DIARIO POLÍTICO Y LITERARIO DE F. M…/ 27 / T2
Cumpliéndose los objetivos del Gobierno
Lentamente pero sin pausa, el Gobierno de la Nación está cumpliendo sus
objetivos. A estas alturas, en el
segundo mes de 2014, hay que felicitar al señor Mariano Rajoy. Vayan preparando el confeti y el champán; si usted
es catalán, vale el cava. No es español quien no se alegre de los éxitos notables de este Gobierno que nos está sacando
de una larga temporada en el infierno de
la crisis, sin apenas despeinarse.
Es una victoria cantada, aunque poco sudada, la verdad,
hablando en términos futbolísticos. Ya que, como reconoce en el ministro de
Justicia, el señor Gallardón,
el esfuerzo que está llevando al éxito hay que
agradecérselo a los muchos españoles que han sufrido la crisis en estos
tiempos. Como si dijera: el mérito de la
victoria no ha estado en nuestros jugadores, que no han mostrado mucha “actitud”,
sino en el aliento del público, el sufrido hincha. “El aficionado ha llevado en
volandas al equipo gubernamental, que parecía a veces trotar como un cencerro
por el campo”, podría decir un cronista deportivo.
Y bien, ahora, si ganamos la copa de la salida de la crisis,
comenzará la población a disfrutar las mieles de la victoria, se abrirá el
crédito, habrá trabajo, y si puede ser, en condiciones humanas, para que los
jóvenes y los mayores puedan tener un proyecto de vida en este país. Los
pequeños empresarios, los comerciantes de barrio y esquina verán pronto fluir
el consumo. Las grandes empresas contratarán a muchos profesionales que hemos
formado en las aulas.
Solo hay una nube negra en este horizonte de Jauja, que ya
quiere vendernos el padre Marhuenda,
director de La Razón, y sus colegas
clones, propagandistas de la buena nueva que ha dictado el gabinete de profetas
de Rajoy, para llegar a las elecciones
europeas con un tanto en la mano. (Ese es su objetivo, tal como yo lo veo).
La nube a que me
refiero tiene cara: el presidente del Banco Santander, el señor Botín, quien tras anunciar que su Banco
ha ganado doble sobre sencillo en el pasado ejercicio económico, avisa que todavía
falta un trecho, que hasta el 2016 no se saldrá de ésta, y que no piensen
ustedes, pecadores, vivir como vivían antes de la crisis.
Por tanto, ¿dónde está el valor de nuestros esfuerzos, del
sacrificio hecho por los sufridos aguantacrisis que son muchos de los
españoles? Yo, personalmente, quisiera
que todo el mundo fuera feliz, pero no a costa de ser gilipollas, o sea, de
sentirse feliz porque a uno le han machacado a todas horas los oídos y los ojos con el mismo mensaje. De aquí a poco solo se escribirán las noticias
con el martillo de piedra de la Moncloa.
A día de hoy, sí, han echado a Garzón y a Pedro J. Ramírez,
y el Gobierno va avanzado hacia conquistar
todos los objetivos.
Fulgencio
Martínez
Profesor
de Filosofía y escritor
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