http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2014/06/03/mayores-edad/563964.html
ABDICACIÓN PROVOCADA
A medida mañana saltó la noticia: el Rey abdicaba. Hasta la
1 pm, en que apareció en la pantalla de la televisión el protagonista de la
noticia, muchos internautas se dirigieron a informarse por la página de la Casa
Real. Estaba caída. Cuando esta volvió a funcionar, después de la comparecencia
de don Juan Carlos, se había eliminado de ella la agenda del Rey en la que
constaban actos previstos para los próximos meses.
El periodista Iñaki Gabilondo salió afirmando, en la Sexta, que el Rey había hecho bien en abdicar pero que tenía la sensación de que la abdicación ha sido acelerada.
¿Qué ha pasado en España desde el 25- M, el avance de Podemos y de Izquierda Unida, el derrumbe del PSOE y la dimisión, al menos in verbis, de Alfredo Rubalcaba? ¿Qué poderes fácticos o políticos han “aconsejado” a don Juan Carlos elegir este momento tan inestable?
Como en aquel episodio del 27-F, no sabremos la verdad de forma meridiana hasta que la aclaren los historiadores dentro de unas décadas. Estamos viviendo igual momento histórico, y tenemos la sensación muchos como yo de que de nuevo somos comparsas que nos toman por idiotas.
En su comunicado de abdicación don Juan Carlos dedicó más de la mitad de su discurso al autobombo. No dijo ninguna de las razones por la que adoptó la decisión de dimitir el 2 de junio; con el Príncipe ausente, con la ejecutiva del todavía principal partido de la Oposición deshecha, con el país pidiendo a gritos jóvenes una regeneración democrática: instituciones de verdad democráticas que pongan freno al proceso de corrupción institucionalizada, separación de poderes y jueces libres que tengan el respaldo suficiente para juzgar con todas las garantías y con el rigor necesario a los corruptos, que no son solo políticos, sino banqueros, empresarios de pro, y gente que han chapaleado en el orden monárquico donde todo vale siempre que la ley favorezca a la casta que gobierna.
El periodista Iñaki Gabilondo salió afirmando, en la Sexta, que el Rey había hecho bien en abdicar pero que tenía la sensación de que la abdicación ha sido acelerada.
¿Qué ha pasado en España desde el 25- M, el avance de Podemos y de Izquierda Unida, el derrumbe del PSOE y la dimisión, al menos in verbis, de Alfredo Rubalcaba? ¿Qué poderes fácticos o políticos han “aconsejado” a don Juan Carlos elegir este momento tan inestable?
Como en aquel episodio del 27-F, no sabremos la verdad de forma meridiana hasta que la aclaren los historiadores dentro de unas décadas. Estamos viviendo igual momento histórico, y tenemos la sensación muchos como yo de que de nuevo somos comparsas que nos toman por idiotas.
En su comunicado de abdicación don Juan Carlos dedicó más de la mitad de su discurso al autobombo. No dijo ninguna de las razones por la que adoptó la decisión de dimitir el 2 de junio; con el Príncipe ausente, con la ejecutiva del todavía principal partido de la Oposición deshecha, con el país pidiendo a gritos jóvenes una regeneración democrática: instituciones de verdad democráticas que pongan freno al proceso de corrupción institucionalizada, separación de poderes y jueces libres que tengan el respaldo suficiente para juzgar con todas las garantías y con el rigor necesario a los corruptos, que no son solo políticos, sino banqueros, empresarios de pro, y gente que han chapaleado en el orden monárquico donde todo vale siempre que la ley favorezca a la casta que gobierna.
Mucho me temo que algún día la Historia revele que bajo el rostro de Rajoy, leyendo el acta de abdicación, y bajo la cara de boxeador cansado de Rubalcaba había la misma pregunta que nos hacemos muchos: ¿a quiénes ha interesado que ahora dimita el Rey? ¿Es esto un golpe de timón, algo análogo al 27-F, con la diferencia de que ha triunfado, por ahora al menos? ¿Se ha hecho el 2-J contra el 25-M?
La energía joven de la democracia renacida en esas últimas elecciones no podrán pararla. Todo el que se sienta demócrata pedirá participación y tener derecho a decidir en referéndum sobre la forma del Estado y la persona que ostente su Jefatura. Ya no valen paños calientes. O somos demócratas o no. O aceptamos lo que nos venga impuesto, como menores de edad, o somos responsables de nuestro destino como personas y como pueblo. Cogemos el testigo de la libertad y de la mayoría de edad, o dejamos que otros hagan la Historia por nosotros.
FULGENCIO MARTÍNEZ
Profesor de Filosofía y escritor
Profesor de Filosofía y escritor
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