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domingo, 1 de junio de 2014

CANCIONERO Y RIMAS BURLESCAS. NOVEDAD. JUNIO 2014. UN CANCIONERO DEL SIGLO XXI

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NOVEDAD. JUNIO 2014. UN CANCIONERO DEL SIGLO XXI

Se ha inaugurado la Feria del Libro de Madrid. Una buena idea es visitar sus casetas con ánimo de buen catador. Especialmente os recomendamos visitar la caseta 350, de la Librería editorial Renacimiento.
Entre las novedades se encuentra en la caseta de Renacimiento el último libro que acaba de publicar el director de la revista Ágora, Cancionero y rimas burlescas, de Fulgencio Martínez.

Contiene algunos poemas de crítica social que los lectores de este blog ya conocen, en las secciones de La poetría y de Acedo.
Es un cancionero del siglo XXI, una lata de sardinas, que contiene poesía en estado de rayo.

El autor advierte que no se hace responsable de los efectos secundarios que puedan resultar de su lectura.
Especialmente los propensos a la indignación por lo que hay de indigno (y es mucho) en este país llamado España. Y también los que se encuentren ideas y sentimientos republicanos. Los que gusten de la belleza en estado laico. Los que amen a Quevedo y a Góngora, tanto o más que a Jovellanos y a Cadalso. Los que gusten del aforismo lírico o filosófico. Los que, en fin, crean que la poesía ha de saltar de la letra a los hechos. A todos esos el libro les puede provocar acciones o reacciones imprevisibles.

Los que pasan de todo atentado al tópico, los que gusten la escuela del autor autotélico y empleado en autoexpresarse, los que confunden poesía social con ese barro poético que se estila de nuevo y donde el yo es tan importante que lo social es pretexto para nuevo Narcisamiento, vacío.
Los que se han reclinado y reciclado a escribir a la lumbre social, pero que solo quieren seguir hablando de ellos mismos, a esos nada les dirá el dichoso libro de Acedo.

Para aquellos que no podáis venir por Madrid, el libro se encuentra disponible en muchas librerías físicas u online, como:
 http://www.casadellibro.com/libro-cancionero-y-rimas-burlescas/9788484728788/2307975


La edición de Cancionero y rimas burlescas se acompaña de textos visuales del poeta Agustín Calvo Galán, y de textos poemáticos de Andrés Acedo, Mínimo Acedo, Séptimo Alba, Sebastián Alfeo y Fulgencio Martínez, en edición de Fulgencio Martínez.
EL LIBRO SERÁ PRESENTADO EN MURCIA, el jueves 26 de Junio, a las 8. pm, en la librería Expolibro, junto a la Universidad.


OS DEJAMOS UN PAR DE TOSTADAS DE APERITIVO:


POLÍTICO GOMINOLA
(Definición del político)

                      A Mariano Bárcenas

 
Político gominola,
dos sabores y dos almas.
Se vuelve lima ruinegra
la que en flor era naranja.
 

Un alma hermosa y devota
de votos, si está en campaña.
Otra cuando coge el chollo,
impera, ordena y manda.
 

Dice un libro chino cómo
sucede toda mudanza.
Dice el cómo y el por qué,
o, mejor, por cuánto cambia
 

un hombre con doble sombra,
dos discursos y dos caras.
Una generosa, la otra
ruin, prepotente, avara.



EN EL MUSEO DEL PRADO
 
Ya me cansé de ser bobo,
dijo el Bobo, y se salió
del cuadro. No se echa en falta:
Dentro quedaban los otros
bobos de la real Familia.


LA LOCURA DE DIOS
               A Abelardo Linares


I
Siempre va sangrando por esas calles
en primavera. Hecho un loco de Dios,
un cristo. Triana dice que parece
un turista sueco tostado al sol.
 

Cabellera negra, larga, prestada
de un gitano que toca el acordeón,
polaco o albanés masculla apenas
en su vía crucis; latines, no.
 

Harto de aguantar saetas, cansado
de oír el grito de ¡agua va!,
que algún vecino lanza de repente.
 

Tanta improvisación le abruma y moja
con pía saliva de cantaor, igual
que con esos bautismos arrabales.


II
Le salieron una crucifixión
y un vía crucis para ir tirando
aquel mes, y aceptó los dos trabajos
para ganarse unos euros. No era
del país y estaba en paro esa tem
porada, y la otra anterior, y la otra.
Leía hasta muy tarde en su cuarto,
a Kavafis y algo de Shakespeare;
caído, en la cama sin hacer,
pasaba el día, y también escribiendo
 

a ratos, con resultados triviales
y sentimiento más que vagoroso,
vacío, sobre el amor y el deseo
y el exilio y esas cosas de moda
siempre entre jóvenes, y últimamente, con
(desde que hizo de aquel
Hombre Cristo con corona de orines)
un éxtasis de transfiguración
que le vuelve furioso, inspirado.
 

Esperaba una corona de espinas
no de orines, impiadosos, aguaje
sucio de convento; no la bacinica
donde orinó un lascivo excombatiente,
alpalgata al aire, negra paloma

que voló inurbana, hasta mi cráneo.
 

Esperaba una corona de espinas,
la liturgia del sufrimiento cerca
de hacerme sentir Dios
un poco por vanidad y un poco
por ese apetito, cuando uno es joven,
de ser todo. Hasta víctima
y salvador del mundo.
 

No un baño de saliva
esperaba, un cante
que celebra el sufrimiento en sí,
por el sufrimiento, no otra cosa: no
melismas asalivadas, ¡cañones!
de artillería piadosa, y pobre
espectáculo cultural.
 

Esperaba el sudor en el rostro,
a raudales, y el dolor de los pies
y de la espalda, y hasta el mareo,
dulce, amigo, que produce el sol
en travesía por Sevilla.


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