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miércoles, 21 de mayo de 2014

Los imputados a repaso. Diario político y literario. T2/41






LOS IMPUTADOS A REPASO


Leo que los grupos parlamentarios se están planteando una ley que prohíba ejercer cargo público  a los imputados por causas de corrupción. Se proponen que la medida afecte a  los que tienen ya causa oral abierta. 

En los debates de estas elecciones europeas  los principales partidos pactaron para que el tema  de la corrupción no saliera en los exámenes a eurodiputado.  Solo UPyD, que aún no ha gobernado,  ha llamado por su nombre al problema. Los otros partidos han tenido meses, años, décadas para hacer la medida, o caso de IU, para proponerla.  La casta política se protege con leyes como la falange romana con escudos en cerrada formación. Por eso, que vengan ahora a proponer en el Parlamento esa iniciativa contra la corrupción parece un suicidio, si fuera creíble.  

Pero, ¡tranquilos!, que no se han vuelto locos los políticos. La propuesta es increíble, porque aparece en plena campaña electoral donde algunos no han mencionado ese problema, auténtica carcoma de la democracia; ni se han comprometido con aplicar la medida que dicen están pensando en el Parlamento. Por tanto, la noticia huele a una estrategia de despacho de abogado para ir aplazando la solución.

Nadie responsable y en su sano juicio tendría de criado a un ladrón imputado, ni dejaría acercarse a su pequeña prole a un imputado pederasta.  La culpabilidad o inocencia del imputado es asunto judicial, lo han de dirimir los jueces y hasta no ser condenado el imputado es inocente judicialmente. Esto es así y debe ser así  en la esfera jurídica, que ha de velar por garantizar los derechos y libertades de la persona en abstracto. En otras esferas de la vida no vale esperar a que el probable pirómano incendie mi  casa, sino que tengo la obligación de tomar las precauciones que estén en mi mano para proteger mi  hogar y las vidas de mi familia, bienes concretos.

En Lógica, en Filosofía decimos que se da un tipo de sofisma que consiste en una “metábasis eis allo genos”, un salto de género no justificado.  Cuando hacemos una extrapolación o aplicación injustificada de una esfera a otra, cometemos un error lógico y de sentido común. Aunque la vida moderna se haya judicializado más que en otras épocas, viene siendo el político quien más insiste en repetir el latiguillo de la presunción de inocencia cuando se trata de implicados en corrupción. Con una obviedad nos calza un sofisma. Claro que son presuntos y no culpables, y por tanto aún inocentes desde la esfera de la ley. Pero ¿por qué desde esa obviedad dar el salto a suponer que también son inocentes en  la esfera concreta de la política, de la administración de lo público, donde el  bien de todos debe ser protegido ante cualquier sombra? 

Nuestra sociedad padece de estos sofismas que hacen que el sentido común sea cada vez el menos común de los sentidos. Otro día hablaremos del sofisma de la salud, de lo que es conveniente en el ámbito de la salud pero no es lo mejor automáticamente en toda la realidad del ser humano.

FULGENCIO MARTÍNEZ

Profesor de Filosofía y escritor

Ágora digital Mayo 2014 

Publicado en LA OPINIÓN DE MURCIA 21-5-2014

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