TRES POEMAS DE MARÍA ENGRACIA SIGÜENZA PACHECO
LA BATALLA
Un puño sobre tu cabeza,
una espada de Damocles.
Hay que ser tan fuerte, madre,
hay que ser de acero,
tener el corazón
a prueba de bombas.
Es duro el camino,
nadie nos previene,
nadie nos enseña.
Hay que aprender cuanto antes
el arte de la soledad,
los principios de la lucha.
Hay que inventar las armas:
crear, soñar, amar...
Soñar una Vida
sin más sentido que la luz de la mañana
y la oscuridad de la noche,
amar el Amor,
crear la Alegría.
Un puño sobre tu cabeza,
una espada de Damocles.
Hay que ser tan fuerte, padre,
hay que ser de agua
para convivir junto al fuego,
llama líquida
en nuestras venas de barro.
La diosa nos despierta cada día,
bebamos su leche maternal:
la batalla durará
hasta el fin de los siglos.
(Luminarias, inédito)
DOLOR
Duelen los abismos de la humanidad.
Duele la inocencia asesinada
en los altares de la infamia,
la bondad derrotada
por la risa cruel de la maldad.
Duelen los cadáveres sin tiempo
que esperan la justicia de la Historia,
duele la sangre inútilmente derramada
y el olvido de las víctimas del poder.
Pero el dolor nos cura,
el dolor se enfrenta a las heridas,
el dolor siente, sufre, lucha,
vive y nos hace vivir.
La indiferencia es la Muerte.
los cuerpos huecos,
las venas frías,
seres que vagan
creyendo vivir.
Los ejércitos de la Nada
desolando la Tierra
y avanzando hacia el Mar.
(El fuego del mar, Celesta, 2018)
VIAJAR
Piensa en Hallstatt
y su éter de ensueño.
Piensa en la Magna Grecia
y en las ciudades que has vivido
creyendo soñar.
Piensa en los cielos
que has surcado,
en los soles
que has podido acariciar
como un Ícaro inmortal.
Toda esa savia dentro de ti,
de nosotros.
Campos de urnas bajo nuestros pies,
colinas volcánicas,
Acrópolis y Valles,
ríos infinitos
buscando nuestro mar.
¿Dónde guardar tanta belleza?
Lo mejor está por llegar,
le repito al corazón,
y con el alma desolada
me despido de los que se van.
Es el milagro de la humanidad.
Te miro a ti,
a vosotros que vivís dentro de mí,
y veo lagos, islas
y arrecifes de coral,
atardeceres deslumbrantes,
prados oceánicos con un brillo lunar.
¿Acaso no lo veis?
El tesoro siempre ha estado ahí,
en la médula de la pena,
en el abismo de la soledad.
(Huellas en el paraíso, Ars Poética, 2019)
Mª Engracia Sigüenza Pacheco es licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación, en la especialidad de Psicología, por la Universidad de Murcia.
Trabajó en el campo de la psicología clínica, ha sido profesora de filosofía en varios institutos de la provincia de Alicante y actualmente es orientadora educativa en el Servicio Psicopedagógico Escolar SPE A-06 de Orihuela.
Como escritora ha participado en exposiciones, montajes audiovisuales, antologías y libros colectivos, y ha publicado los poemarios El fuego del mar (Celesta, 2018) y Huellas en el paraíso (Ars Poética, 2019).
En 2015, su poema Utopías resultó finalista con mención Honorífica en el I Premio de Poesía Villa de Madrid, y su microrrelato La joven ganó el V Concurso de microrrelatos convocado por la editorial ACEN.
REVISTA ÁGORA DIGITAL AVANCE N. 10/ mayo 2021
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