EL
DERECHO A DECIDIR, SEGÚN DURAN I LLEIDA
Fuente: El País |
El
señor diputado de Uniò está celebrando su almuerzo, como todos los
días. Echa un vistazo, entretanto, a la prensa. Se detiene y fija su
vista en los titulares de La Vanguardia, mientras la hermosa
luz madrileña se asoma generosa por los ventanales de la suite del
Hotel Palace, en la Carrera de San Jerónimo, frente al caserón de
Las Cortes. Escucha por el móvil y lee a la vez, y ¿medita, piensa
o sueña?, que diría Machado. Su semblante serio y
concentrado mastica una pregunta al Gobierno, la enmienda a
una ley, o una contundente declaración a la prensa, que tendrá el
grave acento de la autoridad moral al provenir de un espíritu
equilibrado y de un cuerpo tan bien nutrido como el suyo. Tal vez,
hoy toca reconvenir a los andaluces por su holgazana filosofía de
vida, o defender el lícito derecho a la usura de los Bancos frente
al desaprensivo deudor de una hipoteca, que se opone a la ejecución
y al desahucio de su vivienda. ¡Adónde íbamos a llegar si no pagan
lo que deben! Aunque, tal vez, el tema que hoy tiene por delante el
diputado Duran i Lleida sea
el deber cívico al copago de la Sanidad, que el President
Mas ha
impuesto a sus súbditos catalanes, pero del que aun intenta
escaquearse el resto de las levantiscas tribus iberas. O, en fin,
tal vez llame el diputado por su nombre a la corrupción, y lance
duras acusaciones contra tirios y troyanos, romanos, celtas,
vascuences, astures y demás vecinos de Iberia. ¿Incluso contra los
romanos? No. Contra la Curia y los jefes, no. Tampoco contra la
cúpula de la CEOE, la organización de los grandes empresarios, cuya
vicepresidente -nada menos-, homónimo del actor Arturo
Fernández,
está disfrutando un tiempo de reflexión. No molestéis a los que
piensan.
El verdadero, el actor cómico, recientemente ha cumplido 84 años
sobre los escenarios, representando la obra "Los hombres no
mienten". El otro, el empresario mimado por Esperanza Aguirre, y
que da el servicio de cafetería y catering a los señores diputados
en Cortes, es un presunto. Valga decir eso. Como todo el mundo sabe,
y hasta se ha comentado en el corrillo de sus señorías, no parece
todo trigo limpio en el servicio de catering exclusivo que sirve la
empresa de aquél. Pero, se comprende que el señor diputado Duran i
Lleida no lo haya notado ni le interese esa minucia, pues, como todas
las mañanas, nuestro hombre ha desayunado ricamente en el Palace, y
tiene prevista mesa allí para sus demás colaciones del día. ¿A
costa del dinero de todos los españoles? Sí, pero él tiene
autoridad para eso. Que es una deuda histórica con Cataluña la que
se cobra y disfruta su cuerpo, tan saludable; además, piensen lo que
se ahorra así la sanidad de su Comunidad: ni enferma, ni yerra ni se
debilita de vergüenza su voz cuando pide, como en el debate del
estado de la Nación, en nombre de su partido y de todos los
catalanes, el derecho de los pueblos a decidir.
Recuerda,
quizá, aquello que menciona Gracián
del
duque de Nocera;
este
aristócrata daba esta orden del día a su ayudante de cámara: "No
me preguntes qué quiero comer, sino con quién". En la escena
del desayuno en el Palace, que inmortalizó un fotógrafo de Prensa,
está Duran i Lleida solo; o, mejor dicho, está Duran con Lleida, en
pleno ejercicio de su derecho a decidir... con quién quiere comer,
dónde y quién paga la cuenta.
Fulgencio Martínez
Profesor de filosofía y escritor
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