Cocheros locos les llamó Antonio
Machado. Hoy son plaga,
crecidos en número los del paño
y los del puño; plaga de langostas
devoradoras de un país risueño
donde mayo proveería para vivir todo el año,
si no saquearan la mies esos parásitos.
Con ellos vinieron los ríos secos,
el polvo de los barrancos,
la aridez de los tormos, las cosechas
esquilmadas: sacan sus largas patas,
suben los ojos como faros mecánicos
y espían cualquier movimiento de vida
y le imponen alcabalas al paisaje.
Cambian de piel igual que las culebras
cada temporada, pero en el fondo
son siempre los mismos tipos pelanas,
los mismos zorros con vistosas plumas
de cacique en un gallinero pobre;
cueros hinchados y, pese a su vanidad,
inseguros, temiendo siempre el día
en el que pierdan todo
su poder, y les ahorquen.
Fulgencio Martínez
24 de junio 2022, Murcia, España
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