

ni siquiera treinta andanadas pueden librarme de la angustia de ver aparecer a mi hermano cuando me encuentre cenando con embajadores, o lo que es más terrible, a solas…

                                       Miguel Espinosa

 

 

 

Tu anhelo es íntimo mío, señor.

Ve mi tributo antes de la batalla.

Con ardides y cuerdas lo apresaste

¿y no dispones ya de tu vasallo?

 

Señor, en tu servicio crucé el fuego

de mis propios y pasé a campo extraño.

Galopa sobre mi entendimiento

gran furor y queja de mi señor.

 

Te temo y te busco; me coges y huyes…

 

Galopa sobre mi

entendimiento tu furor, señor.

 

Como en una de tus celadas

estuve debajo de ti,

tan a merced tuya que decidiste,

señor arbitrario, dejarme vivo.

 

Vivo, en el corredor de la muerte.

Ni siquiera treinta andanadas

pueden librarme de la angustia

de galopar, señor, señor, conmigo.

 

 

 

 

           15

MI ALTER EGO

 

Andrés Acedo, tratando de resumir a Ortega, dijo “Yo soy mi circunstancia”, donde el acento está puesto en el yo. Y añadió: “Yo es mi circunstancia” – o, incluso, “Yo no es más que mi circunstancia”- lo que podía ser una frase más clara pero menos verdadera. “Yo soy mi circunstancia”, con ser más ambigua, coge más verdad, pues ese yo-circunstancia se presenta siempre vivido por mí, por un yo. Después del resumen de Acedo, salen tres o cuatro yos más. Al final, yo mismo no sé ya si soy.

(Los resúmenes de Acedo son como laberintos donde has de poner pie en pared en algún momento para salir, si no fuera el caso de que te gustara la vida de hurón subterráneo).

 

         16

 

NOCHES BAJO JUICIO

 

Vuelve a juzgarme mi yo-circunstancia

con crueldad, por la vida que he vivido.

Me pesa en verdad en el corazón

tanta apuesta ante un muro de papel,

tanto volar un metro sobre el suelo…

 

Con la fría mano de la verdad

me tiene aquí sujeto este verdugo,

quiero salir y me retiene dentro,

desespero y me deja cada noche

la cena tras la puerta.

 

                                       Las palabras

me quita, las custodia en taquilla

lejos, adonde no pueda usarlas

hasta el día, según

promete, en que me libere de mí.

 

Me vengo de él comiendo mi nombre

de postre.

                  Un nombre es nada y todo,

y esa nada me describe en un punto.

-De modo que hubo gestos, movimiento 

por algunos espacios, y eso fui yo.

 

Qué importancia, y qué barbaridad.

 

Hice menos de lo que pude, lo confieso,

mi yo-circunstancia. Tú, confiesa

que, al menos, yo nunca te utilicé

como excusa; ni para disculparme

ni para rebajarme ante mí mismo.

 

Más allá de tu orden y de tu reino,

déjame ahora decir, con los ecos

de la nada, con palabras prestadas

a los poetas, mi vida. Podéis ver aquí


 

             17

JACULATORIA AL BUEN JUEZ

 

¡Atrevimiento, sí, lo tuyo!

Cuán gallardo has irrumpido

en los arcanos que celaba

mi alma de papel.

Con qué donosa probidad ahora

enjuicias; quitas o pones,

según tu estimación inapelable.

Cómo, ante tu vista, los poemas

de mi libro se catapultan

a la niebla o a las nubes.

Por el patio de luces de tu alma,

qué temprano dialogan mis versos

sin timbre aún de gloria

hasta que los “eliges” tú.

 

A riesgo de ofender tu contención,

debo, buen juez, no solo encarecerte

sino acatar, con sinceridad, tu veredicto

de cielo, infierno, o purgatorio.

 

Deja, deja por fin que te corone

de laurel, y te invite a una copa

de mi sangre, lector dafnificado,

lector pontífice. Lector vampiro.

 

 

 

 

 

EPIGRAMAS

 

 

    A LA MUERTE DE UN TORO

 

    1

 

Ya no habla; interpreta,

con la ayuda de un espejo,

las convulsiones de sus labios:

restos de alferecía.

 

 

2

 

Sólo un rumor pedigüeño.

Al hombro de un enano,

su cadáver lleva Octubre.

 

   3

 

El asesino ha dicho a la apariencia.

Las estaciones sucediéndose,

libarán el ingenuo pecíolo de su culpa.

 

 

4

 

Has necesitado morir

par comprender, toro,

que ningún inmortal

está lejos de su antípoda:

el cerdo o la sagaz serpiente

que acecha con el láudano.



A LA MUERTE DE UN ARRUÍ

 

De la Cierva cazó un arruí.

Yo cazo una….cierva.

¡Mal cazador soy!

 

 

 

POETA COMUNISTA

 

¡Qué buen poeta y qué mal guerrero!

Si Garcilaso volviera,

lo pondría a dar lustre

a su caballo.

 

     (Pensó Ortega cuando lo “visitó” en su casa, pistola en cinto, el poeta comunista)

 

 

ESTADO DE POESÍA

 

Cuando buscas algo sin saber qué.

Cuando andas, sonámbulo,

hacia todas las cosas.

Cuando sabes cosas que no recuerdas.

 

 

PROBLEMAS DE PRECISIÓN

 

Frente a la palabra hay un mundo

pequeñito como un cabeza de alfiler.

Es tan difícil, para el arquero mejor,

acertar en lo mínimo.

 

 

 Y EL VERBO SE HIZO

 

Y el verbo se hizo finalmente verbo, 

regresando del paraíso de la carne.

Habita en Sillicon Valey y en la Bolsa 

y allí piensa en vosotros. Por todos vosotros.

 

 

 CONTRAATAQUE

 

 No es el eco el que me sigue, soy yo a él. 

Esa servidumbre es lo que me angustia.    

 

 

 CONTRA ESCÉPTICOS


Después de llover, salen los caracoles.

O así debería ser, siempre. 

 

 

PARADOJA DEL DESEO

 

No les llevó mucho esfuerzo conocerse,

con los años llegaron a ser uno los dos.

Hoy, llamando alguna vez al deseo,

fantasean con ser aquellos dos extraños 

que se asaltaron el uno al otro...

 

un día, en un semáforo en rojo,

arrancándole las bragas él a ella,

con justificada precipitación;

botando ella en las rodillas de él,

contra el volante, hasta morirse juntos.

 

 

 OTROS POEMAS

 

   

 

LOS AÑOS MALOS

 

Entre dos voces dentro del temporal

va mi espejo oscureciendo en llamas.

Ya mi vida cabe en el reflejo de esa hoguera.

Fija en tu puño está la hora y el dictado fijo.

 

Por el campo, conmigo, las amapolas vienen

con rumores de abril, presente vocinglero,

renovado,

riendo el color de una eterna promesa.

 

No te pares a resentir los años malos.

Aunque solo un rostro de pan mojado

tengas para oponerle a su tortura

en la memoria, camina, avanza.

 

 

 

EL DIOS ABRIL

 

Promete mucho

el dios Abril

y su ciudad                                                                                                          

se anuncia cerca                                                                                                        

y lejos siempre.

 

En la alacena

del alma pani

fica la aurora,

se anuncia cerca

y qué lejos siempre.

 

 


 

 

AL SOL QUE DECLINA

 

Sigo con ojos confusos

su despedida

esta tarde cualquiera;

algo es distinto,

¿qué noto de más serio en su adiós?

 

Voy caminando

por esta orilla del río que suelo

buscar a diario en mis paseos,  

                                                                                                                                             

y le veo y le pierdo, 

y no le encuentro,  

hundido entre nubes grises;

                                                                                                                     

de repente se inmuta, 

vibra como un siervo

ante la caricia del látigo,                                                                                                                                        

y de repente, le veo 

morir.

 

En mi mente deja

un ruego oscuro:

que vuelva otro día,

y siempre,

                    y yo ande buscándole

hasta que le ofenda mi peso.

 

 

Acepto, lo entiendo justo,

acepto ponerme en sus manos.

- ¿Pero acepta

la mente desaparecer?

 

 

Noche 7-8 de Julio 2022      

 

 

 

EXPOSICIÓN TEMPORAL

 

¡El tiempo es un regalo!

-Me ocurren ser y estar

aquí, en esta mañana

de noviembre, con sol-.

 

No es solo el tiempo externo;

ni solo el biográfico y corto, 

un tiempo casi igual a nada,

si no fuera por estas migajas….

 

¡El tiempo recogido del alma,

en el descansillo de un cuerpo

que, inexorablemente,

camina a la muerte!,

¡tiempo en el alma, que no tiene medida,

que no tiene figura ni peso, ni número ni serie,

como el olor de una rosa, olor que no cuenta,

solo aparece cuando es percibido,

como chispas, como intermitencias

de no sé qué hoguera!

 

¿De un sol extranjero quizá,

                                              al que mi ignorancia

le llama (con atrevimiento) Dios,

cuando mejor sería nombrarle 

como el Extranjero, el Invisible,

o El visible en la gran oscuridad,

el Oculto a todo el tiempo extendido,

el escanciador de momentos?

Mejor llamarlo así (como Hafez),

por su más hermoso epíteto:

el copero que embriaga por turnos

al amado y al amante,

sus sacerdotes son taberneros y poetas.

 

Entre Amado y Amante, Hafez, no hay ningún velo.

Tú eres tu propio velo, quítate ya de en medio. *

 

Deja el vino más frío cuando vuelve

el ciclo de los días y de las noches.

 

En el sueño es una rosa que acaricia

un párpado con fiebre;

cuando se desea, cuando no está

queda, aún, su brasa (la poesía);

atrae como el alimento a los vivientes

cuando brota porque espera en los labios.

 

 

Hablo de Dios, de la fuente del poema,

pero quizá solo esté hablando mi sed,

esta fuerza que me turba y alza

al consuelo y a la miseria

de necesitar decir palabras incompletas

para seguir vivo; para no morir del todo.

 

  12-11-2022

 

 

 

 --------

 * Dos versos del poeta iraní Hafez Shirazí, traducidos al español por Clara Janés y Ahmad Taherí. (del poema "Por un rostro gitano", del libro 101 poemas. Hafez Shirazí. Ediciones del Oriente y del mediterráneo).

 

 

 Andrés Acedo ha escrito Lirica Povera, La baraja de Andrés Acedo, Libro del esplendor, y con otros: Cancionero y rimas burlescas, El año de la lentitud. Participa en la antología La escritura plural, a cargo de Fulgencio Martínez.

 


 

 REVISTA ÁGORA-PAPELES DE ARTE GRAMÁTICO/ SUPLEMENTO


 


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