SEMBLANZA DE TOMÁS SÁNCHEZ SANTIAGO
Por Natalia Carbajosa
Después de Años de mayor cuantía, novela publicada por la editorial Eolas en 2018 y reconocida con los premios Tigre Juan y el premio de la crítica de Castilla y León, los últimos años han sido rico en recopilatorios para el poeta Tomás Sánchez Santiago (Zamora, 1957). Primero fue El murmullo del mundo (ed. Trea, 2019), un recorrido exhaustivo por esos cuadernos y retazos de un observador de lo pequeño y lo casi invisible, desde aquel Para qué sirven los charcos (1984-1995) hasta el más reciente La vida mitigada, de 2014. En 2020 apareció Abordajes (Diputación de Salamanca), miscelánea ensayística y periodística con las preocupaciones que han asaltado al autor a lo largo de décadas: la educación, la mirada, la memoria, la lectura, los oficios, la vejez. Entre ambos títulos se acomoda su poesía reunida, Este otro orden (Dilema, 2019), que recoge casi cuarenta años de libros y plaquettes, más una pequeña pero elocuente selección de poemas descartados, allí llamados “accidentales”.
El título Este otro orden[1] parece hacerse eco, sobre todo, de los dos libros de poemas más recientes de Sánchez Santiago, El que desordena y Pérdida del ahí. El poeta siempre ha sabido que las palabras tenían su propia vida, más allá de la función de nombrar lo aparente, y las ha seguido a través de ese “otro” orden/desorden, pérdida y extrañeza, para traérnoslas atravesadas por cierta luz que habíamos pasado por alto completamente. Así:
No tengo de mi lado al lenguaje.
Flores que no van a parte alguna
sino a llenar el aire de la tarde
de excedencia
(…)
A veces reaparecen palabras
debajo de los muebles: huesos mondados
y sin color, como los sueños inofensivos.
Sentarse, entonces, a pelarlas
aún más.
Pelar palabras como quien espera hacer aceite
con toda la saliva estirada.
Esta deliberada materialización de las palabras en las cosas (huesos mondados), alejada de la abstracción con que a menudo se confunde la palabra poética, emparenta a Sánchez Santiago con poetas angloamericanos como William Carlos Williams; poetas que buscan, en la observación serena de lo cotidiano –que no lo banal–, un aliento poético alejado de los grandes gestos, no por ello carente de resuelta disidencia:
Y allí,
retirado y escaso,
(…)
defiende su verdad
el que no se conforma y rompe
los espejos,
el que abre por el centro las palabras
en busca de otra luz
(…)
El que enciende la lengua
y desordena.
La precisión y condensación de estos dos libros de madurez dialoga en el presente volumen con todos los anteriores, desde la obra de juventud Amenaza en la fiesta, de 1976, hasta las estampas urbanas de Ciudadanía, de 1994, pasando por un título fundamental, como es La secreta labor de cinco inviernos (1985). Al otro lado, y en oportuno contraste, rubrica Este otro orden la ligereza de la sección “pájaros extremos”, acaso para que no olvidemos que la poesía es ante todo eso, un simple vuelo:
ruidos de aves confusas
y una canción de piedras difíciles
que esta noche se oyen
subir, una por una, hasta los barrios naturales
de mi lengua
hermoso desentono
poesía
Otros muchos temas afloran en casi quinientas páginas de travesía vital y poética, algunos de ellos de naturaleza social: las relaciones familiares, la amistad, la defensa de los débiles, también la atención a la injusticia que éstos sufren y la rara fortaleza que emana de ellos; o la denuncia de los orquestadores de la nada, sabiendo que ninguna empresa humana es perdurable. En todos los casos reconocemos la obstinada voluntad de un chiquillo que no se conforma con el juguete que le han regalado y lo destripa para revisar, pieza por pieza, cada minúsculo secreto de forma, color y tacto que esconde.
A mi entender, no obstante, el Sánchez Santiago más intenso es el que se dirige al lector en la intimidad de la noche y le habla al oído, casi en un susurro. Ahí descansa la espina dorsal de una voz conformada a lo largo de cuatro décadas que esperamos poder seguir celebrando, como cada vez que otro verano nos devuelve una parte remota de nosotros mismos:
y arden sin sueño los seres
y la nobleza corta de las noches.
NATALIA CARBAJOSA (El Puerto de Santa María, 1971). Vivió su infancia y adolescencia en Zamora, se doctoró en Filología Inglesa en la Universidad de Salamanca, con una tesis sobre la comedia de Shakespeare. Desde 1999 vive en Cartagena y enseña inglés en su Universidad. Se ha especializado en poesía angloamericana de mujeres del siglo XX; entre otras, ha publicado ediciones de la obra de H.D., y Kathleen Raine. Es autora de cuentos infantiles, traductora del inglés, y cotraductora, junto con Viorica Patea, de la poesía de la rumana Ana Blandiana. Como poeta ha publicado los libros Pronóstico (2005), Desde una estrella enana (2009), Tu suerte está en Ispahán (2012) y Lugar (2019.) Más información en su web: http://nataliacarbajosa.es
[1] Este otro orden. Poesía reunida (1979-2016), introducción de Álvaro Acebes Arias, Madrid: Dilema, 2019.
REVISTA ÁGORA DIGITAL / SEPTIEMBRE 2021
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