Uno de los poemas visuales de Agustín Calvo Galán que se incluyen en el libro |
NOTA BREVE SOBRE EL LIBRO CANCIONERO Y RIMAS BURLESCAS
Por MAXIMILIANO HERNÁNDEZ MARCOS
Cancionero y rimas burlescas
Fulgencio
Martínez
Ed.
Renacimiento, Sevilla, junio 2014
Ilustraciones, poemas gráficos de A. Calvo Galán
Cancionero y
Rimas burlescas es un libro distinto,
más bien -diría yo- un libro múltiple. O al menos son claramente discernibles y
podrían haberse publicado como libros separados las "Rimas
burlescas" y el "Cancionero Apócrifo" por el diferente tono,
estilo y temática. Naturalmente, el autor juega con los heterónimos para
presentarlos en un mismo libro, pero aun así se advierte su clara diversidad.
Quizás en una segunda o tercera lectura pudiera encontrarse algo de cohesión. O
quizás la ausencia de cohesión, la diversidad misma es lo que se ha buscado.
Al margen de esta observación general, la parte
satírico-burlesca (más burlesca que satírica y crítica -esto es lo novedoso con
respecto a libros anteriores, donde ya apuntaba algo el mismo autor) tiene
muchos hallazgos ingeniosos dentro de su variedad de "palos"
literarios y en bastantes ocasiones desata la risa (hay versos de la
"Crónica patética de la hora de España" que deberían circular de boca
en boca del pueblo), lo cual se agradece.
Hay, no obstante, un grupo de poemas algo
diferente en su tono y temática, dentro de este "primer libro", pero
que a mí me han gustado mucho, y creo que son algunos de los mejores poemas: me
refiero a los "Poemas serenos". Son magníficos, especialmente los de
tema amoroso, que en algún caso no están exentos de ironía. También el
comienzo, ese guiño casi humorístico y lúdico del "Tris, tras tres"
para abrir una dura crítica social en tres poemas que por contraste se hacen
eco de tres tipos de personajes habituales en nuestra historia hispánica,
me parece un gran acierto.
El "Cancionero apócrifo" lo veo más
complejo. Hay temas muy diversos (desamor, muerte, metapoesía,...) y, a pesar de
que suele el autor hacer con fortuna un tratamiento desenfadado y a veces hasta
humorístico de sentimientos y asuntos "trascendentes", predomina
la variedad. Entre los poemas que me han gustado especialmente, destacaré los
siguientes: "Detrás del escaparate", "Concierto barroco",
"El monte Tabor está lleno de viejos zapatos".., y algunos fragmentos
de "Pájaros marinos". De los "Bordes de arena" he sentido
especial complicidad en conjunto con la serie IX ("Alumnos de
valentía"). Creo que hay en toda esta parte final del libro algunos
aforismos muy buenos y particularmente ingeniosos: saben conjugar un
pensamiento de fondo con un tono de desenfado y hasta de humor. Por último, me
ha llamado la atención la reiteración de ciertas imágenes, que se tornan
simbólicas en la poesía del autor, algunas de ellas ya presentes en otros
libros: la del limonero, la de la lluvia (¡en Murcia cómo no!) o la de la Noche
de San Juan. El libro daría para mucho más, pero no es este el lugar y la
ocasión. Aquí sólo se pretende dar noticia de su existencia y destacar algunas
de sus señas de identidad.
MAXIMILIANO HERNÁNDEZ MARCOS
UNIVERSIDAD
DE SALAMANCA
ÁGORA DIGITAL/ BIBLIOTHECA GRAMMATICA/ NOVIEMBRE 2014
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