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lunes, 29 de marzo de 2021

"LA FRUTA DE LA TENTACIÓN" Y OTROS DOS POEMAS DE "EL HURÓN Y LA GALERÍA". POR FULGENCIO MARTÍNEZ/ REVISTA ÁGORA DIGITAL MARZO 2021

LA FRUTA DE LA TENTACIÓN

 

1

La fruta de la tentación solo aparece

madura y apetecible

en la imaginación: ha de presentarse

inocua a la vista, y más dulce

que a un sediento el agua pura,

en lo que no se ve, y más excitante

en el futuro y en el pasado

que en su corto presente.


Hincamos las
manos

en su sombra

y le adelantamos la vida

pero ella siempre escapa

a otra parte.

Pocos saben cogerla al vuelo.

No con las manos, sino con los dientes.

 

 

 

 

2

 

Y es el velo de la ilusión

lo que la hace más atractiva.

La ilusión de adelantarnos,

por una vez, a lo fugitivo…

A pesar de saber que su oferta

viene precedida de la fama

de inalcanzable,

sin embargo, es seguro,

pues se ha entrado en nuestra vida,

y aún nos reta al alcance de la boca,

es seguro que acabaremos

robándola, chupándola,

mordiéndola, matándola.

 

 

 

EN UN PEQUEÑO TARRO

 

En un pequeño tarro

puse una alegría pequeña.

Ha mezclado bien con el agua,

el aire y el tiempo,

o quizá la han bendecido

las hijas de la incerteza.

Mi confianza

y mi desconfianza en ellas

me ha dado,

quizá, quizá, el don de creer

que ha aumentado mi dicha

aun ahora que voy al ras del suelo;

aun ahora que afronto, con espanto unos días

con esperanza otros, el abrazo

del remolino en que me lleva la vida.

 

 

 

CONJURO

 

Agradezco tanto los días pares

como los impares del mes

incluso esos días que no tienen

vocación de pares ni de impares

sino de dormir en el límite o en el cero,

del que nadie ha averiguado

su razón ni sexo.

 

Ya no me entrego a la decepción,

aprendí el conjuro del agradecimiento.

 

Doy gracias igual a los días señalados

en el año como festivos oficiales

que a aquellos que venían marcados

solo para mí con piedra blanca:

también a aquellos de los que esperé su llegada

con ansia de que fueran mis días más felices

y que pese a mi suspicacia lo fueron.

 

Ya no me entrego a la decepción,

aprendí el conjuro del agradecimiento.

 

 

 

 

 

 

FULGENCIO MARTÍNEZ